Un macrobotellón en el parque de El Carbayedo se salda con veinte denuncias

El hecho comenzó a fraguarse en las primeras horas del crepúsculo, a la vista de las grandes concentraciones que se dieron en La Exposición durante el concierto de Tekila y La última Legión. Al mismo tiempo, trenes y autobuses procedentes de diversos rincones de la región llegaban a la ciudad atestados de visitantes, muchos de ellos 'armados' con bebidas de toda clase. Un clima más propio de tiempos previos al coronavirus.

Según afirmaron algunos de los participantes, el cierre de los bares sitos en otras zonas, como La Ferrería o Sabugo, a partir de las doce y media de la noche motivó la marcha de aún más personas al parque. Las mismas fuentes aseguraron que a las tres todavía había negocios abiertos, lo que causó malestar entre quienes previamente habían sido desalojados en otras calles. Aun así, horas ya diurnas, como las siete de la mañana, aún era posible encontrar grupos de jóvenes aislados en retirada, aunque bajo los visibles efectos de la fiesta.

Ante esta situación, las patrullas de la Policía Local interpusieron una veintena de denuncias por motivos como desobediencia, incumplimiento de la ordenanza de limpieza o vulneración de la normativa contra la covid. No obstante, los agentes optaron por no disolver el macrobotellón; en cualquier caso, no se produjeron incidentes de gravedad reseñable.

Fuentes municipales adujeron ayer «razones de seguridad operativa» para defender la no intervención, y recalcaron que los participantes «no causaban problemas de seguridad ciudadana». Una justificación semejante fue esgrimida en el concierto de Aitana en el Niemeyer el pasado 20 de agosto, en el que se concentraron cerca de 1.500 personas sin respetar la distancia de seguridad.