La variante vista por los trasmontanos
Vidal Gago. Decano de la Demarcación de Asturias del Colegio de Ingenieros de Caminos
Domingo, 26 de noviembre 2023, 02:16
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Vidal Gago. Decano de la Demarcación de Asturias del Colegio de Ingenieros de Caminos
Domingo, 26 de noviembre 2023, 02:16
«Sólo quien se sabe incapaz de ir más lejos está feliz de haber llegado»
(Amin Maalouf. 'El primer siglo después de Beatriz'. 1992)
«Como él (Maalouf) dice, en este siglo no hay ya forasteros sino compañeros de viaje»
(Su Majestad el ... Rey Felipe VI. Teatro Campoamor. Oviedo. 2010)
El secular aislamiento asturiano, hace un tiempo ya más mental que físico, ha hecho que las gentes de estas tierras no tengan término medio en su relación con el exterior. Bien quedaron felices viendo pastos y montes, diciéndose que como aquí no se vive en ninguna otra parte, bien saltaron la mar océana estableciéndose en las américas, donde están censados más de cien mil de ellos. En las últimas décadas esto ha ido cambiando poco a poco, pero ambas visiones siguen grabadas en el imaginario regional.
Esta es una ocasión excepcional que debemos aprovechar para cambiar el enfoque con el que miramos a Asturias. Llevamos tantos años esperando este acontecimiento que parece que vayamos a decorar con guirnaldas villas y aldeas, al modo de la película de Berlanga, pero corremos el riesgo de que, como los vecinos de Villar del Río, sólo veamos a la comitiva pasar de largo. Así pues, ¿qué debemos hacer para que Mr. Marshall repare en nosotros?
No sólo del lado de allá estarán las oportunidades -lo de poder llegar en poco más de tres horas a Madrid es un mantra ya cansino, pues ese tiempo es el mismo para que otros hagan el trayecto inverso-, sino que hemos de convencer a tirios y troyanos de que las suyas se encuentran aquí, y eso, con la llegada de la alta velocidad ferroviaria, es aún más cierto. Muchas son las actuaciones llevadas a cabo por la iniciativa privada, las cámaras de Comercio o la Administración autonómica, algunas de ellas exitosas, sin duda, pero hasta el momento manifiestamente insuficientes. Amin Maalouf, premiado en 2010 con el Príncipe de Asturias de las Letras, escribió el ensayo 'Las cruzadas vistas por los árabes', cuyo título he parafraseado para encabezar este artículo. Como nos ocurre ahora a escala regional, los occidentales llevamos siglos enfrascados en una percepción unidireccional del mundo, así que no sería mal comienzo conocer los puntos de vista de aquellos con quienes queremos compartir los beneficios de las nuevas ventajas que traen los trenes rápidos a este lado de la cordillera.
Desde nuestro colegio seguiremos poniendo algunos granos de arena más para ello, aunque quizá haya quien entienda que nuestro cometido ya está hecho. Ni mucho menos. Bien es verdad que la variante supone un orgullo para nuestro gremio, puesto que han sido ingenieros de caminos quienes la impulsaron, planificaron los trabajos, redactaron los proyectos y dirigieron las obras. Eso sí, comandando un ejército excepcional de mujeres y hombres con habilidades y conocimientos de muchas otras disciplinas, profesionales abnegados y animosos cuya labor se ve ahora plasmada en una infraestructura puesta al uso público, objetivo único de su esfuerzo. Que les conste a todos nuestro reconocimiento.
Pero hasta el día de hoy solamente hemos conseguido armar otra herramienta, ciertamente poderosa, para el desarrollo de nuestra región. Ahora corresponde utilizarla. Llevamos décadas cansados de oír lamentos de todo tipo sobre la falta de infraestructuras adecuadas. No ha lugar a tales excusas. En el último cuarto de siglo docenas de colegas nuestros han diseñado y construido una autovía que cruza del Deva al Eo; otra de Mieres a Gijón; una más de allí a Oviedo; otra, aún inconclusa, que servirá de puerta al suroccidente; las íes griegas del oriente o de Bimenes; un nuevo puerto exterior; la ampliación de otros; mejoras de la red convencional de ferrocarril; polígonos industriales a tutiplén; traídas que aseguran el abastecimiento de agua; depuradoras y saneamientos que hacen de nuestros núcleos de población lugares atractivos para vivir...
¿Contentos por lo hecho? Sí. ¿Felices por haber llegado hasta aquí? No, porque queda mucha tarea por delante -y no crean que nos referimos a llevar ahora esas vías hasta la costa, lo que tendría un coste económico y ambiental inasumible- también para los ingenieros de caminos: explotar adecuadamente las instalaciones portuarias; completar la red de carreteras en las alas; optimizar nuestras cercanías; ordenar el territorio o cuidar y mantener lo ya ejecutado. Para ello se seguirán necesitando recursos y sólo será posible con el crecimiento de la actividad económica, sobre todo en campos de alto valor añadido. A los atractivos naturales de la región los hemos aderezado ya con las infraestructuras físicas necesarias. Salgamos del letal discurso quejumbroso, emprendamos desde aquí y hagámosla atractiva, fiscal y administrativamente, a esos compañeros de viaje a los que se refería el entonces Príncipe en su discurso cuando fue premiado el escritor franco-libanés.
Ahora comenzará el primer siglo después de la variante. En la novela de Maalouf que se cita en el encabezamiento y que fue publicada aquel extraordinario año en que el mundo entero puso sus ojos en España, relata una distopía que tiene mucho que ver con uno de nuestros principales problemas, la despoblación. Al final de la misma se lamenta de que «en un momento dado podría haberse desviado el curso del destino para guiarlo en un sentido más conforme con los sueños de los hombres» Nuestro momento es éste. Hagamos que las gentes de allende ríos, mares y montañas fijen su vista en Asturias. E invitémosles a compartir nuestros desafíos.
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