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Edificios de viviendas en el centro de Avilés. MARIETA
La campaña del IBI arranca con la previsión de ingresar un 30% más que en 2012

La campaña del IBI arranca con la previsión de ingresar un 30% más que en 2012

El recibo medio para los cerca de 37.000 contribuyentes de Avilés sube este año cuatro euros hasta alcanzar los 258

RUTH ARIAS

AVILÉS.

Domingo, 16 de septiembre 2018, 05:52

Los propietarios de cualquier tipo de inmueble en Avilés, sea un piso, un local, un garaje o una finca, deben ir ya preparando sus bolsillos para afrontar en las próximas semanas el pago del Impuesto de Bienes Inmuebles, el IBI, la principal fuente de ingresos del Ayuntamiento y un tributo que, pese a los esfuerzos de las fuerzas políticas municipales, no ha dejado de crecer en los últimos años como consecuencia de la revisión catastral llevada a cabo en el año 2012.

El periodo de pago del IBI se abre este jueves, y durante dos meses el Ayuntamiento prevé recaudar hasta 16,73 millones de euros, una cantidad que supone alrededor de una cuarta parte de los ingresos del Consistorio, cuyo presupuesto para este año alcanza los 67,3 millones de euros. En las próximas semanas se girarán cerca de 67.000 recibos a unos 37.000 contribuyentes. Muchos de ellos deberán abonar más de uno, por tener varias propiedades, caso de disponer de dos pisos, un piso y un garaje o cualquier circunstancia de este tipo, de modo que el recibo medio se situará este año en los 258 euros, cuatro más que el año pasado.

La subida es poco menos que obligada y viene derivada de la revisión catastral realizada sobre todos los inmuebles del concejo en el año 2012 y que comenzó a aplicarse al año siguiente. Esa revisión, marcada por la Dirección General del Catastro, dependiente del Ministerio de Hacienda, debe realizarse cada diez años para ir actualizando el valor de los inmuebles, y generalmente suele conllevar subidas importantes. En el caso de Avilés significó incrementos del 95% de media en el valor de los inmuebles.

Ese porcentaje fue muy superior en Avilés al experimentado por otras ciudades que realizaron sus revisiones catastrales en paralelo. En Oviedo, por ejemplo, donde los valores se actualizaron aquel mismo año, la subida fue considerablemente menor, y solo llegó a una media del 47%, es decir, la mitad que en Avilés. En otras como en Madrid se quedó en el 70%.

La normativa marca que ese incremento del valor catastral de las propiedades vaya aplicándose para calcular los impuestos como el IBI, la Plusvalía o el de Transmisiones Patrimoniales de forma progresiva a lo largo de diez años hasta la siguiente revisión. Los recibos, pues, deberían subir de forma importante cada año, pero desde el Ayuntamiento de Avilés, como también se ha hecho en otros lugares, las fuerzas políticas han tratado de amortiguar esa subida para no hacer temblar demasiado los bolsillos de los vecinos en cada campaña del impuesto.

La fórmula ha sido la de congelar o bajar cada año el tipo impositivo, es decir, el porcentaje del valor catastral que un propietario debe pagar al Ayuntamiento en concepto de IBI. En el año 2013 era el 0,803, y desde entonces ha ido descendiendo, unos años más y otros menos, hasta situarse en el 0,6875 actual, gracias en esta ocasión a un acuerdo alcanzado entre el gobierno socialista y el grupo municipal de Ciudadanos. Con estos porcentajes, cada recibo subirá cuatro euros, unos cuantos menos de lo que lo habría hecho si no se hubiera tocado el tipo.

Ese incremento de la base imponible seguirá subiendo hasta el próximo 2022, año en el que, como marca la normativa, debería llevarse a cabo una nueva revisión de los valores catastrales. Eso es lo que marca la Ley del Catastro, aunque son pocos los ayuntamientos que cumplen esos plazos y, generalmente, las revisiones suelen dilatarse más en el tiempo. En el caso de Avilés, la actualización anterior databa del año 2000, es decir, que se habían dejado transcurrir trece años en lugar diez.

16,7 millones

Así las cosas, las arcas del Ayuntamiento se engrosarán considerablemente en los próximos dos meses, desde el 20 de septiembre hasta el 20 de noviembre, día en el que expira el periodo de pago del tributo. Aquellos que tengan domiciliado el recibo verán el cargo en su cuenta casi al límite del plazo, el 12 de noviembre. En cambio, aquellos que no hayan optado por la domiciliación, recibirán el recibo en su buzón a lo largo de las próximas semanas, y dispondrán de un mes de plazo desde la recepción para acudir a una oficina bancaria a ejecutar el pago o para realizarlo a través de internet.

Para cuando termine la campaña, el Ayuntamiento habrá recaudado 16,7 millones de euros a través de los Servicios Tributarios del Principado, a los que deberá abonar una parte por los gastos derivados de la gestión. La mayor parte de esa cantidad corresponde al IBI urbano, que aporta 16,3 millones, mientras que por el rústico y el de categorías especiales, donde se engloban el puerto o los bienes inmuebles destinados a la producción de energía, solo se recaudan 392.860 euros.

El IBI supone para los consistorios una fuente de ingresos muy segura y muy estable. Hay pocas probabilidades de poder escaparse a su pago, y la morosidad no suele ser muy elevada. Es el impuesto más importante, y ningún otro se le acerca en cuantía. El de vehículos de tracción mecánica, por ejemplo, comúnmente conocido como 'viñeta', se recaudaron 3,7 millones este año, una cantidad muy similar a la que deja el IAE, el Impuesto de Actividades Económicas. Mientras, la plusvalía se prevé que deje alrededor de millón y medio de euros. En cuanto a las tasas, la más cuantiosa es la de recogida de basuras, que arroja un saldo de 3,62 millones.

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