OLGA ESTEBAN
GIJÓN.
Domingo, 27 de septiembre 2020, 02:20
Asturias vivió la prueba de fuego el martes, cuando 64.000 escolares de Infantil y Primaria volvieron a sus colegios después de seis meses. Lo ocurrido esta semana demuestra que los centros educativos pueden funcionar con bastante normalidad, gracias al ingente esfuerzo de equipos directivos ... y docentes. Y que, pese a no estar exentos de riesgo y que ya haya algunas aulas cerradas en varios municipios, las incidencias son por el momento una excepción. Habrá que pulir «flecos», mejorar cuestiones relacionadas con el transporte, el comedor, la limpieza, las entradas y salidas. Y habrá que acostumbrarse a las cuarentenas y las PCR en la población escolar.
Publicidad
Con todo, Asturias dará mañana el segundo gran paso en el camino por recuperar cierta normalidad en la enseñanza. 54.100 estudiantes regresan a sus estudios de ESO, Bachillerato y Formación Profesional. Y en el curso de la covid, de las distancias y los grupos reducidos, son más que el año pasado. Ha aumentado en 1.931 jóvenes la matrícula en ESO y Bachillerato (aún no han llegado a estas etapas las consecuencias del descenso de la natalidad), mientras que en FP ha descendido ligeramente (la matrícula está aún abierta).
Son más, pero en clase tienen que ser menos, al menos en primero y segundo de ESO, con una ratio de 20 alumnos. Para ello se han habilitado 164 nuevas aulas (cien en la pública y 64 en la concertada) y se han contratado 61 docentes de refuerzo. En total, habrá 675 nuevas este curso. A partir de tercero de ESO, existe la posibilidad de la enseñanza semipresencial cuando no sea posible guardar la distancia de seguridad. Los centros asturianos han hecho un enorme esfuerzo, reconvirtiendo cualquier espacio disponible en aula. El principal objetivo para todos era que segundo de Bachillerato sí tuviera un curso presencial. De esta forma, en tercero de ESO habrá 31 centros con clases 'online' (y 37 presenciales); en cuarto, 32 y 36, respectivamente; en primero de Bachillerato 30 con semipresencialidad y 37 'normales' y para el curso preuniversitario 15 han tenido que hacer turnos de asistencia y 52 han logrado habilitar sitio para todos. Así, «regresarán con la mayor seguridad posible, como en Infantil y Primaria. Los equipos directivos tienen todos los protocolos listos», dice la consejera de Educación.
Llegar aquí no ha sido fácil. Cuatro centros de Secundaria de Asturias, de distintos lugares y características, explican cómo se han preparado para su curso más difícil.
IES La Corredoria Oviedo
Admiten algunos compañeros que no les gustaría estar en el puesto de Francisco de Asís Fernández. Es el director del IES La Corredoria, centro masificado, con instalaciones previstas para 650 alumnos, pero que en la actualidad acoge a casi un millar («la covid y el hacinamiento son buenos aliados», advierte). Sin experiencia previa en dirección, se hizo cargo de uno de los centros más complicados de Asturias, porque «tenemos la carga de dos institutos, pero no la cobertura de dos institutos». Francisco ha implantado en el centro algo así como una 'democracia participativa' y para determinadas cuestiones importantes consulta directamente a la comunidad educativa. El curso de la covid es una de esas cuestiones. El equipo directivo estaba empeñado en «dar clases con calidad, manteniendo la seguridad y la compatibilidad de la vida laboral y familiar». Pero la realidad es tozuda: «Dos litros de agua no caben en una botella de litro y medio». Necesitaban nueve espacios fuera del centro, con eso «habríamos logrado que todos tuvieran jornada presencial y de mañana». Pero los espacios no llegaron.
Publicidad
Así que el instituto ha tenido que optar por la solución menos mala. Primero y segundo de Bachillerato tendrán jornada vespertina, de 13.30 a 18.30 horas. «Intentábamos mantener la calidad educativa, la seguridad y las necesidades de la comunidad educativa. Pero tuvimos que renunciar a lo último. Y eso afecta a familias, profesores, chavales...», lamenta el director, que está especialmente molesto por ser «víctimas de los recortes en materia educativa. Esto afecta a un barrio vulnerable, azotado por la crisis económica y de la covid, aquellos a quienes se prometió un segundo instituto que nunca llegó». Lamenta este docente que las administraciones «no hayan estado preparadas» ni a la altura.
