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FERNANDO DEL BUSTO
AVILÉS.
Domingo, 3 de julio 2022, 15:57
Asturiana de Zinc (AZSA) ha culminado los trabajos de clausura y relleno de su tercera balsa con jarofix, un residuo sólido, estable e inerte generado en su actividad y que es uno de los principales deshechos de su producción. La licencia para la obra se ... recibió en julio de 2019 y supuso la inversión de 5,5 millones de euros. El plazo inicial de ejecución era de dos años y medio que se han alargado ligeramente.
El jarofix es uno de los residuos que más problemas provoca en AZSA para su gestión. Debe depositarlo en depósitos concretos, con la correspondiente licencia ambiental que concede el Principado de Asturias. En esta ocasión, se utilizó la tercera balsa que se había construido en las inmediaciones de Asturiana para recibir jarosita, incluso cumplió brevemente ese cometido.
Inversión 5,5 millones de euros.
Material de relleno 670.700 metros cúbicos, algo más de 1.000.000 toneladas de jarofix.
Superficie 92.396,68 metros cuadrados.
Cuota máxima de relleno 27 metros.
De hecho, en la licencia medioambiental, Asturiana de Zinc instaló un dispositivo para separar la jarosita existente del jarofix que se aportaría posteriormente. Además, aunque la balsa se encuentra aislada, se instaló un sistema para recoger los posibles líquidos que se generasen por la presión de material sobre la jarosita.
Estos, junto con el agua de lluvia, se recogerán y depositarán en la balsa número cuatro, que nunca llegó a utilizarse para almacenar residuos. El agua recogida será reutilizada por el proceso industrial de la compañía de zinc.
De esta manera, una vez asegurada la separación de ambos materiales, los camiones de AZSA iniciaron su trasiego diario para aportar el jarofix. A lo largo de este tiempo se ha trasladado un millón de toneladas de este material, ocupando un volumen de 670.700 metros cúbicos.
La cota máxima de relleno alcanzó los veintisiete metros de altura. En total, la superficie de la balsa es de 92.400 metros cuadrados. Se ha plantado una cubierta vegetal para minimizar el impacto visual, tanto en la superficie como en la ladera, además de que se realizará una vigilancia permanente de la estabilidad y para detectar posibles filtraciones.
La operación ha permitido reducir el uso de la cantera de El Estrellín que, hasta la fecha, era el principal destino del jarofix. Las estimaciones de la empresa es que se han evitado cuarenta viajes de ida y otros tanto de vuelta diarios, es decir, ochenta desplazamientos.
Aunque Asturiana de Zinc sigue reduciendo los volúmenes de jarofix que genera como residuo, aún sigue buscando posibles ubicaciones donde poder depositarlo.
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