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Reconstrucción virtual del tramo de muralla conservado entre las calles de El Muelle y La Muralla.
Los vestigios del Avilés primigenio

Los vestigios del Avilés primigenio

Intervenciones arqueológicas pendientes en estas zonas arrojarían luz sobre la estructura urbana anterior al siglo XII

RUTH ARIAS

Domingo, 12 de marzo 2017, 01:59

Algunas evidencias apuntan a que el origen de Avilés hay que buscarlo en la época romana, pero lo cierto es que, al margen de la existencia del Fuero, otorgado por Alfonso VI en el año 1085, no hay ningún otro vestigio anterior al siglo XII, época en la que fue levantada la iglesia de San Antonio de Padua, otrora conocida como de los Padres Franciscanos. Sin embargo, diversas actuaciones arqueológicas pendientes permitirían ahondar en un pasado más remoto y conocer más datos sobre cómo era la ciudad en los siglos anteriores.

El arqueólogo Sergio Ríos, que ha participado en la mayor parte de las campañas que se han llevado a cabo en Avilés en los últimos años, apunta que «la zona más interesantes es la de la Capilla de Las Alas». Allí, durante el proceso de restauración que culminó en el año 2010, se pudo constatar que el edificio religioso se asienta sobre otra construcción preexistente, «posiblemente un torreón de carácter defensivo». Sin embargo, la falta de presupuesto impidió en aquel momento realizar sondeos u otras pruebas que pudieran determinar con más exactitud qué tipo de estructura era y su cronología. «Lo más probable es que sea previo a la muralla, y es frustrante no poder saber más», reconoce Ríos.

Ese es uno de los elementos de los que se tiene constancia que podría ayudar a desentrañar los secretos del origen de la villa medieval, pero no el único. En otro de los edificios históricos como es la iglesia de San Nicolás de Bari apareció hace varios años en los remates del muro del claustro una pieza que parece ser del siglo IX. Ríos considera que pudo ser un fragmento de cancel, decorado con motivos vegetales, y no duda en atribuirlo a esa época puesto que «es similar a uno que hay en Santa Cristina de Lena». Sin embargo, tampoco se ha realizado ninguna prueba que permita certificar su antigüedad.

El arqueólogo apunta a la necesidad de realizar una excavación en ese área para comprobar si, al igual que la Capilla de Las Alas, San Nicolás también se asentó sobre los restos de una edificación más antigua y se utilizaron algunos de sus materiales para levantar la entonces nueva iglesia. «Lo más probable es que se encontrase allí y fuera aprovechado como material constructivo y recolocado, pero es necesario saber si esto es así o si la piedra pudo venir de otro sitio», indica.

La de San Nicolás de Bari es otra de las actuaciones pendientes en el casco histórico de la ciudad, pero parece que tendrá que aguardar a mejores tiempos, al menos en lo económico, aunque Ríos reconoce que «para la arqueología nunca hubo buenas épocas», aunque reconoce que la situación ha ido mejorando últimamente con respecto a los últimos años.

La muralla

Entre otras cosas, ahora se ha empezado a plantear la recuperación del único tramo de muralla medieval que parece quedar en pie en la villa, los pocos metros que no fueron derribados y que se asientan en la esquina de las calles de El Muelle y La Muralla, ocultos tras varias pequeñas edificaciones residenciales muy posteriores al siglo XIII en el que se considera que fue levantada, a tenor de los escasos datos que ha proporcionado la documentación escrita.

El nuevo Plan del Casco Histórico contempla eliminar todos estos inmuebles, la mayoría ya deshabitados y prácticamente abandonados, y dejar a la vista ese muro defensivo que en su día marcó la frontera de la villa medieval y constituyó su principal defensa frente a un posible agresor externo. «Recuperarla tendría un gran interés», asegura Ríos, que considera que además contribuiría a dignificar la zona de la Capilla de Las Alas, «uno de os edificios más singulares de Avilés».

De aquella muralla han ido apareciendo restos a medida que se iban haciendo algunas obras. En la plaza de España, por ejemplo, hay señalado en el suelo el lugar en el que se ubican algunos de estos fragmentos que, sin embargo, no pueden ser vistos. En otros casos, esas antiguas piedras han aflorado en propiedades privadas, sobre todo locales hosteleros, con una pequeña excavación en el suelo y, en muchos casos, también han vuelto a cubrirse. De ese tramo de muralla aún en pie poco se sabe aparte del hecho de que está ahí. «Habrá que esperar a derribar los edificios para comprobar el estado en el que se encuentra», dice Sergio Ríos.

El experto, que participará la próxima semana en las XI Jornadas de Conservación-Restauración de la Escuela Superior de Arte que se celebrarán en el palacio de Camposagrado a lo largo del jueves y el viernes, aún apunta otra actuación pendiente en Avilés, como es la que debería abordar el entorno de la iglesia vieja de Sabugo, datada en el siglo XIII. «Debería valorarse el potencial arqueológico de esta zona», opina. Allí se descubrieron, en las campañas de 2010 y 2011, vestigios de la capilla de los Llano Ponte, además algunas inhumaciones y osarios, y de una moneda y restos de cerámicas procedentes de Francia.

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