CHELO TUYA
GIJÓN.
Martes, 1 de junio 2021, 04:01
Como cada quince días, volvió ayer a recorrer los más de 320 kilómetros que separan su actual domicilio del que compartió con su marido y padre de sus dos hijas. Más de ocho horas de coche, en viaje de ida y vuelta para recoger a las pequeñas, tras el fin de semana en casa del progenitor. Un recorrido que prefiere seguir haciendo antes que cumplir con la orden de la Audiencia Provincial de Vitoria.
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Porque, tal y como adelantó EL COMERCIO, el alto tribunal alavés ha fallado que la mujer, víctima de violencia machista a manos de su exmarido y padre de las pequeñas, con una orden de alejamiento de 500 metros, debe volver a residir en la ciudad en la que ambos compartían domicilio familiar.
Y eso pese a que ella huyó de la ciudad, incluso de la comunidad autónoma, buscando refugio en Asturias. «Desde febrero les encontramos casa aquí, escolarizamos las crías y, desde marzo, ella ya tiene trabajo», explica Paz Rodríguez. Preside la asociación Carla Vive, especializada en atención a víctimas de violencia machista, a las que ofrecen asistencia jurídica y vivienda.
Es ella la que explica que la sentencia «deja claro que ella es víctima de violencia machista y que él tiene un informe psicosocial negativo, en el que se indica que manipula a las niñas contra la madre». Pese a ello, el tribunal entiende que «lo mejor para corregir la actitud del padre es que pase más tiempo con las hijas», por lo que obliga a la víctima «a volver a residir en la ciudad que ambos compartían».
Algo que la víctima de maltrato no está dispuesta a hacer, sobre todo porque allí «no tiene red familiar ni trabajo» y en Asturias «ya tiene vivienda y empleo». Además, recuerda que pese a tener una orden de protección de 500 metros «hemos sabido que él ya ha alquilado una vivienda a 600 metros de distancia de la vivienda que antes compartían», en la idea de que ella vuelva allí con las niñas.
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Rodríguez la acompañó ayer en el viaje a por las pequeñas, junto a su abogada, «para interponer el recurso ante el Tribunal Supremo». La intención es «evitar que la obliguen a volver a vivir en la ciudad de la que se marchó para estar lejos de su agresor».
Mientras llega el fallo del Supremo, desde la asociación Carla Vive se espera que la mujer y sus dos hijas «puedan seguir en Asturias, donde tienen una vida tranquila, lejos del agresor».
El caso de la víctima de maltrato acogida en Asturias es considerado «una prueba más de la violencia vicaria» por Flor Tejo, quien exigió «perspectiva de género a la Justicia» y evitar «la doble victimización». Portavoz de la Plataforma Feminista d'Asturies, ayer participó en una nueva concentración ante la plaza ovetense de la Escandalera en protesta por el último asesinato machista, el de Nicoleta Clara, cosida a puñaladas por su pareja el pasado sábado en Alovera (Guadalajara).
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Los asistentes, que cumplieron todas las medidas contra la covid, mostraron su indignación por el aumento de los feminicidios y exigieron el freno de la violencia machista. A falta de la confirmación como crimen machista del caso de Guadalajara, en lo que va de año son catorce las mujeres asesinadas, siete en el último mes. Entre ellas, la asturiana Teresa Aladro, que ayer fue recordada. También se mostraron esquelas con los nombres del resto de fallecidas. Flor Tejo recordó que a las mujeres «se las mata por el mero hecho de ser mujeres».
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