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Sor Rosario del Camino, en el claustro del monasterio ovetense. ALEX PIÑA
«La vida de fe y monástica te acerca a todos»
Día de Asturias

«La vida de fe y monástica te acerca a todos»

El Principado reconoce la solidaridad de las monjas benedictinas que custodian el archivo medieval más importante de Asturias

ROSANA SUÁREZ

OVIEDO.

Jueves, 8 de septiembre 2022, 01:57

En el apodado cariñosamente monasterio de 'Las Pelayas', en pleno casco antiguo de Oviedo, residen las monjas benedictinas del Monasterio de Pelayo. Las vecinas más antiguas del casco histórico ovetense, que habitan el convento de clausura situado en la Calle San Vicente, han sido distinguidas este año con una de las Medallas de Asturias.

Esta comunidad de religiosas constituye la entidad más representativa de la historia monacal asturiana y conserva el archivo medieval más importante de Asturias, con más de 3.500 documentos entre libros y pergaminos. La historia de las Pelayas es milenaria y está estrechamente vinculada a la historia del Principado, como atestigua el archivo histórico que custodian.

  • Monasterio Fundado en época medieval bajo la advocación de San Juan Bautista, está dedicado a San Pelayo Mártir.

  • Archivo medieval Con un total de 3.500 pergaminos, el documento más antiguo que conservan es del año 887.

  • Comunidad benedictina 21 monjas habitan el convento de clausura. Se dedican a la repostería, acogida y hospedaje.

Fundado en época medieval por orden de Alfonso II de Asturias y su hermana Jimena, considerada su primera abadesa, bajo la advocación de San Juan Bautista, el monasterio está dedicado a San Pelayo Mártir. Hace más de 1025 años que las reliquias de San Pelayo llegaron a Oviedo procedentes de Córdoba. Era el año 994. Desde entonces, el cuerpo del mártir se guarda y venera bajo el altar mayor del Real Monasterio San Pelayo. «Un niño de trece años, prisionero desde hacía cuatro, no quiso ceder a los requerimientos del califa Abderramán, quien le pedía renunciar a su fe y pretendía abusar de él. No era un héroe, sino que su martirio fue el cumplimiento de una vida previa de oración y relación con Jesús», afirma la madre abadesa, sor Rosario del Camino, que desde el año 2011 ejerce su responsabilidad al frente de la comunidad.

Hace treinta y cinco años que ingresó en el monasterio de San Pelayo, donde además de las labores propias del monasterio, las hermanas aprendieron a encuadernar y restaurar libros. Incluso regentaron un colegio mayor. En 2016 decidieron lanzarse a la venta de pastas artesanales, pues el número de estampaciones que recibían había ido bajando en los últimos años, debido al aumento del formato digital, y desde la comunidad pensaron en reinventarse. El local donde antes se hacían las tareas de encuadernación de libros pasó a convertirse en un espacio formado por hornos y mesas de trabajo donde elaboran las diferentes clases de galletas. El monasterio tiene también función de hospedería regentada por las monjas.

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