La falta de profesores dificulta el comienzo del curso en los institutos

Hablan especialmente de la falta de personal para formar los grupos de diversificación curricular, orientados a alumnos con dificultades y que la ley recupera para los cursos de tercero y cuarto de la ESO. En su caso, su implantación comporta la organización del currículo en ámbitos de conocimiento (materias agrupadas), por lo que indican que, sin este profesorado, los alumnos estarían con guardias toda la semana. Las clases comienzan el día 12 y la nueva convocatoria para el profesorado interino tendrá lugar el día 13 para incorporarse el día 19. Por eso sostienen que hubiese sido preferible hacer el llamamiento el día 6.

También aseguran tener muchas dudas sobre la enseñanza por ámbitos (uno, Científico-Tecnológico; otro, Lingüístico-Social) que los centros pueden implantar voluntariamente en primero de la ESO y extender a segundo. Tienen hasta el día 16 para hacer sus propuestas. Pero las preguntas que se hacen es: «¿Cómo se organizan si no hay horas para que los profesores de distintos departamentos se coordinen? Se pueden juntar dos departamentos, ¿pero hay personal suficiente? ¿Cómo se lleva a cabo dentro del aula? Es más complicado de lo que parece».

Aseguran que para la puesta en marcha de esta forma de enseñar apenas tienen plazo. «Empezamos con los exámenes de primero de Bachillerato y hay que evaluarlos. El viernes tienen que estar hechos todos los horarios y en muchos el claustro es el día 5. Va todo muy rápido porque este año empezamos antes». Insisten en que, exceptuando el Bachillerato General (que, por ahora, impartirán 23 institutos), no ven grandes problemas organizativos en la puesta en marcha de la ley en sí. «Los conceptos tampoco cambian mucho. Y los decretos prácticamente son los mismos que los borradores», afirma el director del IES de Arriondas, Jorge Fraga, quien apunta que en un inicio de curso en el que hay menos exámenes extraordinarios al desaparecer las pruebas de septiembre para los alumnos de ESO, el problema que trasladan compañeros de otros centros es precisamente de plantilla. «Teniendo en cuenta de dónde venimos (en referencia a la pandemia), la nueva ley es un reto menor en un curso en el que se vuelve a la normalidad, sin mascarillas y sin distancia social», dice Cristina Lejarza, del Doña Jimena de Gijón.

Y ese el sentir de un buen número de directores de instituto y de centros concertados de Secundaria. «De optimismo», aunque si bien el presidente de Escuelas Católicas, Simón Cortina, reitera lo que ya manifestaron tanto él como representantes sindicales meses atrás: «Lo más prudente hubiese sido posponer la aplicación un año y tener más tiempo para prepararnos para el aterrizaje de la LOMLOE».

Valora positivamente «el enfoque competencial, pero sin abandonar el aprendizaje memorístico, la organización por ámbitos», la recuperación de los programas de diversificación curricular y la atención a cada alumno en función de sus necesidades e intereses». Pero en este punto, advierte: «Esa atención ha de venir acompañada de recursos, de más profesorado y bajada de ratios, aprovechando además la bajada de la natalidad». Optimista también se muestra Jesús Fernández, del IES Carmen y Severo Ochoa de Luarca: «Se incluyen en la ley metodologías vanguardistas en las que ya trabajábamos. Tiene pretensión de mejora, como las anteriores».

Más crítico es Francisco de Asís Fernández, del IES La Corredoria: «Desde un punto de vista personal, creo que todo está subordinado a que tenga una utilidad práctica para las empresas. También recoge que hay que partir de los intereses del alumnado, cuando en función de su origen y situación, van a ser muy distintos y lo que queremos es que la educación nivele y haga de ascensor social. Hace falta orientación».