Jornadas de Cine, Arte y Cultura 'Gil Parrondo' en Avilés
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Jornadas de Cine, Arte y Cultura 'Gil Parrondo' en Avilés
Sara Martín reivindica el trabajo de los directores artísticos en el séptimo arteEl trabajo de un director artístico es fundamental para hacer creíble una historia y además debe quedar lo suficientemente integrado como para pasar inadvertido. Dos cualidades, entre otras, que exigen conocimiento, documentación y criterio estético y que hicieron que el asturiano Gil Parrondo ... fuera en este campo «una figura dentro de la industria internacional». «Fue enorme», resumió ayer la historiadora del arte Sara Martín Fernández antes de impartir la charla 'La Vetusta de Gil Parrondo', programada dentro de las Jornadas de Cine, Arte y Cultura 'Gil Parrondo', en el Centro de Servicios Universitarios de Avilés.
Martín Fernández justificó ayer su apreciación sobre el análisis de los exteriores de 'La Regenta' (1995), la serie dirigida por Fernando Méndez Leite y cuya dirección artística corrió a cargo del asturiano. «Los decorados de Gil Parrondo no fallan nunca, pero en esta serie la labor es casi más complicada porque aquí no hay decorados en estudio sino búsqueda de localizaciones», aclaró.
Parrondo tuvo que encajar una trama decimonónica en una ciudad de 1995, conseguir que los entornos sugirieran ese ambiente provinciano e irrespirable para Ana Ozores descrito magistralmente por el autor Leopoldo Alas Clarín. Sara Martín considera que «la novela es compleja, pero él consigue la atmósfera perfecta».
Y eso es gracias a una de las características principales del director: su rigor. En el estudio que Sara Martín ha hecho de su trabajo, Gil Parrondo «es uno de los grandes, como demuestra su trabajo con los directores más importantes, pero porque se observa que además de trabajar con mucho rigor y con mucha pasión, aprovecha cada una de sus experiencias». «Se ve que trabaja con mucho cariño y su amor por el cine traspasa la pantalla», resume.
Consigue «verdaderas obras de arte», pero también lo más importante «que no se noten, que no quiten protagonismo a la trama» y esto es obligación de una dirección artística pocas veces reconocida como tal, por eso Sara Martín también quiso ayer reivindicar este perfil profesional porque, en su opinión, «abusamos de otorgar la autoría de las películas a los directores y muchas otras profesiones colaboran en que el cine sea un arte».
La historiadora del arte tuvo oportunidad de estudiar el archivo personal de Gil Parrondo, brindado por su hija, y eso le descubrió un organizado método de trabajo por cajas y carpetas en las que el director desglosaba los espacios y decorados del guion que tenía que construir. Había bocetos, croquis, planos y alzados y, en menor medida, algún documento administrativo, recorte o carta. «Fue muy interesante acceder a este material. Son objetos artísticos y una herramienta que te ayuda a entender más en profundidad su cine», resumió. Y aunque había dejado claro que el trabajo de un director artístico no se tiene que notar, «en cuanto te metes en la dirección artística ya no prestas atención a la película» de tantos detalles y aprendizaje que se puede obtener, reconoció la conferenciante.
Sara Martín, que analizó el trabajo de Gil Parrondo en 'La Regenta' para su trabajo de fin de curso del Máster de Estudios Avanzados de Historia del Arte, cree que su figura no está estudiada «como se merece». Ella ya ha aportado su contribución.
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