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FERNANDO DEL BUSTO / YOLANDA DE LUIS
AVILÉS.
Jueves, 29 de agosto 2019, 00:42
El concierto de Ana Belén llenó ayer la plaza del Centro Cultural Internacional Oscar Niemeyer en la única visita, hasta el momento, a Asturias en la gira de presentación de 'Vida', el disco que presentó en noviembre del pasado año y que supone su primer trabajo en estudio en once años.
Arropada por una banda de seis músicos de una gran calidad, capacitados para pasar de aires jazzísticos a toques técnicos y con un sonido de una gran calidad, Ana Belén abrió su actuación con 'Vida', poco después de las diez de la noche. Y es que la necesidad de detenerse para los fuegos explicaba la puntalidad en el horario. El escenario era sobrio, con el único adorno de la palabra Vida con luces leds de diferente colaboración.
Ana Belén saludó a un público que seducía con las nuevas canciones, pero que esperaba con ansiedad los grandes clásicos de una artista que ya forma parte de la memoria sentimental de un país y con mayúsculas. Ella lo sabe y así lo confesó cuando anunció un recorrido por el «mapa emocional» de un país que comenzó con 'Yo también nací en el 53' y con paradas inesperadas como 'Las cuatro y diez' para homenajear, entre aplausos, a Luis Eduardo Aute y a Rosa León entre los aplausos del respetable.
A lo largo del recital, intercaló los temas nuevos con los clásicos de su repertorio, mostrándose reivindicativa en sus intervenciones al igual que cercana. El tiempo no hace mella en la voz de Ana Belén que mantiene su belleza y aseguró una gran velada a los asistentes.
El dispositivo de seguridad en los accesos facilitó una llegada ordenada de la marea humana que se acercó al Niemeyer.
Muchos de los asistentes al concierto optaron por quedarse en la plaza del Niemeyer después del concierto de Ana Belén para disfrutar de los fuegos, lanzados por Piroctécnica Xaraiva, pero también fueron miles las personas que eligieron el paseo de la ría y la calle de El Muelle, junto al parque, para seguirlos, sin olvidar otros muchos que prefirieron zonas elevadas de distintos puntos de la comarca, como la ermita de La Luz, para ver el espectáculo.
Fueron, como había prometido la pirotécnica, quince minutos intensos en los que se vieron algunas figuras nuevas y sorprendió nuevamente el espectáculo en la ría. La traca final movió hasta el suelo bajo los miles de espectadores que ovacionaron con un gran aplauso la propuesta de este año de la empresa gallega.
El plan de seguridad y emergencia de los fuegos de San Agustín movilizó a más de un centenar de efectivos. Desde primera hora de la mañana se controló la zona a la que fueron llegando los elementos pirotécnicos al muelle de ArcelorMittal en la margen derecha de la ría y a partir de las diez de la noche se inició el plan de emergencia con el objetivo de que tres cuartos de hora más tarde todos los efectivos estuvieran en el puesto asignado para comenzar el corte del tráfico en la calle Conde Guadalhorce, la del Muelle y la avenida de Los Telares hasta la rotonda de la estación de autobuses. Además se prohibió el atraque y la navegación en la zona de la ría más cercana a la dársena de San Agustín en donde se pudieron ver los fuegos de agua.
El concierto de Ana Belén y los fuegos artificiales fueron el broche de oro a prácticamente dos meses en los que Avilés ha mantenido una intensa actividad festiva y cultural que ha tenido su reflejo en las calles y los establecimientos hosteleros y hoteleros prácticamente llenos.
El hecho de que el día de San Agustín haya caído este año en miércoles ha hecho que los festejos tuvieran dos noches grandes. Una fue el pasado fin de semana, el sábado 24, con las calles llenas, y la otra la de la noche del martes al miércoles, con un casco histórico repleto de avilesinos y visitantes dispuestos a disfrutar de la fiesta. La propuesta musical para la jornada no llegó a llenar la pista de la Exposición, pero sí atrajo mucho público que también se notó en los establecimientos hosteleros del entorno de Las Meanas. Y aunque solo en la Ferrería había propuestas festivas con el Mercado Medieval, lo cierto es que las principales calles y plazas del centro histórico se llenaron y el buen ambiente reinó hasta altas horas de la madrugada.
La actividad festiva y cultural arrancó en la segunda semana de julio con el Celsius, el certamen dedicado a la literatura fantástica, que atrajo a más público que nunca y que ya parecía augurar el buen verano que ha tenido Avilés. La suerte en cuanto a lo meteorológico también ha acompañado a las celebraciones previstas en el calendario estival ya que no fue necesario suspender ninguno de los actos previstos por lluvia y las buenas temperaturas invitaron a salir a la calle.
Tras el Celsius, que ya piensa en cómo puede crecer, llegó el Festival Intercéltico consolidado en el calendario del verano avilesino y que también atrajo a numeroso público a los distintos actos que se celebraron durante una semana. Ya en agosto, las propuestas se dispararon y prácticamente todos los días Avilés tenía un evento programado para atraer a público deseoso de pasarlo bien.
El Festival de la Cerveza concluyó con buen sabor de boca y con participantes y público pidiendo ampliar los días de celebración, La Grapa Black Music Festival que reunió en el parque de El Muelle a miles de personas en sus conciertos, lo mismo que La Mar de Ruido y otro de los clásicos, el Festival Folclórico Internacional de Música y Danza que colgó el cartel de lleno en el auditorio del Niemeyer en sus dos galas y atrajo a numeroso público en las actuaciones de los grupos participantes en la calle.
Ya en la semana grande de las fiestas las propuestas para los niños con Divertilandia y el cine en la calle también atrajeron a mucho público, lo mismo que los espectáculos programados en estos días y el Certamen de Ganado con mucho público siguiendo especialmente los concursos de arrastre.
Pero si termina el programa de San Agustín, no se acaban las propuestas de Avilés para lo que queda de verano, ya que por delante quedan las fiestas de Versalles que comenzarán mañana viernes y también las de La Carriona que cerrarán el programa lúdico veraniego. Por el medio la Semana de la Tapa y también las Jornadas del Cómic, dos propuestas muy distintas pero que también llenan cada año las calles de la villa.
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