Un niño de cinco años, ingresado grave en el HUCA tras caer por una ventana en El Pozón

Los servicios de emergencia recibieron el aviso a las seis menos diez, y de inmediato movilizaron a sus efectivos. Según testigos que presenciaron los instantes posteriores al suceso, antes de la llegada de los sanitarios se congregó en la calleja un número notable de familiares y allegados. Fueron ellos quienes dieron las primeras voces de alarma, rodeando el cuerpo del niño, que permanecía tendido en la acera; en su caída, pudo esquivar los coches allí estacionados.

Los mismos testigos aseguraron que los primeros en llegar a la escena, de forma casi inmediata, fueron un médico y un enfermero, a bordo de un taxi, y prestaron las primeras atenciones al herido. Pocos minutos después, una ambulancia accedió a la zona; sin embargo, al no ser una unidad de vigilancia intensiva (UVI), fue preciso llamar a un segundo vehículo, que ya llevaba a bordo a una persona, aunque de menor gravedad. De hecho, hasta una tercera ambulancia se personó allí, para embarcar al usuario de la segunda. Al mismo tiempo, dos patrullas de la Policía Nacional cerraron la calle e iniciaron las primeras investigaciones.

Una vez a bordo de la UVI, el menor fue trasladado urgentemente al Hospital Universitario San Agustín. Tras un primer reconocimiento, y la vista de la gravedad de su estado, los sanitarios ordenaron su traslado al HUCA, donde permanece hasta ahora.

Pese a que, por la hora a la que se produjo y por el carácter festivo del día, el suceso contó con pocos observadores, el impacto entre quienes habitan en las inmediaciones del antiguo cine Ráfaga fue similar a un mazazo. Vecinos de la familia aseguraron ayer a este periódico que «los padres son extremadamente educados, y siempre han dado el mejor trato posible a sus hijos; en todos los años que llevan viviendo aquí, y son muchos, nunca vimos a ese niño suelto de la mano de su madre».

El pequeño cuenta con dos hermanos, un niño y una niña, ambos mayores que él. Los mismos vecinos puntualizaron que, «con lo pequeño que es, sí tiene la costumbre de lanzar juguetes por la ventana, hacia el prado que hay detrás del edificio».