-U120316770591DzF--1248x830@El%20Comercio-ElComercio.jpg)
Ver fotos
Secciones
Servicios
Destacamos
Ver fotos
YAGO GONZÁLEZ
OVIEDO.
Domingo, 27 de diciembre 2020, 10:51
Eulalia Josefa Paleo, 'Pepita', tiene 80 años. Nació en Lugo pero ha vivido toda la vida en el barrio gijonés de La Calzada. Desde hace doce años vive en la Residencia Mixta, el mayor geriátrico de Asturias, elegido para comenzar la campaña de vacunación contra la covid-19 en la región. A las 10.25 de este domingo, Pepita ha recibido la dosis del fármaco de Pfizer-BioNTech. También otros tres residentes del centro: Alberto Díaz (92 años), Alegría Martínez (84 años) y Domingo de Guzmán Nuevo de Tuya (69 años).
«Los que aún tengan dudas, que se vacunen, es por el bien de todos», ha dicho Pepita en un encuentro retransmitido en directo por internet para comunicar las primeras reacciones tras la administración de la vacuna. Pepita se encuentra «muy bien, totalmente tranquila», sin efectos adversos. «No estaba nerviosa ni tenía miedo. He pasado por tantas cosas en la vida...», ha señalado. Asegura que lo primero que hará cuando tenga ocasión es «salir a caminar», como solía hacer todos los días, «salvo cuando llovía».
Junto a ella estaban Socorro Mancebo, técnico auxiliar de la residencia, que también ha recibido la vacuna, y Lara Menéndez, la enfermera encargada de ponerla. «Hoy, 27 de diciembre de 2020, debe ser el principio del fin de la pandemia», ha dicho Lara. «Es lógico que haya algo de miedo, es una emoción normal ante una novedad, pero hay que vencerlo. Animo a todo el mundo a vacunarse, lograr un alto porcentaje de inmunización está en nuestras manos», ha afirmado la enfermera.
Noticia Relacionada
El 80% de los casi 400 empleados de la Residencia Mixta ha aceptado vacunarse. De los 282 residentes, solo una veintena lo ha rechazado. «La vacuna es voluntaria, no obligatoria», ha recordado Lara. El lunes y el martes pasados, usuarios y empleados del centro gijonés se sometieron a un cribado por PCR para descartar contagios, y así ha sido. Hoy se prevé administrar unas 320 dosis, y el resto de la plantilla se vacunará en los próximos días. Todos los lunes llegará a Asturias un nuevo cargamento de vacunas para repartirlo por los geriátricos de la región, el primer colectivo al que se va a inmunizar.
Pepita ha advertido de los riesgos de las fiestas navideñas: «La cosa ha debido de desmadrarse estos días». «Asturias fue la que mejor lo hizo en la primera ola, era un ejemplo en España y fuera de España, pero ahora ya no es así», ha lamentado.
La campaña de vacunación contra la covid-19 en Asturias arrancó ya en la Residencia Mixta de Pumarín, en Gijón, el mayor geriátrico de la comunidad autónoma. Sus usuarios y trabajadores han sido las primeras personas que han sido inoculadas en la primera fase de la vacunación contra la covid-19 que ha comenzado este domingo de forma simultánea en toda España y que en Asturias se pretende llegar a unas 150.000 personas a lo largo del primer trimestre de 2021.
Agentes de la Guardia Civil han trasladado, a primeras horas del día, en un furgón hasta Gijón las primera dosis de las vacunas de la farmacéutica Pfizer para comenzar este proceso que en España se ha iniciado en una residencia de Guadalajara.
La principal característica del inicio de la campaña vacunadora en Asturias ha sido el secretismo. Hasta ayer mismo, ni siquiera la dirección del geriátrico gijonés tenía la certeza total de que el dispositivo médico comenzara en sus instalaciones. Faltaban por conocer los resultados completos de un cribado realizado con pruebas PCR hace unos días para descartar cualquier contagio entre los residentes o los trabajadores, y así ha sido finalmente. Por lo tanto, la práctica totalidad de los 282 inquilinos de la Mixta serán los primeros asturianos en recibir la vacuna. Muchos de sus familiares ya fueron informados estos recientes días por la administración del centro.
Lo que aún se desconoce es cómo se procederá con el resto de los empleados, ya que son casi 400, repartidos en diferentes turnos. Según los planes preliminares del Sespa, la idea es que los profesionales de estos centros que no estén físicamente en su lugar de trabajo el día adjudicado para la vacunación, lo hagan en centros de Atención Primaria u hospitales. Hay que recordar que la vacuna se administra en dos pinchazos separados por 21 días, por lo que si un trabajador deja de estar en plantilla después la primera dosis, deberá acudir a la residencia cuando se administre la segunda para completar la inmunización.
Canor González, portavoz del sindicato CSI en la Mixta, reprocha que toda la preparación «se ha hecho con excesivo sigilo, el Principado tendría que haber dado un poco más de información, al menos a los delegados sindicales de prevención». Según estima, «lo más probable es que no den mucha información porque, sencillamente, no la tienen».
En el ámbito nacional, al menos, la poca información de que se dispone ha sido bien publicitada por el Ejecutivo. Ayer se difundieron imágenes de las primeras cajas con las vacunas llegadas, con un logotipo visible del Gobierno de España (algo que no se ha hecho en otros países europeos). Y desde hace días se sabe que el lugar desde el que se repartirán todas las dosis está en el almacén de Pfizer en Cabanillas del Campo (Guadalajara).
No sucede lo mismo en Asturias, donde la ubicación del ultracongelador que guarda las dosis a una temperatura de -70 grados es un secreto total. El Principado quiere evitar tentaciones de robos y sabotajes, como sucede con el depósito donde el Sespa reserva el material sanitario contra la pandemia.
Antonio Matador, secretario general del Sindicato Médico Profesional de Asturias (Simpa), señala que hay «dudas importantes respecto a la magnitud de esta campaña». «Parece que se hará a cuentagotas, que hay muy pocas vacunas. Esto llevará meses», advierte.
El plan del Gobierno español es que, a lo largo de las próximas doce semanas, lleguen al país una media de 350.000 dosis semanales, hasta alcanzar 4,59 millones de vacunas.
En el caso de Asturias, el objetivo del Sespa es administrar, en una primera remesa, 42.000 dosis para 21.000 ciudadanos. Para ello, se movilizarán 148 sanitarios distribuidos en 50 equipos. La idea es que, cuando acabe el primer trimestre de 2021, unos 150.000 asturianos estén vacunados. Y al terminar el año, el 60% de la población (unas 610.000 personas).
El primer colectivo a inmunizar será el de residentes y trabajadores de los geriátricos. El plan es que todos estén vacunados en el plazo de un mes. A continuación, recibirán la dosis los sanitarios que están en primera línea de batalla contra el virus, el resto de facultativos (tanto de centros públicos como privados) y personas con alta dependencia.
Aproximadamente, el 80% de los inquilinos y los profesionales de los geriátricos asturianos han aceptado vacunarse en el formulario enviado por la Consejería de Salud a los centros.
La vacuna es voluntaria, pero quien se niegue debe justificar el motivo. El Sespa ya ha dejado claro que «con un solo trabajador que no se vacune, toda la residencia estará en riesgo».
Algunas de las razones aducidas para negarse a recibir el fármaco de Pfizer es el desconocimiento que todavía se tiene sobre sus efectos secundarios, aunque el Sespa ya ha avanzado algunos de ellos, como dolor en el brazo, fiebre o cansancio. También se sabe que la vacuna no se recomienda a mujeres embarazas o en periodo de lactancia, o a personas con alergias graves.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.