El amigo y gestor que todos quieren al lado

Es amable, cercano, educado y conversador. Y aunque no se le nota porque emana una tranquilidad contagiosa, Javier Reig García también es tremendamente inquieto y le encantan los retos. El más inminente será superar la jubilación porque si bien es verdad que le permitirá un montón de tiempo libre para varios proyectos que están en barbecho, siente que abandona a esos clientes que, por mucho que suene a tópico, acaban siendo amigos.

Se los ha ido ganando día a día, con dedicación y preocupación pero de una manera natural y en absoluta impostada desde que llegó hace treinta años a Avilés desde su Béjar (Salamanca) natal. En realidad, desde Madrid, porque tras estudiar en la Universidad Complutense Óptica y Optometría comenzó a trabajar en la capital. Su primer destino fue el departamento de Óptica Fisiología de la facultad hasta que fue reclamado del Servicio Militar Obligatorio. Cuando concluyó recibió varias ofertas de trabajo, algunas incluso desde el extranjero, desde Arabia Saudí o Andorra, pero decidió quedarse al frente de la dirección comercial y de personal de una óptica con cuatro establecimientos.

Con quince años de experiencia profesional, cuando llegó a Avilés, donde ya se habían instalado décadas antes sus tíos aprovechando el boom de la siderurgia, no tuvo dudas. Convencido de que la cooperación es la base de todo, tiene claro que el asociacionismo es clave para ser más fuerte y conseguir avances. De ahí que nada más llegar a Asturias se involucrara en la puesta en marcha del Colegio de Ópticos de Asturias, que no existía, y del que fue secretario regional solo unos años porque, al igual que siempre ha defendido el asociacionismo, Javier Reig rechaza la perpetuación en los cargos representativos.

En Avilés lo llamó el fallecido Tomás Santos para la portavocía de la Unión de Comerciantes de Avilés y Comarca (UCAYC) y, de nuevo, estuvo cuatro años y dejó paso a otros.

Es convicción, pero también inquietud porque si algo le sobra a Javier Reig son intereses y motivaciones. Le gusta el deporte, la música, la literatura, el cine, el teatro, la historia, la sociología (carrera en la que llegó a matricularse antes que en Óptica) y suma y sigue. De hecho sus asignaturas pendientes tocan un poco de estos intereses. Salvo en el deporte, que se encuentra cómodo con su rutina de natación y ejercicios de fuerza tras haber hecho escalada de montaña, balonmano, baloncesto, natación y artes marciales.

Le encanta escribir y ahora que va a tener más tiempo puede ser el momento de terminar varias novelas que tiene iniciadas. Eso si el grado de Historia Antigua en el que se tiene pensado matricular en la UNED y la participación en un grupo de teatro que también tiene en mente le deja tiempo libre. Él, que también es bastante optimista, está seguro de que sí. Incluso podría tener tiempo para volver a las tertulias de televisión, que compartió con Juan Neira en Canal 10. Porque una voz templada y un juicio sensato como el de Javier son hoy un lujo del que es difícil prescindir.

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