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Borja Pino
Miércoles, 8 de octubre 2014, 00:22
En el año en que se conmemora el cuatrocientos aniversario del nacimiento del pintor avilesino Juan Carreño Miranda (1614-1685), la obra pictórica que tan insigne artista legó a la posteridad parece reproducirse y multiplicarse por momentos. Así, dentro del abanico de actividades organizadas para conmemorar dicha efeméride, ayer fue inaugurada oficialmente una de sus propuestas más vistosas y espectaculares: la exposición colectiva 'Enfocando a Carreño: Proyecto Eugenia', que conforman 25 figuras de fibra de vidrio que representan el busto de Vallejo, y que, decoradas por 36 artistas, se exhiben en los principales enclaves del casco antiguo de Avilés.
El acto oficial tuvo por escenario la Factoría Cultural, espacio al que, mediada la mañana, se desplazaron la alcaldesa, Pilar Varela; el concejal de Cultura, Román Antonio Álvarez, y representantes del PP y de Foro Avilés. Al término de la inauguración, los presentes comenzaron un recorrido por las calles, plazas y parques en las que se encuentran las 'monstruas', y que incluyen espacios como la calle Galiana, la plaza del Carbayedo o la fachada del Ayuntamiento.
A lo largo del resto de la jornada, no fue extraño ver a vecinos y a visitantes detenidos ante las piezas, tomando fotografías e, incluso, comentando las características de cada obra. «Cada uno ha aportado sus propio sello, su impronta», explicó Pablo Hugo Rozada, coordinador del proyecto. «Las piezas son resistentes, están bien ancladas a sus puestos y están tratadas de tal modo que la intemperie les afecte lo menos posible, y que las posibles pintadas sean fáciles de limpiar».
Por todo ello, Rozada auguró que estas 'monstruas' «podrán disfrutarse durante muchos meses». Y esa perspectiva no dejó de emocionar a creadores como Favila, como Encarnación Domingo o como Rudy Lobosco, visiblemente satisfechos al saber que, pese a la filosofía efímera de esta iniciativa, quienes recorran el casco histórico de Avilés podrán contemplar sus trabajos por un espacio de tiempo prolongado.
La ilusión de la apertura fue especialmente palpable entre los miembros de la Fundación Vinjoy. Once de ellos, aquejados de alguna forma de discapacidad física o psíquica, colaboraron durante meses en la elaboración de su 'monstrua', 'Un guiño a la vida', que puede verse en el parque de Ferrera. «Cada uno dibujó uno de los detalles de la pieza. Han tenido que debatir y que ponerse de acuerdo, pero lo han hecho sin problemas», explicó Natalia Barrio, encargada de guiarles durante el proceso creativo. «Se han sentido alegres, motivados y, sobre todo, valorados. Y eso les sube mucho la autoestima».
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