Dieciséis víctimas de agresión sexual cada mes en Asturias

Desde su apertura, en una fecha clave: el 25 de noviembre, Día Internacional contra la Violencia de las Mujeres, de 2020, hasta el pasado 1 de julio, el Centro de Crisis para Víctimas de Agresiones Sexuales ha atendido a 685 víctimas de violencia sexual. Supone una media de dieciséis casos cada mes. El Principado considera «preocupante» estas cifras, sobre todo cuando se pone el foco en cada caso. De las 685 mujeres agredidas, 139 son menores de edad. Si entre las adultas la edad media son los 33 años (con casos de víctimas de 18 años y de 79), la mayoría de las niñas agredidas tiene 15 años. De nuevo la media arroja cifras para el análisis: se han registrado tres casos al mes de menores agredidas. Una cifra que obligó al pionero dispositivo a reforzar el equipo de seis psicólogas y seis abogadas con un equipo especial para menores.

En total, siete psicólogas y siete abogadas, más una coordinadora, que han tenido que apoyar y tratar a 445 víctimas de agresión sexual (el 74% de los casos), a 91 de abuso sexual en la infancia (el 15%) y a 38 por acoso sexual. De estas, el 6% se llevó a cabo a través de las redes sociales. Una violencia que no frena. En el último mes, junio, al centro acudieron 20 personas. De ellas, 13 eran víctimas y el resto, familiares de víctimas. De las mujeres agredidas en junio, seis son adolescentes.

«Son datos preocupantes», confirmó la vicepresidenta del Principado, Gimena Llamedo, que tiene entre sus competencias las políticas de Igualdad. Unos números que, sin embargo, no chocan con la afirmación de que «Asturias es una región segura», como indican las estadísticas, y que quiere «serlo más y reforzar esa seguridad». Para ello, en los dos últimos días se han celebrado cursos de formación en el protocolo anti agresiones sexuales a empresarios del ocio nocturno. Tanto de la asociación Asturias de Noche, como de la patronal turística Otea. En la entrega de diplomas del curso celebrado en Gijón estuvo la vicepresidenta, quien considera que con la entrega de los 33 diplomas que certifican la condición de local adherido al protocolo, «tenemos una alianza fundamental entre el Gobierno y el sector turístico».

Gimena Llamedo dejó claro que «el ocio nocturno de Asturias es seguro, pero queremos reforzar esa seguridad y que siga siendo un espacio en el que se cuide y proteja a las mujeres». El mensaje a enviar a las víctimas es que «no están solas, las estamos acompañando como sociedad», señaló la vicepresidenta, quien destacó que «Otea y Asturias de Noche han estado desde el principio trabajando con el Gobierno de Asturias». El objetivo, «que todos los locales se adhieran al protocolo».

En la misma línea se manifestaron tanto el presidente como el vicepresidente de Otea, José Luis Álvarez Almeida y Javier Fernández, respectivamente. El segundo fue muy contundente al afirmar que «el ocio nocturno asturiano es seguro» y que el sector trabaja para mejorar cada día. Por su parte, Álvarez Almeida señaló que «en Otea hay más de cien locales de ocio nocturno. Y todos a favor de este protocolo». Porque, recalcó, «en el sector turístico asturiano no queremos como clientes a agresores de mujeres».

Los 33 primeros locales adheridos al protocolo anti agresiones sexuales en Asturias tendrán en un lugar visible la pegatina acreditativa. Un gran círculo de fondo malva en el que, muy visible, está el número del Centro de Crisis para Víctimas de Agresión Sexual. Es decir, el 677 985 985, un número que da respuesta las 24 horas del día los 365 días del año.

Su coordinadora, Victoria Carbajal, ha participado en estos dos cursos de formación en materia de prevención de violencia sexual que han recibido los empresarios del ocio nocturno. Junto a ella, Carmen Ruíz Repullo, socióloga especialista en materia de violencia machista. Entre ambas, dieron las principales pinceladas respecto a la violencia machista y sexual, así como las claves para el buen funcionamiento del protocolo.

En esa línea, Victoria Carbajal recordó a los asistentes la importancia de ofrecer ayuda especializada a la víctima y poner el foco en el agresor. Recordó ella el caso de una víctima de violación en Asturias que, pese a el total anonimato mediático con el que se protegió a la joven, un dato sobre su lugar de nacimiento llevó no solo a que ella fuera identificada, sino a que sus padres se enteraran antes de lo sucedido por la prensa que de boca de su hija. Ruíz Repullo, por su parte, destacó que los locales de ocio nocturno «son seguros», ya que «de hecho, son en los que menos casos se denuncian».

En cuanto al protocolo en sí mismo, el asturiano fue el primero del país, firmado en marzo del año pasado. Los locales de ocio se comprometen a tener en lugar visible el número del Centro de Crisis, a dotarse de cámaras de vigilancia y eliminar las zonas oscuras, sobre todo en el acceso a los aseos. El personal del local debe estar formado en atención a víctimas y, en caso de que se lleve a cabo una agresión, ofrecerle a ella un espacio donde pueda estar tranquila e identificar al agresor. Es importante, además, preservar las posibles pruebas y los testigos de la agresión.

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