C. DEL RÍO
AVILÉS.
Domingo, 14 de febrero 2021, 01:06
No se trata de blanquear la imagen de un hombre condenado por asesinato, sino de reflejar las distintas actitudes con las que una persona puede enfocar su paso por prisión. El de Alisson Luis de Oliveira será largo tras haber sido condenado a quince años ... por el asesinato en Avilés de su compatriota Paloma Barreto, pero dada su juventud (25 años) y las posibilidades formativas que ofrece un centro penitenciario en España, en el que sólo cumplirá parte de la condena puesto que será extraditado en el futuro a Brasil, se encuentra decidido a redirigir su vida. Una
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apuesta en la que seguramente habrá tenido mucho que ver su familia, pero también su abogada, Salomé Miranda, que fue quien además lo convenció para que reconociera los hechos y pactara un acuerdo en el juicio celebrado el pasado mes de enero.
Es el propio De Oliveira quien le atribuye este papel desde la cárcel, reconociendo que él no estaba por la labor de reconocer el crimen. Pero una vez dado el paso, el brasileño no ha perdido el tiempo en mirar atrás: el pasado 4 de febrero fue una de las 1.300 personas en Asturias que se presentaron al examen de Educación Superior Obligatoria (ESO), una prueba para la que había estado estudiando estos meses atrás.
Justo un día antes, el miércoles, había llegado al Centro Penitenciario de Asturias la notificación de la sentencia, con fecha de 29 de enero, en la que se recoge que además de los quince años de prisión por haber matado a puñaladas a Paloma Barreto en un piso de la calle de La Cámara, se le imponen diez de exclusión del país desde su extradición.
Tras esta notificación, se liquidan de los quince años de cárcel los días que pasó detenido en los calabozos en León a la espera de su puesta a disposición judicial mientras la Junta de Tratamiento del centro penitenciario califica al preso, seguramente en 2º grado, que es el ordinario, pudiendo así iniciar 'el tratamiento', que es un beneficio penitenciario al que los presos preventivos no tienen derecho.
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'El tratamiento' incluye cursos encaminados a la reeducación y reinserción de la población reclusa. «Fuera, en la calle, no iba a tener esta oportunidad», estima su letrada. De ello parece ser también consciente De Oliveira porque su intención más inmediata es solicitar un trabajo en la cocina de la prisión y ganar así algo de dinero con el que poder llamar a su familia que continúa en Brasil y permitirse alguna que otra compra.
Salomé Miranda mantiene contacto periódico con él y confía en que esta condena le ayude a redirigir su vida. De momento, lo que está observando le complace porque «sigue haciéndose a la vida de la cárcel y creo que, en cierto modo, se siente liberado». Una paradoja cuando se habla de un hombre en prisión, que en cualquier caso resulta muy reveladora.
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El acuerdo alcanzado con la Fiscalía, que permitió reducir la pena inicial solicitada de 23 años de cárcel a 15, motivó también la suspensión del juicio que se hubiera celebrado a partir del 1 de febrero. En esas vistas señaladas en la Audiencia Provincial seguramente habría salido a relucir el motivo por el que Alisson Luis de Oliveira se llevó por delante a quien, en principio, parecía su amiga. En realidad, el círculo íntimo de Paloma Barreto sabía de la existencia de este compatriota, aunque no acierta a precisar el grado de amistad, confianza o relación que existía entre ambos en aquel momento.
Él ha negado categóricamente que mantuviesen una relación y tampoco lo creen los amigos de ella, dado que no se ajustaría ni por edad ni por complexión a los estándares de su gusto. Más bien parece responder a una cercanía propia de dos inmigrantes de la misma ciudad (Porto Alegre) que se encuentran en el país de acogida y en la que el más veterano intenta echar una mano al 'recién llegado'.
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Así habrían abonado una amistad que, el día del asesinato, dejó pistas sobre localizaciones y horas en una conversación a través de WhatsApp.
A las ocho y media de la tarde, al menos un mensaje de móvil sitúa a De Oliveira en la vivienda de la calle de La Cámara el viernes 20 de septiembre de 2019. La muerte de ella se produjo entre las ocho de la tarde y las diez de la noche, según la autopsia. La policía científica rescató del piso una gran cantidad de material biológico. El arma homicida nunca apareció. Alisson Luis de Oliveira huyó del escenario del crimen, pero fue detenido en León un día después cuando, disfrazado de mujer, se disponía a coger un autobús hacia a Alicante, donde ambos vivían. Siempre negó los hechos y explicó su huida por miedo.
La vida para Paloma terminó cruelmente aquel viernes 20, en el piso que había alquilado junto a su asesino para prestar servicios sexuales previamente concertados. La de Alisson Luis de Oliveira tiene un punto y seguido. Llevará un terrible crimen a sus espaldas, pero dentro de quince años, con 40, podrá empezar una vida.
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