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ALBERTO SANTOS
Domingo, 22 de marzo 2020, 01:10
Una piscina olímpica cada hora y media. Catorce al día, a razón de cuatrocientos litros de agua por segundo. Es el volumen medio de aguas industriales depuradas que vierten las grandes empresas en sus conexiones al Colector Interceptor General de la margen derecha de la ría de Avilés desde su inicio en Tabaza hasta las instalaciones de la depuradora de Maqua, donde entronca con el emisario submarino de Xagó.
El colector industrial es mucho más que una gran tubería por la que viajan los residuos de las multinacionales asentadas en la comarca avilesina. LA VOZ DE AVILÉS ha visitado junto a responsables del Consorcio de Aguas de Asturias (Cadasa) los puntos estratégicos de un entramado de ramales y de un colector interceptor que suma 17.424 metros, algo más de la distancia entre Avilés y Soto del Barco.
Cadasa comenzó en julio del año pasado la gestión del colector industrial a instancias del Gobierno del Principado, que recibió la infraestructura en agosto de 2018 de manos de la Confederación Hidrográfica del Cantábrico para su explotación integral, mantenimiento y conservación.
El consorcio de aguas asumía en ese momento la operación y mantenimiento de una red tuberías que discurren por los concejos de Carreño, Gozón, Avilés, Castrillón y Corvera, para dar servicio a las principales compañías industriales de Asturias.
El colector recoge los vertidos que previamente han sido tratados en Cogersa, DuPont, Arcelor Mittal (acería LDIII, TBC, laminación y baterías), Fertiberia (pendiente), Alcoa (ahora Alu Ibérica), AZSA, Saint-Gobain y el Parque Empresarial Principado de Asturias, para conducirlos al emisario submarino de Xagó tras su paso por la arqueta de Maqua. Su entrada en funcionamiento del colector evita que se viertan unos 18 millones de metros cúbicos de aguas industriales a la ría.
El colector industrial nace en una arqueta situada en la rotonda de Tabaza, en el concejo de Carreño. En ese punto se reservan dos conexiones, una para Cogersa, que ahora mismo está detenida a causa de una avería interna del consorcio de gestión de residuos en la tubería que conecta las instalaciones de Serín, y otra para DuPont, si bien la multinacional de Tamón utiliza una tubería previa y conecta en uno de los ramales de incorporación en Avilés.
Este primer tramo de colector tiene tres kilómetros y medio de longitud y es el único que funciona por gravedad hasta TBC, en las instalaciones de ArcelorMittal. Tanto en la arqueta de Tabaza como en el resto del recorrido nada queda a la improvisación. Desde los elementos de protección para garantizar la seguridad hasta la informatización de los controles y la toma de muestras, todo está sujeto a automatización.
La gestión indirecta del mantenimiento está en manos de Tragsa, un grupo empresarial público integrado en el holding Sociedad Estatal de Participaciones Industriales que nació bajo la naturaleza de medio propio instrumental del Estado orientado hacia el desarrollo rural y la conservación de la naturaleza. Tragsa cuenta con un equipo de cinco personas para las labores de control del funcionamiento del colector y la monitorización de las muestras que se toman. Se hacen controles cada 24 horas, aunque también hay un análisis continuo del ph y la conductividad, como explica a LA VOZ Julio Pérez, gerente de Cadasa, en el transcurso de la visita en la que también participaron Alberto Villa, responsable de explotación de Cadasa, y José Luis González Marquina, coordinador de Tragsa en el mantenimiento del colector.
Las empresas que vierten sus residuos industriales al colector hacen una depuración previa en sus instalaciones, en la que deben cumplir los requisitos establecidos en sus autorizaciones ambientales concedidas por el gobierno del Principado. Además, cada tres meses presentan su autocontrol.
Cualquier incidencia en el sistema está automatizada de forma que la respuesta es inmediata y permite una comunicación rápida con la empresa afectada por la posible anomalía en el funcionamiento de su vertido. Además, los empleados de Tragsa hacen visitas presenciales a los puntos de control entre las siete de la mañana y las diez de la noche de lunes a viernes, y los sábados y domingos por la mañana. El sistema está monitorizado las 24 horas del día, por lo que cualquier fallo o alarma se comunica al teléfono móvil del oficial de guardia.
Desde TBC el colector continúa su trayecto hasta el Vial Norte del Parque Empresarial. Las aguas residuales se mueven aquí por impulsión en un tramo de cerca de tres kilómetros. Hay dos ramales de incorporación, uno de Laminación de 1,2 kilómetros, y otro de Baterías, cuya arqueta se sitúa junto a las naves nido de la Cámara de Comercio en El Cruce de Llaranes. En este punto hay tres incorporaciones, dos para las instalaciones de baterías de cok (una de aguas pluviales y otra de amoniacales), una tercera para Dupont y una conexión de reserva para una cuarta tubería. Desde esta arqueta se hace un bombeo a través de dos bombas, según se necesite, hacia el colector que transcurre por el Vial Norte.
Al igual que en el resto de instalaciones, Cadasa aplica un mantenimiento preventivo, con toma de muestras y valores de funcionamiento monitorizados mediante plataformas específicas creadas por el propio consorcio en una apuesta por la innovación.
El colector sigue su trayectoria hasta Maqua en dos tramos que suman aproximadamente seis kilómetros y que tienen otro ramal reservado para una futura incorporación del puerto de Avilés en la margen derecha. Las aguas del colector industrial de la margen derecha rompen carga en un depósito al que también llegan los caudales de otro tramo de tubería, que cruza bajo la ría bombeado desde Asturiana de Zinc y que también recogerá próximamente los vertidos de Saint-Gobain.
Desde ese depósito las aguas industriales se conducen por gravedad a la zona de conexión de la depuradora de Maqua con el emisario submarino.
Las aguas residuales del saneamiento urbano de Avilés, Castrillón, Corvera y Gozón que salen depurados de la estación de tratamiento de Maqua son regulados por una gran compuerta que está en constante funcionamiento según el caudal circulante por el colector industrial, tras una inversión de 527.000 euros.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
José A. González y Álex Sánchez
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