El comercio de Avilés reabre después de tres semanas con «alivio» y la vista puesta en la campaña de Navidad

«Hemos vuelto a la carga con muchas ganas y alivio. Nuestros clientes parece que responden porque saben que lo hemos pasado mal y que es hora de apoyarnos», agradecía a primera hora el sastre José Galén, que confiesa haber recibido palabras de ánimo de sus primeros clientes. «Se me ponía la piel de gallina con lo que me decían, que nos echaban de menos y que se alegran de vernos otra vez abiertos», sostiene Galén, al que el cierre le pilló con su nuevo local recién inaugurado. «Ahora toca disfrutarlo y preparar la campaña de Navidad, que empieza este fin de semana con las ofertas del Black Friday, una moda a la que nos hemos tenido que ir sumando todos».

Quien también acaba de afrontar un cambio de local recientemente es María José Cuervo, dueña de la boutique Ravena. Durante toda la mañana su tienda también ha estado llena de clientas, llegando a formarse pequeñas colas a su puerta para respetar las distancias de seguridad en el interior. «Sí se está notando movimiento porque la gente tenía ganas de volver a comprar, aunque la tarde ha sido más floja. Pero también es cierto que hemos tenido muchas visitas de clientas que solo se pasaban a darnos apoyo, felicitarnos por la apertura y conocer el nuevo local», comenta Cuervo, que se ha establecido como un referente en moda femenina en la calle de la Muralla. «Volvemos a abrir después de un cierre que fue totalmente injusto y que no sirvió para solucionar nada», sentenciaba esta misma mañana la comerciante.

En la acera de enfrente, Paloma Menéndez ultimaba los preparativos de la reapertura de la tienda de moda Takezo. Pasando la aspiradora y colocando las últimas prendas en las estanterías para volver a vender después de tres semanas sin actividad. «Solo puedo decir que estamos muy contentos y que tenemos esperanza de que las Navidades nos puedan ayudar a recuperar las pérdidas de estos días», sostiene Menéndez, que lleva 36 años trabajando en esta tienda de ropa. «Claro que la gente ha salido a la calle a comprar ahora que pueden, pero tampoco ha sido una locura, la mañana está siendo tranquila», matizaba Menéndez a mediodía, apuntando que «las ayudas económicas son ahora más importantes que nunca, de momento no están llegando y hay muchos trabajadores que dependen de ellas».

En la calle de la Cámara, principal arteria comercial de Avilés, también se vieron colas en las puertas de varios establecimientos comerciales, sobre todo a las doce del mediodía. En la zapatería Vilbert, por ejemplo, no han parado de vender zapatillas de andar por casa en todo el día. «Parece que la gente las necesitaba, sí, y también se están adelantando las compras de Navidad, por lo que pueda venir», confirma su dueña, Luz Villasana.

En Cabruñana se han vuelto a ver coches aparcados en doble fila, consecuencia de la falta de aparcamiento en la zona centro, pero también de la activación del comercio. «Es un alivio volver a trabajar, pero el cierre perimetral nos sigue haciendo daño y aún no vamos a volver a la normalidad, eso está claro», comenta David Guardado, de la tienda de ropa Never Stop. «Tenemos muchos clientes que son de la comarca y hemos tenido que adelantar las rebajas del Black Friday para que mucha gente se pueda beneficiar porque el fin de semana igual no pueden acercarse por Avilés», sostiene el vendedor.