La variante recibe 20 millones más para reajustar sus equipos a la vía de triple hilo

Adif acaba de adjudicar a Hitachi un contrato de redacción de proyecto, ejecución de obra y mantenimiento en el que invertirá 20,2 millones y que durará 30 meses. El acuerdo recibió el visto bueno del Consejo de Ministros en octubre y se ha resuelto como negociado sin publicidad por vinculación tecnológica, sistema al que recurre Adif cuando a quien necesita sobre el terreno es a la compañía que tiene la patente sobre esos sistemas.

Lo que hará ahora Hitachi es diseñar los cambios que hacen falta para adaptar todos los enclavamientos, sistemas de protección del tren, telecomunicaciones fijas, control de tráfico centralizado, sistemas auxiliares y de protección. Estos componentes se idearon e instalaron con la idea de que en ambos túneles habría vías de ancho ibérico. Sin embargo la decisión definitiva es que la vía del lado Este tenga ancho mixto, también denominado triple hilo por los tres carriles alojados sobre la traviesa; este formato permite la circulación de trenes de ancho convencional (el presente en la red interna asturiana) y también los de ancho internacional (el propio del AVE y presente ya en el resto de la línea Madrid-León de alta velocidad).

El trabajo supone corregir algo ya realizado. Estas adaptaciones son frecuentes en la variante, en parte por los cambios que sufrieron los proyectos por la orientación política del ministro de turno, en parte porque la propia normativa técnica ha ido evolucionando durante este tiempo.

La variante concluirá por encima de los 3.700 millones y es un caso único también por sus cambios. Siendo ministro Francisco Álvarez-Cascos se aprobó un estudio informativo con doble vía en ancho ibérico, si bien Fomento sacó adelante un plan que ya preveía reemplazarlo en fase de proyecto por ancho internacional. Con Magdalena Álvarez se avanzaron así los proyectos, en ancho internacional, pero su sucesor, José Blanco, lo cambió por doble vía de ancho mixto. Ana Pastor se quejó de que aquello era casi «un sudoku» y decidió abrir un primer túnel, en ancho ibérico, dejando el segundo para más adelante. Íñigo de la Serna después heredó un pacto de el PP y Foro que le obligó a volver al ancho internacional, si bien dejaba el ancho mixto en otro túnel.

Con José Luis Ábalos la situación dio otro nuevo vuelco, mediante un informe técnico realizado por el ministerio y Adif, que concluía que lo óptimo era terminar la variante con un túnel en ancho mixto y el otro en ibérico sobre traviesa polivalente. Esta es la decisión bajo la cual se está terminando la variante, pero que obliga a readaptar lo ejecutado bajo esquemas anteriores.