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Torre del tendido eléctrico en la planta de Alcoa en Avilés.
La compra de una empresa pública que dio grandes beneficios

La compra de una empresa pública que dio grandes beneficios

J. M. URBANO

Domingo, 30 de noviembre 2014, 00:59

Alcoa, la multinacional norteamericana del aluminio, logró hacerse con la empresa pública Inespal en 1998, y lo hizo imponiéndose a otros grupos que en su día se interesaron y analizaron el folleto de venta que planteó el Gobierno español, presidido por José María Aznar, a través de la SEPI (Sociedad Española de Participaciones Industriales).

Alcoa se hizo con Inespal en unas condiciones muy ventajosas. Pagó 410 millones de dólares por una compañía que en los dos ejercicios anteriores había dado beneficios tras haber afrontado además un importante proceso de modernización de todas sus plantas, nada menos que trece en total en todo el territorio español. Pagó 410 millones de dólares, pero se le descontaron 200 para el pago de deudas anteriores -generadas fundamentalmente por los procesos de inversión y modernización ya apuntados- y otros 100 más tras una serie de reclamaciones. En el mismo acuerdo consiguió un precio especial para la electricidad durante quince años. Un precio pactado por megawatio, y si después el coste de la energía subía o se disparaba, era igual: la SEPI se hacía cargo. No hay datos oficiales, o al menos nunca se han dado a conocer, pero se ha llegado a exponer que en el informe del Tribunal de Cuentas, del 13-2-2006, sobre la privatización de empresas públicas, se apuntaba que el resultado contable de la venta de Inespal arrojaba unas pérdidas para el Estado de 456 millones de euros.

Fruto de aquel contrato de compra, Alcoa se comprometía a invertir 390 millones de euros en los diez primeros años, incrementar su actividad, desarrollar nuevos productos y mantener el empleo.

En 2007 la empresa anunció una inversión de 70 millones de euros, de los que 53 se los llevó el emplazamiento de Avilés para cumplir con las exigencias medioambientales de la Unión Europea.

Alcoa compró Inespal cuando ésta contaba con trece centros de producción en toda España. Esta misma semana ha confirmado la venta de las plantas de Alicante y Amorebieta. Se puede decir que hoy quedan tres centros abiertos: San Ciprián, en Lugo, La Coruña y Avilés.

Inespal contaba cuando se procedió a su venta con casi 4.500 trabajadores. En Alcoa es difícil que hoy se llegue a los 2.000 directos.

La planta de Avilés da empleo a unos 400 trabajadores, que como en el resto de emplazamientos, se han visto sometidos a regulaciones de empleo, sobre todo tras el grave problema surgido en 2010, cuando un temporal afectó a la subestación eléctrica y dejó fuera de servicio prácticamente todas las cubas electrolíticas, poniendo en serio riesgo la viabilidad de la fábrica. Alcoa apostó finalmente por su continuidad, contando con el apoyo económico del Gobierno del Principado.

La planta avilesina genera otra serie de empleos indirectos que ayudan a concluir que Alcoa es una pieza clave del tejido industrial avilesino y asturiano. En el caso de Avilés, además, aporta un importante tráfico al puerto de Avilés: 121.149 toneladas desde el mes de enero a octubre.

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