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AINHOA PALACIO
Lunes, 16 de junio 2014, 00:51
Desde hace varias semanas hay una avilesina más en la tele. Se trata de Elena González, una actriz de 23 años que acaba de incorporarse a la serie 'Amar es para siempre' -que emite Antena 3 de lunes a viernes a las 16.20 horas- en el que es su primer trabajo en televisión. Su padre, Federico González, y sus hermanos, Paloma y Fernando, fueron de los primeros en encender la tele en su debut, algo que también hizo su novio, Fernando Díaz, con el que estudia los guiones habitualmente. La joven avilesina se incorpora en el episodio 355 y su personaje estará en algo más de 40 capítulo, aunque no ha querido desvelar ni cómo termina su participación ni porqué.
Fueron tres meses «maravillosos de trabajo» en los que, como cuenta aún emocionada, aprendió mucho en las grabaciones. «Me llamaron en febrero para hacer una prueba, de un día para otro, me dieron el texto y pensé que por el personaje que era, podía llevar un vestido que mi abuela le había hecho a mi madre, así con estética de los 60, que creo que es lo que me dio suerte».
González interpreta a una gitana que utiliza casi todo el tiempo una sencilla falda, una camisa y una bata cuando sale trabajando. Y aún así tuvo que pasar por la prueba de maquillaje y peluquería, y su look será más o menos el mismo en todos los episodios. «En la primera prueba coincidí sólo con dos chicas, pero estaba tranquila, aunque sabía que había más».
El director de cásting, Álvaro Haro, estaba en presente en la prueba, y al salir tuvo que repetirla delante del director de la serie, Eduardo Casanova. Algo que «interpreté como una mala señal», recuerda ahora. «Me preguntaron si sabía dónde me metía, que la serie era diaria y que era todo muy rápido, pero dije que sí». También que era su primera experiencia en televisión, que llegaba del teatro con «muchas ganas».
Le contestaron que «a veces buscan gente nueva, con otra frescura», y tres días después la llamaron. El primero en enterarse, además de su representante -Marco Labrador, de la agencia Kailash-, fue su padre. «La experiencia ha sido muy buena, he podido ver que hay un engranaje que funciona perfectamente y que todo el mundo está concentrado en su tarea». Le sorprendió la cercanía de todos, y que pudiese compartir camerino con Nadia de Santiago, una de las protagonistas de esta etapa, «y que todos quisieran ayudar en todo momento».
Larga jornada
Y eso que empezaban los días tempranísimo. «A las seis de la mañana nos iban a recoger y nos daban el texto con una antelación de tres días, como máximo», y en cada jornada «podías llegar a hacer siete secuencias», lo que implicaba quedarse hasta tarde. «Lo que me llamó la atención estando allí es que esta serie puede estar considerada una 'telenovela', pero en ningún momento me dijeron que debía de exagerar mis reacciones, de hecho la interpretación era muy natural y me dieron mucha libertad». Si tenía dudas, le consultaba al director de cásting, «que a los pocos días me dijo que había visto varios capítulos y que estaba bien encaminada».
Ha descubierto que «hay que estar muy concentrado en las tomas, no tiene nada que ver con los ensayos de las obras en teatro y aquí además del texto te marcan los movimientos para que no te salgas de plano». Al salir a grabar «hay que tirar de los recursos propios» y defenderse sin nervios.
Mientras espera a que la llamen para otros papeles, sigue con sus cástings. «He hecho una prueba para la nueva serie de Globomedia con los guionistas de Aida, y estoy esperando, y también quiero presentarme a la convocatoria Centro Dramático Nacional, para actores profesionales de entre 18 y 27 años para hacer una obra en diciembre», y debe defender dos monólogos en ella.
«El cine no lo he probado, y me gusta mucho el teatro pero no quiero cerrarme a nada, porque son cosas diferentes». Desde hace dos años vive en Madrid y en el primer año disfrutó de una beca de la Fundación La Caixa que la ayudó a establecerse y «seguir aprendiendo, porque un actor nunca deja de aprender, es algo para toda la vida».
Desde niña tuvo claro que quería ser actriz, que el escenario era su segunda casa, aunque podría haber ingresado en Medicina por su currículum. Estudió danza con Teresa Tessier y estuvo tres años de gira con Teatro DeMente, «donde aprendí mucho con Antonio Rodríguez Velasco, al que considero mi mentor, y con el que sigo consultando cosas de la profesión».
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