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ANA RANERA
Lunes, 28 de junio 2021, 00:47
Con el verano ya instalado, las ganas de hacer planes se multiplican. Las rutinas se suavizan en estos meses o incluso desaparecen y toca entonces llenar playas y terrazas y disfrutar de la calle, de la naturaleza y de las innumerables actividades culturales que ofrece nuestra región. No apetece pasar las horas en casa, pudiendo convertir un martes cualquiera en romería. Entiéndase, romería, dentro de lo que los tiempos nos las permiten.
A todas las edades, presta exprimir julio y agosto y acumular su calor y sus sensaciones para abrigarnos cuando llegue el invierno. Eso sí: según la edad y las circunstancias de cada uno, cambian las preferencias. En el caso de Raquel Baragaño y de Raúl Martín, una pareja de treintañeros, lo que apetece es arrancar la autocaravana y perderse, con buena música de fondo, claro está: eso para ellos es un imprescindible. «Estamos en esa edad en la que apostamos más por la cultura que por otras cosas», bromea Raquel.
Ellos ya tienen entradas para vivir alguna noche de concierto, porque, este año, tenemos muchos y muy buenos. «Iremos a las actuaciones del Tsunami, que, esta edición, tiene un cartel brutal. Por ejemplo, nos encanta Izal». Así que allí estarán para hacerles los coros.
Aunque el verano está hecho para desconectar y, para eso, esta pareja necesita de buenas dosis de naturaleza, les vale el mar y también la montaña. «Volveremos a hacer la ruta de los lagos de Saliencia y descubriremos otras muchas que tenemos por ahí pendientes», adelantan. Eso lo harán cuando no estén pernoctando por el occidente de Asturias. «Viajamos en autocaravana y tenemos planeado un viaje alrededor del Principado», señalan. Harán especial énfasis del Cabo Peñas hacia Galicia, donde hay «unos embalses, unos ríos cristalinos y unas playas que no tienen nada que envidiar a las de ningún otro sitio», por mucho que apenas se conozcan.
Porque a ellos la llegada de la pandemia les trastocó su vida, sí, pero también les dejó alguna que otra cosa positiva. «Estamos disfrutando muchísimo de Asturias. Vamos a más ferias del libro, mercadillos, alojamientos de turismo rural y restaurantes que nunca», señala. Por eso, consideran que la nuestra «es una de las comunidades autónomas con más folclore, festivales y actividades en general». Aunque, si hubiera que añadir algo, ella haría «un festival ecológico en la playa. Me parece que disfrutamos poco de la relación de la música y la mar». Pero insiste: «Tendría que ser sostenible». Si no, no le vale, no encajaría con sus principios.
Estos veranos de conciertos y libertad de horarios cambian cuando se incorporan hijos al hogar. Toca entonces adaptar los planes a otras edades y a otras maneras de divertirse, pero, afortunadamente, hay muchas alternativas para que toda la familia disfrute a una. Queda demostrado, con creces, en la vida de Andrea Castillo, porque ella y los suyos no van a parar.
Esta avilesina es madre de tres hijos: dos de cinco años y uno, de dos, y su sensación de verano ya empezó hace unos días porque ellos ya han hecho algún que otro viaje. Y no se acaban ahí sus planes: a la vuelta de la esquina se avecinan unos cuantos más porque estar quietos no es una opción en esta casa. Aunque, entre escapada y escapada, habrá tiempo para disfrutar de la tierrina y recorrerla desde la costa hasta sus entrañas.
«Un planazo con niños es ir a Bulnes. Coger el funicular, subir hasta la parte alta y disfrutar del vermú en el mirador», propone. Pero se le ocurren muchos: «Ir a Taramundi, hacer la Senda del Oso o hacer la ruta de los lagos de Somiedo y dormir en un teito». Y para los días en los que apetece más acercarse a la playa: «Ir al Muja y combinarlo con una visita a Lastres o a Tazones. También se puede ir a Rodiles y a Villaviciosa en la misma jornada».
