

Secciones
Servicios
Destacamos
«No digo que seamos mejores ni peores que nadie. Pero somos la única profesión para la que se nos exige el doctorado y, pese ... a eso, siempre tenemos que empezar por abajo». Lo dice Julio Villa-García, en cuyo extenso currículum aparecen Oviedo, Kent, Essex, Connecticut, Filadelfia... y Mánchester, donde es profesor titular desde 2020 (está acreditado también en España para esta figura). En 2022 fue uno de los seleccionados para incorporarse a la Universidad asturiana (volvía así a casa, donde se licenció en Filología Inglesa, y lo hacía con una excedencia en Mánchester), gracias al programa de ayudas para la atracción de talento internacional María Zambrano, que había puesto en marcha en 2021 el Ministerio de Universidades con fondos europeos.
Esos fondos se acaban a finales de este año. Y, con el dinero, el contrato que mantiene con la Universidad de Oviedo, ya que los María Zambrano no eran acuerdos con compromiso de continuidad. Muchos antes que él, en universidades de toda España, se han enfrentado a ese momento y algunos «están en el paro». Villa-García confía en no verse en esa situación. Quiere quedarse en Asturias, «aportar», «devolver toda la experiencia», y la Universidad de Mánchester está haciendo todo lo posible por alargar una excedencia que ya debería estar agotada. Pero las opciones cuando el programa europeo expire no son las mejores: optaría a una plaza de profesor ayudante doctor. Eso equivale a «1.500 euros al mes durante unos cuantos años y bajar dos escalones en el escalafón». Un descenso al que los investigadores se enfrentan una y otra vez, durante una «carrera de fondo» más «vocacional» que cualquier otra cosa. «Siempre estamos empezando de cero», lamenta.
En su caso, pese a los 18 años de experiencia fuera de España, su paso por varias prestigiosas universidades internacionales, sus artículos, libros, conferencias, e incluso la certificación I3 del Ministerio de Universidades, que acredita una trayectoria investigadora destacada. «Es cierto que no había un compromiso de continuidad. Pero cuando atraes... se supone que es para retener». Por eso, la situación le lleva a preguntarse: «¿De verdad se quiere atraer el talento investigador?». Una duda que sobrevuela no sólo Asturias, dice, sino todas las universidades españolas por dos motivos. Primero, porque «todo parece enfocado a que se quedan los 'de casa'». Y en segundo lugar, porque «hay muy buenas intenciones, pero poco presupuesto».
Desde el equipo rectoral han asegurado que se «está estudiando la posibilidad de dar alguna salida profesional a estos investigadores, especialmente en aquellas áreas con necesidades específicas de docencia». Sería el caso de Julio Villa-García y el área de lingüística inglesa.
Es esta sólo una más de las muchas situaciones complejas y complicadas a las que se enfrenta la Universidad de Oviedo en el ámbito de la investigación. Un ámbito que le ha ocasionado a Villaverde algunos quebraderos de cabeza, mucho malestar y una clara autocrítica hace unos meses. «He fallado, no he estado a la altura y centraré todo mi esfuerzo en solucionarlo», llegó a afirmar Ignacio Villaverde en un Claustro. El aumento «exponencial» de la actividad investigadora de la Universidad llegó a colapsar la gestión.
Quien resulte ganador el próximo día 25 debe gestionar, de hecho, el mayor volumen que ha tenido la institución: 191 grupos de investigación, casi 500 proyectos en marcha y unos 2.000 profesionales. Y todos luchando contra una burocracia y un sistema que no se ajusta a sus necesidades. En este sentido, ambos candidatos han anunciado planes de digitalización y la eliminación del papel en estas cuestiones, como una de las medidas para paliar los retrasos.
Con la llegada de Irene Díaz al vicerrectorado algunas cosas ya comenzaron a solucionarse.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Favoritos de los suscriptores
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.