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L. M.
GIJÓN.
Viernes, 11 de septiembre 2020, 01:27
A las nueve de la mañana, puntuales, los alumnos de las asignaturas de primer curso de las distintas ingenierías que se imparten en la Escuela Politécnica (EPI) de Gijón fueron tomando posiciones en las aulas. Tenían claro lo que tenían que hacer. El asiento ... con un cartel que dice 'NO' no debe ser usado nunca. Ellos, que eran del turno de mañana, debían ocupar solo aquellos marcados con un número verde. Los de la tarde harían lo propio, pero con los rojos. «Siempre que puedan, se les pide que ocupen el mismo sitio», explicaba el director de la escuela, Juan Carlos Campo. Así es más fácil localizar a los contactos estrechos en caso de que alguno dé positivo en covid-19.
La EPI fue ayer un ejemplo de organización. «Para llegar al día de hoy ha habido gente que ha trabajado muchísimo desde junio», alabó Campo. Parte de esa organización consistió en dotar de cámaras (cincuenta) y ordenadores para pizarra (catorce) varias aulas de forma que la docencia se pueda seguir 'online', como de momento tendrán que hacer los de los tres cursos superiores.
También se habilitaron 'aulas espejo'. Esto es, salas que ocuparán los alumnos cuando el aula en la que se imparta la clase vea completado su aforo. Desde esas otras aulas, el alumnado verá al profesor en una gran pantalla y podrá interactuar con él, haciéndole consultas, como si lo tuviera físicamente delante. También el profesor verá lo que está ocurriendo en esa aula paralela a través de su ordenador. Ayer ya se estrenó una de estas 'aulas espejo'. Eso sí con un único alumno. Entraban 61 en la clase y él hacía el número 62.
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