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Por la izquierda, los actores Roberto Álamo y Sergio Peris-Mencheta posan en pie tras el director de la obra, David Serrano.
El adiós del 'poli' bueno y del 'poli' malo

El adiós del 'poli' bueno y del 'poli' malo

El director David Serrano capitanea hoy en el Palacio Valdés el estreno en España del éxito de Broadway 'Lluvia constante'

Borja Pino

Viernes, 3 de octubre 2014, 00:24

¿Es realmente posible distinguir entre personas buenas y malas? ¿Hasta qué punto una amistad puede imponerse a la moral de un ser humano? ¿Puede una tragedia personal justificar actos terribles? Son estas las cuestiones en torno a las que orbita 'Lluvia constante', la más reciente adaptación teatral del texto homónimo firmado por el dramaturgo estadounidense Keith Huff, y que esta tarde, a las 20.15 horas, llega al teatro Palacio Valdés como primer título del último trimestre del ciclo EscenAvilés 2014 como estreno absoluto. Bajo la batuta de David Serrano, los actores Roberto Álamo y Sergio Peris-Mencheta asumen el rol de dos policías, amigos de la infancia, que deben afrontar sus contradicciones como consecuencia de un drama demoledor.

Para Serrano, que ayer presentó oficialmente esta creación en el foyer del Palacio Valdés, en compañía de ambos intérpretes y de Julia Rodríguez, programadora del ciclo, 'Lluvia constante' constituye no sólo su segunda incursión como director sobre las tablas, sino también «la obra de la que siempre me he querido encargar, y que me habría gustado que fuese la primera». Su deseo no pudo cumplirse, pues el libreto de 'La Venus de las Pieles' cayó antes en sus manos, pero eso no impidió que «antes de llegar a la página cinco ya supiese que tenía que ponerme con ella, porque es un texto muy crudo e intenso, el que más me ha impactado».

Es lo descarnado de la historia tratada, la dureza de la tragedia que envuelve a los dos policías protagonistas, uno de los pilares que han sustentado el éxito de la versión original desde su estreno en el Schoenfeld Theatre de Broadway en 2010, con los celebérrimos Hugh Jackman y Daniel Craig como protagonistas. Además de los aplausos cosechados desde entonces, 'Lluvia constante' se convirtió durante varias temporadas en una de las propuestas teatrales con mayor afluencia de público del ciclo norteamericano. Y ese es el objetivo que el equipo que lidera Serrano se proponer alcanzar con esta adaptación, aunque admite que «no está la cosa como para batir récords; de hecho, no creo que se lograse ni con Craig y Jackman».

Gran parte de ese éxito radica en el enfoque que Huff dio a esta historia nada típica de 'poli' bueno contra 'poli' malo que, sin embargo, se aleja de esa relación tópica. «En este drama no hay buenos o malos, sólo dos seres humanos con contradicciones y unidos por una tragedia», explica Álamo, quien encarna a Dani, un agente de la ley que, aparentemente, se perfila ante el espectador como el más censurable de ambos. «A priori, puedo parecer el malo, pero conforme avanza la obra se descubre que, en realidad, los dos protagonistas estamos contando nuestras verdades, a través de dos moralidades diferentes».

El contrapunto del personaje de Álamo es Rodo, al que pone rostro Peris-Mencheta, convertido en habitual de los escenarios avilesinos. Para él, Rodo es «un contenedor de daño, un ser que no existiría de no ser por el sufrimiento de Dani». No obstante, durante la hora y media de duración del espectáculo el policía al que interpreta «va asimilando características del otro, y Dani hace lo mismo con Rodo; y, al final, uno se da cuenta de que, en el fondo, ninguno de los dos es diferente entre sí».

Ambos policías conforman los pilares maestros de una trama que, a juicio de su director, plantea «qué haría una persona normal, como los dos personajes, ante situaciones tan críticas y duras». Pero no es sólo a la reflexión y a la extracción pasiva de conclusiones a lo que 'Lluvia constante' pretende inducir a los espectadores. «Queremos que el público sea ese tercer actor, que se decida por uno de los dos y que se pregunte qué habría hecho de estar él sobre el escenario. Es más, en varios puntos del montaje se lo preguntaremos directamente; esperemos que alguien se atreva a responder», manifiesta Serrano.

A juicio de Peris-Mencheta, las esperanzas del director pueden verse satisfechas debido a las características de los espectadores avilesinos. «La primera vez que representé aquí me quedé gratamente sorprendido», recuerda. No en vano, «aquí, en Avilés, hay un público muy bien educado en el teatro, que sabe, que tiene criterio y que no se conforma con cualquier cosa».

Sin embargo, incluso ante aficionados de semejante talla Serrano se ha visto obligado a modificar sensiblemente el libreto original de Huff. «La hemos respetado casi por completo, pero hemos tenido que recortarla un poco para hacerla más ágil», admite. Y es que, «a día de hoy, es muy difícil que un espectador aguante dos horas sentado en una butaca. La gente quiere dinamismo, algo que enganche, y eso es lo que hemos intentado».

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