Las vías de la variante son aptas para velocidades de 275 kilómetros por hora

Esta combinación permite que los actuales trenes de mercancías puedan circular por las dos vías, y que el AVE entendido como tren de ancho internacional disponga de un tubo, el Este. La voluntad de Fomento es aprovechar esta versatilidad para cerrar la vieja rampa de Pajares. La traviesa utilizada en el tubo Oeste facilita una futura migración al ancho internacional, desenclavando los carriles para desplazarlos hacia el interior. Esa segunda fase se activará cuando el trazado entre Lena, Gijón y Avilés se haya adaptado también al ancho internacional, algo que Fomento se comprometió con la UE a hacer antes de 2030.

El proyecto ayer confiado al adjudicatario recoge un trazado en planta con una velocidad máxima que oscila entre 275 kilómetros por hora y 199, todo ello estimando una mínima de 75 kilómetros por hora para las mercancías. Fue aprobado en enero de 2018, esto es, cuando gobernaba Mariano Rajoy y aplicaba su pacto electoral con Foro. El documento se redactó con la idea de inaugurar directamente ambos túneles en ancho internacional y dejar operando la rampa de Pajares, pero incluía una cautela: «Debido a la incertidumbre en la finalización de los proyectos de plataforma y obras complementarias, la dirección de obra podrá cambiar si así lo estima oportuno el procedimiento general de montaje aquí definido». Esa cláusula faculta ahora a la los técnicos de Adif a ordenar que se termine el tubo Oeste en ibérico y aplazar su conversión al internacional, todo ello sin tramitar un modificado de proyecto que ocasione más retrasos.

Las obras comenzarán a inicios de 2019, esto es, nueve años y medio después de que quedase calado el segundo macrotúnel de la variante. El adjudicatario iniciará el montaje mientras en paralelo se lanza el trabajo de estabilización definitiva de la ladera de Campomanes.