El comercio local adelanta sus rebajas para salvar una campaña lastrada por el mal tiempo

Sobre todo han sido los pequeños comercios locales los que se han dado más prisa «porque es la única manera que tenemos actualmente de competir con los centros comerciales y con las compras que se realizan a través de internet y que tanto daño nos hacen», lamenta Sara Vilaboy, dueña de la tienda de ropa y complementos Zoe que lleva tres años abierta en la calle José Cueto.

Y parece que las grandes multinacionales se han dado cuenta de esta estrategia de descuentos, El Corte Inglés se unirá a la campaña de rebajas el próximo viernes 28, Zara ha anunciado esta misma semana que adelantará sus rebajas a ese mismo día por primera vez en su historia, y muchas otras tiendas de su grupo empresarial también han ido colgando los carteles de descuentos en sus páginas web estos días. «Con ellos es muy difícil competir, la gente joven utiliza plataformas digitales a menudo y los pequeños negocios debemos buscar estrategias alternativas», asegura Sara Vilaboy.

La voraz competencia es uno de los motivos de estas prisas por ofrecer descuentos, pero también ha tenido mucho que ver el mal tiempo que nos ha acompañado durante las últimas semanas, lo que ha hecho olvidar a los clientes que se acercaba el verano. «Junio ha sido uno de los peores meses del año en cuestión de ventas. El mal tiempo no ayuda, la gente no sale de casa ni se mueve por la ciudad y, una vez finalizada la época de comuniones, hemos pasado tardes enteras sin clientes», comentaba la dueña de la histórica mercería Margel, Carmen Hernández, que lleva casi medio siglo en la plaza de la Merced, junto a la iglesia de Sabugo, y que colgaba ayer mismo los carteles de descuentos con bastante urgencia.

A su lado está la zapatería Pequeños Chicos que regenta Josefina Vilaboy. Ella coincide en lo mal que les ha venido la falta de sol en el mes de junio «y es por eso por lo que nos hemos dado más prisa en rebajar el producto, porque es muy difícil gestionar los pedidos con esta incertidumbre y, si no animamos al cliente a comprar, nos podemos comer el stock de la pasada temporada y eso nos generaría muchas pérdidas», señala.

Lo mismo le pasa a Puri Ovies, dueña de La Coquetterie de la calle La Fruta. «He cambiado los bañadores de sitio para que se vean bien y no he tenido más remedio que adelantar la bajada de precios, yo prefiero hacer una gran rebaja y liquidar todo el producto de la temporada a quedarme con la ropa y acumularla año tras año», señala.

Otro problema al que se enfrentan los comercios locales es tener que rebajar productos que son nuevos, «lo que supone que perdamos dinero al tener que hacer grandes descuentos en mercancía recién llegada a la tienda, pero si el resto de tiendas cuelgan en sus escaparates el cartel de rebajas no nos queda otra opción, o te sumas o estás perdido», lamentaba María Teresa Quirós, de la franquicia Alessandro Sacco en la calle de La Fruta. También comentaba esta comerciante el hecho de que este adelanto se note más en las calles periféricas que en arterias comerciales como la calle de La Cámara. «Ellos están más visibles y tal vez tengan menos necesidad de promocionar sus productos, pero también es cierto que sus alquileres son mayores y entiendo que tengan que ajustar los gastos y los ingresos. Lo importante es que nos ayudemos los unos a los otros».

«El temor que tienen los clientes a la inestabilidad en la ciudad es otro de los motivos de que tengamos que bajar los precios a menudo para vender más, el inicio de verano está siendo malo pero el comercio avilesino sufre todo el año», reconoce María Luisa García, gerente de moda Pepita en los soportales de la plaza de España. «Uno de nuestros grandes males es lo aislados que estamos con la escasez de vuelos y trenes. También nos influyen negativamente las pocas iniciativas que se llevan a cabo para incentivar el comercio en Avilés. Y claro, sustos como el anuncio del cierre de Alcoa no ayudan nada, los clientes leen las noticias cada mañana y se atreven cada vez menos a salir a gastar su dinero», asegura Hernández, que ha sido otra de las comerciantes que ha adelantado las rebajas a esta semana. «Yo solo digo que en la tienda llegamos a ser diecisiete empleados y ahora solo somos dos, a ver a lo que llegamos», concluía.

Por el contrario, otros comerciantes de Avilés ven esta posibilidad de adelantar el periodo de descuentos como una gran oportunidad para mejorar las ventas. Es el caso de la tienda de moda Del Río Uribe, Manuel Paliza, que ya lleva con los carteles de rebajas en su escaparate desde el pasado 21 de junio «y creo que hacerlo así supone un importante golpe de efecto para llegar a los clientes y darles la oportunidad de hacer las últimas compras cerca de casa antes de irse de vacaciones».

Es cierto que reconoce la bajada de las ventas en junio a causa de la falta de sol «pero ahora parece que llega el verano de verdad y tenemos confianza». No deja de recordar grandes males sociales y económicos de la comarca como el cierre de Alcoa «que asustó mucho a todo el mundo cuando se conoció la noticia y yo mismo tengo muchos clientes que son trabajadores de la empresa y ahora se pueden quedar sin trabajo», confiesa el comerciante.