Secciones
Servicios
Destacamos
Borja Pino
Viernes, 9 de enero 2015, 00:36
Para uno de los participantes en el sorteo de la Bonoloto del pasado miércoles que selló su boleto en el punto de venta de loterías situado en la calle Fernando Morán, la buena suerte ha llegado no durante la Navidad, sino después de ella. Uno de los boletos registrados en ese despacho ha obtenido un premio de segunda categoría, valorado en 211.188,18 euros, por lograr cinco aciertos de entre los números 7, 10, 12, 36, 37 y 45, además del complementario, 42. Por el momento, la identidad del ganador se desconoce.
La sorpresa le fue comunicada en la mañana de ayer a Natalia Vega, responsable de dicho punto de venta desde hace dos meses en sustitución de su madre, Nieves Varela, que ostenta la propiedad desde hace cuatro años. «Estábamos en casa cuando nos llamaron de Oviedo y nos dijeron que había tocado, y que nos traerían el cartel. ¡No nos lo podíamos creer!», reconoce. Una ilusión incrementada por el hecho de que «mi madre, en cuatro años, no ha repartido ningún premio como éste, pero yo llevo sólo dos meses, y ya me he anotado uno».
Por supuesto, una vez superado el impacto inicial de la buena nueva, todos los pensamientos se dirigieron hacia la posible identidad del afortunado. Ya sea un único individuo, varios o una peña de amigos, tanto Varela como Vega coinciden en creer que «debe ser alguien del barrio, de los que vienen cada semana a sellar sus boletos; o, al menos, nos gustaría que fuese así, porque hay mucha gente de por aquí que realmente necesita ese dinero». Con todo, no descartaron la posibilidad de que «nunca lleguemos a saber su nombre. De momento, puede que no se haya enterado aún de su suerte, pero quizá vaya a cobrarlo directamente al banco y nos quedemos con las ganas».
La noticia no tardó en convertirse en el tema en boca de la mayor parte de los vecinos del barrio, y no fueron pocos los que corrieron al despacho a comprobar si la suerte también les había sonreído a ellos. Uno de ellos, Jorge Luís Sol, afirmaba ayer que «no importa que no me haya tocado a mí; siempre alegra saber que ha tocado por la zona, máxime cuando hay tantas personas humildes por aquí».
De la misma opinión era María de Vega. «Si me tocase a mí, pagaría un viaje a Nueva York y los estudios de mis hijos, pero me conformo con saber que alguien está siendo feliz. A mí me queda la salud».
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
A la venta los vuelos de Santander a Ibiza, que aumentan este verano
El Diario Montañés
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.