Noticia Relacionada
Virgen Mediadora Gijón
Este centro concertado de Gijón tiene unos 120 alumnos de Bachillerato y el doble en Secundaria. En primero y segundo de ESO han tenido que abrir aulas nuevas, mientras que tercero y cuarto tendrán enseñanza semipresencial. Bachillerato, como todos los centros, era la prioridad. «No es so por aprobar la Ebau, es que tienen que sacar la nota necesaria para los estudios que quieran. El año pasado conseguimos sortear un trimestre, pero todo un curso... No lo veíamos», cuenta Gema Arango, directora pedagógica del colegio. Así que con ese objetivo se habilitaron los huecos más grandes del colegio: una biblioteca, varios laboratorios, el salón de actos y hasta la capilla. Fuera bancos y dentro pupitres El centro ha tenido que hacer reformas, para tirar una pared y hacer un ala más grande. Como otros centros, en las Dominicas han sacrificado la sala de profesores.
Publicidad
Ese aspecto, organizar los espacios, ha sido un obstáculo importante, pero no el único. Organizar los grupos para que todo el mundo pudiera elegir sus optativas preferidas pero manteniendo las medidas de seguridad tampoco ha sido fácil. Sin olvidar el miedo inicial, cuando «el Gobierno dijo que no habría fondos para la concertada». Finalmente eso no sucedió. Y la semipresencialidad, un modelo complicado que obligará a «aprovechar el tiempo al máximo» y avanzar en explicaciones todo lo posible los días de clase presencial.
Ahora, «el centro está listo para la acogida». A partir de ahora el éxito depende de todos: el mensaje a las familias incluye «tranquilidad, seguridad y responsabilidad. No solo podemos estar cuidando algunos aspectos en el centro y olvidarlo cuando salgan por la puerta. Si hay grupos burbuja es por algo. Apelo a la responsabilidad individual, también a la hora de comunicarnos los posibles síntomas».
Publicidad
IES La Magdalena Avilés
Hace solo unos días, ultimaba Oswaldo López, director de este centro avilesino con 476 alumnos, los últimos «flecos». El mismo viernes se matriculó el último alumno, en un curso en el que una persona es menos que nunca un número. Una persona puede suponer romper la ratio permitida. Tenía el director tarea pendiente para el fin de semana. No en vano, son muchos los directores que admiten no haber descansado un fin de semana entero estas últimas semanas. Tienen las aulas ajustadas «al milímetro», han ganado alguna unidad covid y han logrado que primero y segundo de Bachillerato puedan hacer un curso presencial. Para ello han habilitado el laboratorio de química, el aula de música, el salón de actos y la biblioteca.
Pero hay otras muchas cosas que cambiar, más allá de los espacios. López habla de un «cambio metodológico inevitable, que en muchos casos supondrá un retroceso». Se acabó el trabajo colaborativo, el compartir material. Un ejemplo: las clases de música. «La profesora llevará los instrumento, pero solo para enseñarlos. Habrá que ingeniar mucho para lograr una enseñanza activa sin contacto». A eso se sumará la obligada adaptación de las programaciones y la recuperación de aprendizajes básicos no conseguidos el curso pasado, con el foco puesto en «no perjudicar al alumnado semipresencial». El director lo tiene claro: los primeros días hay que centrarse en la información, la formación digital y la acogida emocional.
Publicidad
IES Carmen y Severo Ochoa Luarca
José Ignacio Nieto se sabe afortunado: sus instalaciones le han permitido que los 420 alumnos de este IES de Luarca acudan a clase todos los días. No habrá modalidad presencial para nadie. Y tras «todo el verano currando», su máxima preocupación a un día del inicio de las clases es el transporte escolar. Adecuar los horarios de las rutas a las entradas y salidas escalonadas está siendo un auténtico problema. «De nada sirve que lo tengamos todo organizado si luego tienen que esperar fuera, todos juntos, media hora», lamenta el director.
Como tantos otros directores (la mayoría, de hecho), Nieto será el propio coordinador covid de su centro. Algunos compañeros han solicitado a la consejería que eas responsabilidad recaiga en un sanitario. Por el momento, seguirán siendo los docentes.
Noticia Patrocinada
En cualquier caso, Nieto insiste en mandar un mensaje de «tranquilidad y sosiego» a familias y alumnado. «Está todo preparado y los niños tienen que asistir a clase imperiosamente».
3 meses por solo 1€/mes
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.