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FERNANDO DEL BUSTO
AVILÉS.
Sábado, 11 de diciembre 2021, 01:22
Dirección y sindicatos de Asturiana de Zinc (AZSA) abordan la negociación de un expediente de regulación de empleo (ERE) que plantea la salida de la fábrica de 95 trabajadores. El proceso de conversaciones comenzó el pasado mes de noviembre y se terminará la próxima ... semana.
Las negociaciones se llevan por ambas partes con la máxima discreción, ya que el principal objetivo es minimizar al máximo el número de trabajadores afectados en una medida que no es muy propia de la cultura histórica de AZSA, empresa que tradicionalmente ha destacado por la protección hacia su plantilla.
El motivo principal del ajuste es la reducción de empleo que implica la construcción de la nueva nave de electrolisis que se encuentra en su recta final. La nueva línea E sustituirá a los equipos A-B, que ya han quedado obsoletos técnicamente. Entre ambas instalaciones, se generan 144 puestos de trabajo.
Las nuevas instalaciones serán mucho más eficientes en el consumo energético y con un mejor impacto ambiental. Pero, al tiempo, reducirán la plantilla hasta 49 trabajadores. Ahí surgen los 95 empleos que se quieren suprimir con el ERE.
Tradicionalmente, la solución de AZSA serían recolocaciones internas y cubrir con prejubilaciones. De hecho, el pasado junio la dirección ya planteó esta posibilidad al comité de empresa.
Sin embargo, esa variable ha quedado inutilizada por otro elemento como es el precio de la energía. Asturiana de Zinc es una empresa electrointensiva, donde el coste de la electricidad es un elemento fundamental en la producción de cada tonelada. De hecho, en el actual escenario, se ha decidido detener la producción en los momentos donde el precio de la energía sea tan alto que solo provoque pérdidas.
El coste energético es uno de los factores que más ha pesado a la hora de iniciar el ERE para trasladar desde la planta de Avilés a la dirección central de Glencore su eficiencia a la hora de controlar los costes en la actividad y evitar que las instalaciones de San Juan de Nieva pierdan esa eficiencia.
Así las cosas, la empresa no dispone del colchón económico que, en condiciones normales, le permitiría mantener esos puestos de trabajo mientras se producen salidas de manera natural, mediante jubilaciones. De esta manera, el ERE se presenta como la opción de la dirección para afrontar el exceso de personal.
Las negociaciones se centran ahora en buscar fórmulas para reducir al máximo el número de afectados, analizando las jubilaciones previstas en los próximos meses; las necesidades de los departamentos y ajustes no traumáticos como la no renovación de contratos temporales.
También existen otras vías como ver el número de trabajadores que se encuentran próximos a la jubilación y organizar su salida de la empresa de manera que no pierdan poder adquisitivo cuando se jubilen o en los dos o tres años que aún pueden tener de vida activa.
La próxima semana finalizará el periodo de consultas y las partes confían en poder lograr un acuerdo en la mesa de negociación.
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