El arte de Marisa Valle Roso conmueve en el Niemeyer

'Más que polvo y arena que lleva el aire. Más que polvo y arena que lleva el aire'. Marisa Valle Roso llegó al escenario de la plaza del Niemeyer ataviada con un mono verde de lentejuelas y empezó a cantar la primera estrofa de 'La tonada'. No había en ese momento un público muy abundante, pero enmudeció. Su voz dominaba por encima de una explanada que le brindó el silencio y la atención que pedían esos primeros versos previos a los ritmos más rockeros del tema elegido para presentarse. La tonada es Marisa Valle Roso: es tradición, modernidad, voz y mensaje.

No hizo esperar mucho tras los primeros saludos y enseguida volvió a poner los pelos como escarpias de los presentes en esa alternancia bien elegida entre temas que pegan un puñetazo en el estómago acompañados por una potencia vocal incontestable y canciones propias con mensaje y ritmo. Tras 'La Tonada' y 'Desvirtuarte' llegó 'La Planta 14', de Víctor Manuel, que versionada por ella adquiere otra dimensión. y que ayer además tenía un significado especial. Marisa Valle Roso quiso dedicar el concierto a su a su«güelito», que se llamaba precisamente Agustín, como el patrón de Avilés, y que «no está desde hace unos días». A la langreana se le quebró la voz al recordarle, y posó su guitarra blanca para concentrarse en la voz e imbuirle al tema todo el sentimiento posible.

El público, que iba ganando adeptos, la amparó con un cálido aplauso, y Valle Roso volvió a coger la guitarra para catar a Chavela Vargas y su 'Macorina', a la que siguieron tres temas de su último disco 'Lo fugaz', 'Beberme el consuelo', 'Un secreto' y 'Títere o esclava'.

Porque el concierto de anoche en Avilés, en el marco de las fiestas de San Agustín, fue una suerte de cierre de gira de presentación precisamente de este álbum que sacó en 2022, toda vez que Marisa ya ha anunciado que ya está a punto de sacar el nuevo. Igual que en 2020, cuando en el mes de febrero la artista actuó en el Teatro Palacio Valdés en el concierto de cierre, en aquella ocasión sí fue oficial, de su gira 'Consciente'. En aquella ocasión la acompañaron amigos como Rodrigo Cuevas, con quien comparte la revisión de la tradición folclórica, Nando Agüeros o Eva Tejedor y sus pandereteres.

Ayer, además de los dos músicos con los que se acompañó en el escenario Sam Rodríguez, con los teclados, y Manuel Cordero, a la percusión, interpretaron con ella 'Arriba quemando el sol' las pandereteras Lucía Fernández, Marianela Colomer, Lena Muñíz y Cecilia Braña, fue ya a punto de terminar el concierto y antes de que Marisa terminara de tocar la fibra sensible con 'En el Pozu María Luisa'. Emociones a flor de piel y ovación cerrada. Avilés ya espera no el cierre de gira de su próximo álbum sino el de presentación.

Hoy, Kiko Veneno

La misma plaza del Niemeyer acogerá hoy el concierto de Kiko Veneno, previsto para las diez como antesala de los fuegos.

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