Ella promete que sus tres hijos les siguen el ritmo. «Les gusta y llevan bien las caminatas, están entretenidos. Cuanto más movimiento, mejor». Así que los días de sol, en esta familia, dan de sí, pero falta encontrar más alternativas para los lluviosos que, por estos lares, son muchos. «En sitios en los que es tan habitual, me gustaría que hubiera más cosas para hacer con los peques con mal tiempo. Por ejemplo, un parque cubierto», apunta.
Los nietos de Maribel Magdalena, mientras tanto, vivirán un verano de libertad, de esos que recordarán toda su vida con nostalgia. Adela, Alejandro e Iria pasan los inviernos en Mieres, pero, cuando llegan las vacaciones, se marchan todos para Felechosa y a disfrutar entre primos. «Ellos están tranquilamente por el pueblo y yo de niñera», se ríe Maribel mientras lo cuenta. «No dan nada de guerra. Cogen las bicicletas y los patinetes y se van por ahí a jugar o vamos todos juntos a dar un paseo», explica. El tener a toda la familia junta a Maribel le encanta, pero echa de menos los planes de sus veranos antes de la pandemia, entre amigas. «Me encanta viajar y ya tengo muchas ganas de escaparme», apunta. «Hago todos los años un tramo del Camino de Santiago. Ya me hice el portugués y estaba con el francés hasta que la covid llegó a nuestras vidas». Además, ellas aprovechaban las caminatas para descubrir algunos enclaves y quedarse allí varios días. Y no era lo único que hacía porque esta abuela derrocha vitalidad y sus planes dan bastante envidia. «Hago con mis amigas todos los años un viaje largo, por ejemplo, a Tailandia y a China. El próximo que tenemos pensado es Japón y, si no, a la zona de Camboya y Birmania». Porque Felechosa está fenomenal, pero ya se lo conoce muy bien y hay mucho mundo por ver.
Que se lo digan a Alba Fombona y a sus amigas, que planean otro verano como el pasado «al aire libre» por pandemia o porque ya le han cogido el gusto a esta nueva costumbre. «Iremos a merenderos y haremos rutas y viajes, pero sin marcharnos muy lejos». A sus veintitrés, faltan las fiestas de prau de los veranos, aunque intentarán emularlas allá donde vayan. «Si vamos a un merendero, pondremos nosotros la música. No es lo mismo que una romería, pero siempre presta», indica. Botellas de sidra y un altavoz a mano para resistir a las ausencias.
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Y en lo de salir por la noche se hará lo que se pueda porque ya se habla de esos planes con nostalgia. «Lo mejor de la fiesta era encontrarte con gente que no ves nunca, esa cercanía», considera. Y, hasta las tres, no da tiempo a todo lo que se hacía antes. «Sí que es verdad que, el verano pasado, como todos fuimos buscando otros planes, acabábamos coincidiendo los mismos en otros sitios donde, de otra manera, nunca nos hubiéramos visto», apunta.
Habrá que ingeniárselas para que este verano deje el mejor de los recuerdos. No será como los que vivimos siempre, pero, al menos, será bastante más normal que el pasado. Tenemos la suerte de estar en Asturias, así que no nos faltarán los planes para disfrutarlo. A nosotros nos toca poner las ganas y, tiempo al tiempo, que ya volverán todas aquellas actividades que tanto nos gustaban y se nos olvidará, seguro, que pasamos dos veranos buscando alternativas para disfrutar y acabar en septiembre con la misma pena de siempre. Esa no cambia.
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Jon Garay y Gonzalo de las Heras
Equipo de Pantallas, Leticia Aróstegui, Oskar Belategui, Borja Crespo, Rosa Palo, Iker Cortés | Madrid, Boquerini, Carlos G. Fernández y Mikel Labastida
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