Por la izquierda, Dominique Ninanne, Margarita Blanco Höslcher, Ignacio Villaverde, Isabel Carrera, Carmen Alfonso y Paz Menéndez Sebastián, ayer, durante el acto académico de conmemotación del 8M. ÁLEX PIÑA

Villaverde: «Debemos tomar medidas para romper los techos de cristal. Que no sea postureo»

«No podemos negar evidencias como que la carrera académica de las mujeres se ralentiza y tiene más obstáculos», defiende el rector

A. VILLACORTA

OVIEDO.

Miércoles, 9 de marzo 2022, 02:07

De «nuestra Dolores Medio» a Chimamanda Ngozi Adichie y la fascinación que ejercen sus libros sobre Beyoncé. De Virginia Woolf a Carmen Laforet, Elena Fortún, Lucía Mbomío o Najat el Hachmi. Escritoras disidentes que ayer centraron el acto académico de conmemoración del 8M en la ... Universidad de Oviedo de la mano de cuatro expertas que analizaron cómo sus obras han movido mundos y removido conciencias en una mesa redonda moderada por la profesora Paz Menéndez Sebastián: Isabel Carrera (Filología inglesa), Carmen Alfonso (Filología española), Margarita Blanco Hölscher (Filología alemana) y Dominique Ninanne (Filolofía francesa). Todas, convencidas de que «hemos avanzado mucho y nos queda muchísimo por avanzar» en la conquista de la igualdad, «pero estamos en un camino sin retorno», como resumió Menéndez Sebastián, que dedicó un acto empañado por la guerra en Ucrania «a las mujeres que luchan, pero no en las barricadas, sino a las que luchan por la supervivencia de sus familias, por sacar adelante a sus hijos, sus padres, sus abuelos... en las peores condiciones posibles».

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Con ellas muy presentes, las cuatro especialistas desgranaron joyas literarias como 'El cuento de la criada' que, como casi todo lo que sale de la prodigiosa pluma de Margaret Atwood, parece profético. Aunque, en realidad, ficciones como esa distopía en la que las mujeres se ven reducidas a su papel reproductivo «han sucedido realmente en algún régimen dictatorial del mundo», explicó Isabel Carrera, que ve en los conflictos que asolan el planeta «una exaltación de la masculinidad tóxica». Un mundo en el que ni siquiera la Universidad se libra de la desigualdad, como reconoció el rector Ignacio Villaverde, que abogó por «poner en práctica políticas que rompan los techos de cristal». Que las buenas intenciones «no sean postureo» y actuemos.

Porque -defendió-, al margen de impresiones personales, «los datos son irrefutables»: «No podemos negar evidencias como que la carrera académica de las mujeres tiene más obstáculos y va mucho más despacio que la de sus compañeros».

La Universidad de Oviedo dedica el acto institucional del 8M a las escritoras disidentes y la literatura que mueve mundos

Así que, al margen de las medidas puestas en marcha en los últimos tiempos, su conclusión fue clara: «Algo no estamos haciendo bien en una institución que, además, debe ser un ejemplo». Una autocrítica en la que ahondó leyendo el comunicado elaborado por la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE) para este 8M, que denuncia las «diferencias salariales de género». O que, «aunque la presencia de las mujeres en estudios de grado supera a la de los hombres, es preocupante su infrarrepresentación en los puestos de responsabilidad y en las carreras STEM», lo que «nos urge a actuar para cerrar la brecha digital de género que ya existe».

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Por todo eso, por «las mujeres rurales, mujeres con discapacidad o migrantes», por «aquellas a las que la violencia machista ha silenciado», la comunidad universitaria insta a «seguir conmemorando cada 8 de marzo» y a «seguir luchando por la igualdad efectiva entre mujeres y hombres todos los días del año. Es nuestro deber como instituciones propulsoras de una sociedad más justa e igualitaria».

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