Pérez-Accino, en 2018. MARIETA

El Aula de Cultura de LA VOZ viaja hoy al Egipto faraónico

El historiador José Ramón Pérez-Accino desvela el fruto de sus trabajos arqueológicos y el posible hallazgo de una segunda esfinge egipcia

BORJA PINO

AVILÉS.

Jueves, 18 de marzo 2021, 01:46

Desde hace siglos, la literatura y el teatro, primero, y el cine, después, han jugado con la idea de viajar atrás en el tiempo y conocer la realidad de tiempos remotos. Una posibilidad que, en el mundo real, sólo ofrece el estudio de la historia, como bien demuestra José Ramón Pérez-Accino Picatoste. Historiador y profesor de Egiptología en la Universidad Complutense de Madrid, este veterano amante del Egipto faraónico ha dedicado buena parte de su vida a desentrañar los misterios de dicha civilización. Y estará hoy, por segunda vez, en Aula de Cultura de LA VOZ DE AVILÉS, a partir de las 19.30 horas, para compartir los resultados de sus últimas excavaciones en el entorno de Luxor.

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En un coloquio con Mercedes de Soignie, coordinadora del Aula, que podrá seguirse gratuitamente a través de la web de este medio, Pérez-Accino retomará la temática que ya introdujo en su primera visita a este espacio, acaecida en septiembre de 2018. Y lo hará, fundamentalmente, para desvelar el gran hallazgo hecho por él y por su equipo de arqueólogos, intuido entonces y confirmado ahora: el descubrimiento de lo que podría ser una segunda esfinge en el legendario Valle de los Reyes, y que podría complementar a la archiconocida Gran Esfinge de Guiza.

Fue en 2014 cuando el interés por conocer lo que dicho valle ocultaba se fraguó en Pérez-Accino, tras haber estudiado en profundidad el proceso de extracción de casi cuarenta momias enterradas en ese lugar, descubiertas en el siglo XIX, y pertenecientes a otros tantos monarcas pertenecientes a las dinastías XVIII y XIX. Pese a contener los restos mortales de algunos de los faraones más determinantes de la historia del Imperio Egipcio, como Amenhotep, Seti I o Ramsés el Grande, «nos resistimos a creer que se había convertido en un valle vacío, sin interés. Tras ver unas fotografías, nos convencimos de que allí había algo más, y empezamos a trabajar en ello», recuerda el historiador.

Con la determinación por bandera, comenzó un largo y complejo proceso que, en sus primeras etapas, se topó con no pocos obstáculos. Muchos de ellos fueron puestos por el propio Gobierno egipcio, celoso guardián de su patrimonio cultural. Tanto fue así, que las dos primeras expediciones lideradas por Pérez-Accino, realizadas en 2017 y 2019, solo obtuvieron permiso para estudiar el terreno, no para excavar. Al fin, en 2020, a la vista de los resultados obtenidos, se obtuvo ese ansiado permiso.

A pesar de su avanzado deterioro, la esfinge, una vez desenterrada, podría llegar a exhibirse, aunque su verdadero valor será el posible cambio radical de la concepción que se tiene de los ritos funerarios faraónicos. Dos alicientes que, sin embargo, tendrán que esperar a que el desescombro se consume.

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