Lydia Espina conversa con el ministro Pablo Bustinduy, en presencia de la secretaria de Estado de Derechos Sociales, Rosa Martínez, y el director general de Inclusión Educativa y Ordenación, David Artime.

Veinte centros educativos de Asturias tendrán un programa piloto de atención a alumnos con autismo

Educación ha pedido financiación al Ministerio de Derechos Sociales para su estrategia para la mejora de la inclusión de este alumnado

Olga Esteban

Gijón

Martes, 22 de octubre 2024, 18:57

En las aulas asturianas están escolarizados 2.840 alumnos con trastorno del espectro autista (TEA). Representan el 47% del total de alumnos de enseñanzas no universitarias con Necesidades Educativas Especiales. La cifra actual supone un incremento exponencial: nada menos que del 232% si se ... compara con el curso 2011-2012, cuando había 657 alumnos TEA en los centros educativos de Asturias, una situación paralela a la que de en todo el país, con un incremento del 310% de estos alumnos. El aumento ha sido tal y su peso es tan importante en la enseñanza, que a finales del curso pasado la Consejería de Educación anunció la puesta en marcha de una estrategia específica para lograr una mayor inclusión de este alumnado.

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Ahora, la consejería quiere apoyo estatal para sacar adelante dicha estrategia. Y eso es lo que pidió este martes la consejera, Lydia Espina, al ministro de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, Pablo Bustinduy, con el que mantuvo una reunión en el ministerio. Espina presentó el primer borrador que se conoce de la estrategia, porque la ayuda que solicita, enmarcada en la Estrategia Española en Trastornos del Espectro del Autismo, sería para llevar a cabo tres medidas «transformadoras, prioritarias y novedosas, que podrían servir de modelo para el resto de sistemas educativos autonómicos».

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La primera de ella se trata de un plan de accesibilidad cognitiva, sensorial y emocional para los alumnos TEA. En principio, el plan se llevaría a cabo en diez centros piloto, donde se diseñarían y adecuarían espacios que cumplieran los requisitos necesarios para que estos niños no encontraran barreras físicas ni sensoriales. El proyecto incluiría adecuar espacios físicos, que contaran todos con una adecuada señalización, eliminar y modificar las condiciones de sonidos, olores, luces, adaptación de los textos, diseño accesible de las tecnologías de la información...

El segundo plan para el que se ha pedido financiación es de las aulas de respiro en Secundaria, para que el que se elegirían otros diez centro pilotos. Según la propia consejería «se trata de aulas de recursos y acompañamiento, con diseño y mobiliario adaptados, personal especializado y materiales adecuados para el alumnado con TEA», en una etapa en la que «resultan necesarios más apoyos específicos», admite Educación. Finalmente, la tercera medida que se ha dado a conocer del borrador de la estrategia será una campaña de sensibilización «para dar a conocer este trastorno, con acciones de difusión publicitaria y jornadas informativas».

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«Es una estrategia pionera en España», destacó Lydia Espina, quien aseguró que las tres medidas para las que se ha pedido colaboración al ministerio (y que también fueron presentadas al secretario de Estado de Educación) son solo una parte del proyecto. «Han sido muy receptivos», aseguró la consejera, que se ha comprometido a presentar la estrategia a toda la comunidad educativa antes de final de año.

27 aulas abiertas con 145 plazas

Hace ya unos años que el Principado puso en marcha la primera iniciativa de atención al alumnado TEA (arrancó en el curso 2016-2017 como algo experimental y se ha consolidado). Se trata de las Aulas Abiertas, de las que hay 27 en todo el Principado, con un total de 145 plazas. Se trata de unidades creadas para el alumnado TEA que necesita adaptaciones y que ocupa parte del horario lectivo trabajando con especialistas en un grupo reducido, al margen del aula convencional. Este programa prepara la transición progresiva hacia una clase ordinaria y está atendido por especialistas en pedagogía terapéutica y en audición y lenguaje, además de auxiliares educadores.

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El curso pasado se añadió otra herramienta más de trabajo, dentro del programa Vuela de educación inclusiva. Se trata del proyecto itinerante Créeme, en el que varios especialistas prestan asesoramiento y acompañamiento en aquellos centros que no disponen de aulas abiertas, pero que cuentan con alumnado TEA.

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