Estos días la playa de San Baladrán es una de las zonas favorilos avilesinos que quieren escapar de la ciudad al otro ría. OMAR ANTUÑA

Avilés recupera sus playas

San Balandrán y El Arañón. Los dos arenales de la ría son el reclamo de las familias para huir en verano de aglomeraciones en otras zonas de la comarca

ALEJANDRO L. JAMBRINA

Domingo, 23 de agosto 2020, 00:47

Estamos viviendo un verano diferente y con muchas peculiaridades. Con la llegada de las vacaciones estivales el calor invita a ir a la playa y disfrutar del sol al aire libre, pero el miedo a las aglomeraciones está haciendo que mucha gente evite a toda ... costa las zonas mas turísticas y concurridas y elija otros rincones naturales más desconocidos para disfrutar de un ambiente mucho más tranquilo y sosegado en el mes de agosto.

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Es el caso de las playas que se esconden en la margen derecha de la ría, a tan solo unos minutos en coche del centro de la villa. San Balandrán y El Arañón son los dos arenales que pertenecen al concejo de Avilés, pero que durante años mucha gente ha pasado por alto e incluso hay quien se ha olvidado de ellos por su pequeño tamaño en comparación a las playas de Salinas y San Juan de Castrillón. Sin embargo, este verano las cosas han cambiado, muchos han optado por hacer sus escapadas a esta zona buscando más tranquilidad y un entorno natural donde disfrutan del sol junto a la ría, un paraje que poco a poco recupera el esplendor y limpieza de antaño.

«La margen derecha de la ría siempre ha tenido mala fama por la industria, pero yo vengo con mi familia a menudo y creo que todos los avilesinos se sorprenderían para bien si conociesen esta zona y le diesen la oportunidad que se merece», asegura Sonsoles Campos, que pasa varios días por semana con su hermana y sus sobrinos en la playa de San Balandrán. «Es cierto que hay mucho paisaje industrial y habrá a quien no le guste, pero también es una zona verde preciosa y el agua está mucho más limpia y tranquila de lo que la gente se pueda imaginar. La ría ya no es lo que era y esta parte está cada vez más llena de gente», añade esta vecina del barrio de Versalles.

Y no se equivoca al hacer esa apreciación. En las últimas semanas ha aumentado notablemente la afluencia de sombrillas en las playas, deportistas paseando o haciendo ejercicio en las zonas peatonales o quien prefiere pescar en la bocana de la ría. «Esto está irreconocible. Los que venimos de siempre hemos notado que hay mucha gente de fuera que viene buscando tranquilidad», intuye la hermana de Sonsoles, Marifé Campos.

Ese es precisamente el motivo por el que muchas familias con niños encuentran en la margen derecha un lugar donde relajarse lejos del caos de la ciudad y de los grandes arenales de la comarca. Y si no que se lo pregunten a Pablo Naredo y Paula Grisales, una pareja que no dudó en montar hasta una tienda de campaña y unas sillas junto a toda su familia en la zona de prado de San Balandrán.

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«En un principio veníamos a la playa de Xagó pero estaba hasta arriba, no pudimos ni aparcar. Al volver descubrimos San Balandrán y nos pareció un sitio perfecto porque hay sitio de sobra para evitar el contacto, los niños pueden jugar tranquilos y es una playa agradable, limpia y muy familiar», reconoce esta familia de gijoneses, que han confesado que a partir de ahora se plantean volver de vez en cuando a las playas de Avilés. «Si no sabíamos ni que Avilés tenía playas», bromean antes de probar a darse un baño.

La otra de las playas que más ambiente está teniendo este verano es la de El Arañón, un enclave de piedra y arena que se ubica junto a la desembocadura de la ría, a los pies del faro de San Juan. Su forma, longitud y zonas recreativas a su alrededor la convierten estos días en rincón irresistible para quienes buscan un espacio apartado de las aglomeraciones. «Lo mejor es que se pueden guardar las distancias perfectamente y ahora eso es muy importante por el tema de los contagios. Además el agua está como un plato y tenemos el bar al lado de la playa», argumenta Anabel Jiménez.

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«Otra cosa buena es que hay un área recreativa al lado con mesas y si un día no nos apetece bajar a las piedras porque hay mucho jaleo nos quedamos comiendo y tomando el sol allí mientras lo críos pescan con sus padres en la ría», añade esta vecina de Corvera.

Precisamente ese está siendo el otro gran atractivo para quienes no quieren tomar el sol ni bañarse. El agua está llena de colchonetas y gente disfrutando de una ría mucho más limpia que hace años, pero otros son conscientes de las restricciones vigentes y prefieren pescar desde tierra firme. Tal es la moda de practicar la pesca en Avilés que es el lugar escogido por el equipo ovetense Sur Cásting Asturias. «La gente se olvida de esta zona a veces pero es perfecto porque aquí encontramos un sitio tranquilo y agradable donde pescar con los amigos y la familia», reconoce Abel Delgado, que enseña a su hijo Mateo a manejar la caña junto a la bocana, a las puertas de los Astilleros Ría de Avilés.

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Es la zona de moda y eso no afecta solamente a las playas. La oferta cultural junto a la ría está más en alza que nunca y eso lo notan en el 'Espacio Portus', el centro de interpretación del Puerto de Avilés instalado en San Juan de Nieva. El guía y coordinador del centro, Nicolás Alonso, reconoce que el parón por culpa del coronavirus ha frenado el crecimiento del museo «pero aún así está siendo un verano muy intenso y prácticamente todos los viernes se llenan las visitas guiadas que hacemos por la zona para tratar de descubrirle a la gente el potencial que tiene la margen derecha».

De hecho, es algo que confirman los propios turistas como los navarros Marta Olcoz y Javier Bellosa. «No conocíamos Avilés ni San Juan, pero nos ha sorprendido gratamente. Ya nos habían dicho que esta zona era la gran desconocida y merece la pena porque hay mucho ambiente».

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