La víctima, un concejal querido y carismático que renunció al sueldo

Javier Ardines González (Bélgica, 1966) era pescador y concejal en el Ayuntamiento de Llanes por Izquierda Unida. Comprometido con la política de base y convencido de buscar mejoras para sus vecinos desde el Consistorio, renunció a su sueldo como edil. Formaba parte del gobierno cuatripartito que desalojó al PSOE de la Alcaldía llanisca. Estaba casado con Nuria Blanco, tenía dos hijos, Alba e Iván, y un nieto, su ojo derecho.

Fue asesinado la madrugada del 16 de agosto de 2018, a escasos cien metros de su casa, en Belmonte de Pría, cuando se dirigía al puerto de Llanes para salir a faenar, como cada día. Sus asesinos le tendieron una embocada colocándole tres vallas de obra en mitad del camino, que le obligaron a bajar de su furgoneta para apartarlas y poder seguir su marcha.

Le atacaron por detrás con un bate de béisbol y le rociaron con gas pimienta para aturdirle. Aún así, intentó zafarse y corrió unos cincuenta metros. Allí fue de nuevo alcanzado y sus agresores le asfixiaron hasta matarlo. Su cadáver quedó tendido en el camino y fue localizado unas dos horas después por un vecino que había salido a pasear al perro.

La investigación para esclarecer el violento episodio corrió a cargo de la Unidad Central Operativa (UCO) y la Policía Judicial de la Comandancia de Gijón. En febrero, seis meses después, fueron detenidos los cuatro sospechosos que serán juzgados a partir del martes.