Los acusados niegan un plan para hundir a Cohega y asocian su declive «a los gestores»

Solo respondieron a las preguntas de la fiscal y de las defensas, excepto a las relacionadas con una serie de correos electrónicos que, al parecer, sustentarían la postura de la acusación particular y del Ministerio Público.

Negaron el robo de material y aseguraron que todas las maquinas citadas en la querella, así como su documentación técnica, continúan hoy en la sede de la empresa, tal como consta en un acta notarial. El intercambio de alguna de ellas con la empresa Ribodel, que por aquel entonces no era competencia, era habitual porque el director comercial de Cohega (yerno del administrador fallecido y cuñado del nuevo) era también administrador de Ribodel. Había buenas relaciones entre ambas y, de hecho, sus gastos de representación y teléfono los pagaban a medias.

También rechazaron haberse llevado a trabajadores. «No fuimos a buscarlos nosotros, llamaron a mi padre» seguramente, aventuró uno de los hijos, tras haberse ejecutado los despidos de los directores de producción y comercial en Cohega con la llegada del nuevo administrador. Porque, tal como había señalado el primero, el director comercial «era un pilar básico en la empresa por su conocimiento del mercado».

Negaron, asimismo, haber destruido archivos o haber accedido al servidor. Aseguraron que no tenían acceso y, como señaló el director de producción, «no veo qué razones podía tener yo, con un sueldo de casi de 300.000 euros. Yo estaba defendiendo los intereses de Cohega».

Paralelamente, Ribodel, propiedad de la hermana de Alberto García Hevia y de su marido (el director comercial de Cohega), se replanteó y diversificó su negocio, pasando a convertirse en competidor director de Cohega a partir del segundo trimestre de 2017. Los hijos del matrimonio lo explicaron como una decisión sopesada y lógica. Reconocieron que ganaron un contrato de mantenimiento en Renfe, empresa para la que ya habían trabajado y que solo aportaba el 5% de la facturación de Cohega. No era, además, el cliente más importante. De hecho, consideraron que con los contratos que también tenía con ArcelorMittal y Saint-Gobain podría haber seguido funcionando.