Miguel Antonio de la Fuente Rodríguez, presidente decano del Colegio de Economistas de Asturias, dirige el curso que La Granda dedicó ayer a un tema siempre controvertido y candente, la economía y los impuestos.
-Según se mire. Para unos sí, ... para otros no. Lo importantes es a qué se destina ese dinero, qué se obtiene con esa recaudación, si ayuda o no al crecimiento económico, y en este apartado la competitividad de las empresas es un elemento clave. Son las creadoras de riqueza y de empleo. A la hora de establecer la presión fiscal hay que tener muy en cuenta cómo puede afectar al crecimiento económico.
-Asturias es una de las comunidades que soporta mayor presión fiscal.
-Los distintos gobiernos regionales siempre han apostado por mantener una política social muy importante. Se lleva el 67% del presupuesto, y queda muy poco margen para otras actividades, sobre todo para las inversiones productivas. Pero subir los impuestos tampoco se traduce necesariamente en un aumento de la recaudación.
-En España hay muchas diferencias fiscales entre las distintas autonomías.
-Mi opinión es que en estos momentos habría que ir a una cierta armonización fiscal para reducir esas diferencias y evitar, como está sucediendo, deslocalizaciones de empresas entre las propias autonomías. En Asturias los estamos viendo, empresas que entienden que aquí se pagan muchos impuestos y se van a otro lado. Creo que el gobierno central tendría que tomar la iniciativa, reunir a las comunidades y tomar decisiones para que no haya tantas diferencias. Es algo que le preocupa a la gente y crea desazón.
-El Gobierno de España en funciones plantea nuevas subidas de impuestos.
-Los partidos de izquierda siempre tienen esa tendencia, aumentar impuestos para financiar mejor las políticas sociales, su prioridad. Los de derechas se posicionan en el otro lado, creen que bajando impuestos se generará más actividad económica y más empleo y que finalmente aumentará la recaudación.
-¿Cuál es su opinión?
-En el medio está la virtud. En cualquier caso las decisiones hay que tomarlas en base a la coyuntura económica. Si está completamente deprimida a lo mejor es conveniente una política presupuestaria deficitaria, es decir, que favorezca la inversión y el consumo para conseguir un mayor crecimiento económico, y si hay un nivel de inflación elevada y un alto ritmo de crecimiento sería necesario quitar dinero a los ciudadanos para evitar un sobrecalentamiento de la economía.
-Se habla mucho de la 'tasa Google'. ¿Cuál es su opinión?
-Es un impuesto que se está valorando, como los medioambientales. Es por ahí por donde se quiere ir. Desde mi punto de vista la 'tasa Google' tendría que abordarse a nivel europeo. Si unos la imponen y otros no podría resultar perjudicial.
-Los tipos de interés se mantienen en mínimos. ¿Es una medida sostenible en el tiempo?
-La tasa de inflación sigue a la baja, y el Banco Central Europeo apenas tiene margen para estimular la economía mediante medidas monetarias. Queda la compra de bonos, pero lógicamente también está limitada. En caso de desaceleración y de inflación baja, que es la tendencia actual, se crea una situación peligrosa, como ya se está viendo.
-Da la impresión de que algunos países aprovechan los tipos bajos para emitir deuda.
-Es un gran riesgo. Todo lo que sea aumentar deuda es terrible. En España estamos a un nivel del 99% del Producto Interior Bruto, y eso es tremendo. Lo idóneo sería no superar el 60%.
-Países como Japón o Estados Unidos tienen niveles superiores.
-Sí, pero su economía está basada en las exportaciones y la estructura de su deuda y también de su economía es completamente diferente a la nuestra. En Japón y en Estados Unidos es deuda a corto plazo, y en España a largo. No tiene nada que ver.
-¿Qué medidas tendrían que adoptar la UE y España para consolidar el crecimiento?
-El principal problema está en la competitividad y en la productividad. Hay que invertir en investigación tecnológica, en innovación y en una formación adecuada a las necesidades del mercado laboral para impulsar el crecimiento y la creación de empleo. Y reducir la deuda.
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