El Ayuntamiento modifica los proyectos de reforma de calles para ganar espacio peatonal

El Ayuntamiento quiere ganar espacio para los peatones y para ello no ha dudado en modificar proyectos que incluso están en fase de ejecución. Uno de los más importantes es el de la reforma del entorno del parque de El Muelle, donde estos días llama la atención la colocación de la línea de bordillo en una de las márgenes de la calle de La Muralla.

El proyecto ha sido modificado para que la acera que linda con el palacio de Camposagrado y la confluencia con La Ferrería hasta la calle de El Muelle, sea más ancha, y por lo tanto tenga más espacio para los peatones. En el dibujo inicial de esa obra en la margen derecha había una zona de aparcamientos en batería, al igual que en la izquierda, con un carril central de circulación.

El bordillo exterior que se ha colocado es rebajado, no alto como los habituales, por lo que irá otro más adentro que marque la zona para parar y una carga y descarga de vehículos comerciales para abastecer sobre todo a la hostelería de la zona y a los comerciantes de parte del casco histórico, donde también hay zonas especiales habilitadas y señalizadas.

Estos trabajos, que integran la primera fase de la reforma del parque del Muelle y su entorno y que son ejecutados por las empresas Ingeniería de Construcción y Obra Civil de Asturias, y Electricidad y Electrónica Martín AG, tienen un plazo de cinco meses y suponen una inversión de 687.280 euros.

La parada de taxis se trasladará al primer tramo de la calle La Muralla, si bien no se contemplan modificaciones en las líneas de autobuses urbanos.

Los trabajos se han iniciado en las aceras de las calles Emile Robin, La Muralla y en plaza de Pedro Menéndez. Se están renovando los pavimentos rodados y peatonales de toda la calle Emile Robin, de La Muralla entre la cuesta de La Molinera y la calle de El Muelle y de Pedro Menéndez (en su parte más próxima a la plaza homónima). Una de las premisas es ampliar el ancho de las aceras para garantizar la accesibilidad. En las dos primeras calles se ha dejado un único carril al tráfico rodado, con aparcamientos en batería en ambos lados en el caso de Emile Robin, y solo en el lado del parque de El Muelle en la calle de La Muralla, donde se ha realizado un cambio en el proyecto.

Tras esta primera fase que acaba de comenzar, las obras se trasladarán a la calle de El Muelle, al propio parque y la cuarta y última, a la plaza de Pedro Menéndez. Estas tres está previsto llevarlas a cabo a lo largo de 2021.

El proyecto de reforma de las calles del entorno del parque de El Muelle no es el único que está modificando el Ayuntamiento para ganar espacio peatonal en los últimos meses. La primera experiencia es visible para los ciudadanos en otra zona de la ciudad. En concreto, en El Quirinal, donde hace pocos días concluía la reurbanización de la calle de Eduardo Carreño Valdés, donde se ha ampliado algo más de medio metro las aceras.

Esa va a ser la tónica general de la reurbanización de calles a partir de ahora en Avilés, según se defiende desde la concejalía de Obras, con el edil socialista Pelayo García al frente. La premisa es ganar espacio peatonal y a eso se están sometiendo todas las actuaciones que tienen que ver con la movilidad. También será el eje del 'libro blanco' que guiará las actuaciones en los próximos años: el Plan de Movilidad. De ahí que se retrase su presentación definitiva, ya que se están incorporando todos los cambios necesarios.

Pero esta filosofía del gobierno socialista en la ciudad no solo está guiada por las recomendaciones de los expertos en movilidad. Ni siquiera por las exigencias de ampliación de espacios que ha marcado la crisis sanitaria del coronavirus. Detrás de todo eso hay una motivación, o más bien una exigencia, que viene de mucho más atrás, y tiene que ver con la contaminación, otro de los caballos de batalla al que Avilés hace frente desde hace años con una batería de medidas.

El objetivo del gobierno municipal es preparar a la ciudad para las obligaciones medioambientales que vendrán en los próximos años como ciudad mayor de 50.000 habitantes. Entre ellas, algunas de las de más calado son las zonas de bajas emisiones, algo que entronca directamente con el tráfico. Es decir, todo pasa por desviar a los vehículos del centro de la ciudad, cuanto más mejor. Eso sí, con alternativas de movilidad que pasan por aparcamientos disuasorios en las afueras y mejores enlaces del transporte público.

Por tanto, la decisión firme que se defiende desde el Ayuntamiento de Avilés es ir dando pasos «para no tener que hacer reformas en un par de años sobre algo que reformamos hoy», como es el caso del citado cambio de la calle de La Muralla. Y es solo el principio de las modificaciones en proyectos que se harán en los próximos meses para ganar espacio peatonal.