«Estoy bien de forma física y mentalmente estoy muy bien. Además no se me nota mucho que estoy un poco gordo, y eso que corrí todos los cross y carreras benéficas, pero la báscula me lo dice». Se ríe Santiago García Granda (Verdicio, ... 1955) de su imagen tras cuatro años más uno de añadido al frente de la Universidad de Oviedo. Y sonríe una semana después de haber perdido unas elecciones y de unos intensos días de trajín con la maquinaria de la transición a pleno rendimiento. De hecho, el despacho del rector ya está preparado para el aterrizaje de su nuevo morador, Ignacio Villaverde, y aunque el catedrático de Química Física seguirá yendo esta próxima semana por el edificio noble de la calle San Francisco, (el viernes 26 será la toma de posesión del catedrático de Derecho Constitucional) prácticamente ya ha dado el adiós a la sede histórica.
Vuelve a repetir que «la decepción o frustración» por la derrota dura cinco minutos y asegura que «cada día está más ilusionado con lo que viene ahora, porque tienes un proyecto y unas ganas, y lo único que me sigue preocupando son las personas». Habla García Granda de su equipo, un grupo de gente que, recuerda, «no venían conmigo, al que no conocía salvo de referencias, gente muy fresca, que llegó sin ligaduras, y que nos hemos convertido en grandes amigos». Una «auténtica piña», insiste, «que salimos como entramos: con voluntad de mejorar, cambiar y ayudar». Juanjo, José Ramón, Paco, Elisa, Eugenia, Marta, Xicu Xabiel, Ana o Eva María son alguno de los nombres de esas 'nuevas' amistades con las que confía seguir en permanente contacto.
Es momento de repasar con el exrector algunos momentos claves de su mandato. Santiago García Granda también sonríe con las preguntas, y aunque quiere quedarse con lo positivo, no puede disimular los cambios en su expresión en alguno de los temas.
Cinco cosas con las que se queda de su mandato
La primera no la duda: «El equipo, sin dudarlo», Y a partir de ahí señala: la política de profesorado y rejuvenecimiento de la plantilla; la de tasas - «los precios de matrícula»- y la influencia del equipo rectoral en ello; el régimen de permanencia y «poner en marcha una mesa de negociación, del estudiantado, que nunca se había puesto»; y, otra conquista para el alumnado, «lograr el derecho a paro académico».
No puede evitar Granda que esta enumeración salga un poco más larga. «Me quedo también con nuestra posición en los rankings, especialmente en el de transparencia». Y otros dos: «Nuestro crecimiento en internacionalización, tanto en programa Erasmus que batimos todos los récords, como en alianzas», y «el trabajo en la CRUE (la Conferencia de Rectores) y el G9 «liderando y presidiendo sectoriales, como la de sostenibilidad. Ningún rector de la Universidad de Oviedo lo había hecho y es importante estar en el comité ejecutivo y entrar en el consejo de desarrollo sostenible en el que me han pedido que siga». El 4 de marzo, informa, acompañará a Ignacio Villaverde a la asamblea general de la CRUE, en la que habrá elecciones a la presidencia: «le presento y me despido».
Cinco cosas que le hubiera gustado dejar hechas
Se lo piensa un poco más el químico antes de señalar la primera: la relación de puestos de trabajo (RPT) del PAS funcionario y PAS laboral: «Hicimos dos intentos, pero sin resultado. Y no será fácil que se consiga», augura. A partir de ahí, «haber progresado más en la gestión de la investigación»; «haber conseguido renovar las infraestructuras científicas, que tampoco dependía tanto de nosotros»; también lamenta «no lograr que el Plan de Ciencia, Tecnología e Innovación se desarrolle con un gran protagonismo de la sociedad, me hubiera gustado tener una mayor integración en él», y, por último, «aunque hicimos cosas, lograr un mayor avance en la sostenibilidad».
Grado de Deporte: ¿pesó no tomar la decisión concreta?
«El Grado de Deporte siempre fue una demanda social, más que una necesidad. Nosotros no lo prometíamos en nuestro programa, no era una apuesta estratégica de este equipo, pero por esa demanda social la hicimos nuestra. Lo que luego vino fue un impulso y presiones localistas que rechazo. Me molestan. Parece que no es la titulación lo que importa, sino en donde esté».
-Pero usted quería Mieres. ¿Por qué no tomó la decisión?
- Porque yo no tengo esa decisión, la tengo que plantear al Principado. Mi planteamiento era Mieres porque no tengo otra alternativa, no tengo los fondos para sacar esa carrera adelante en ningún lado, y como en Mieres ya hay infraestructuras no tengo duda.
-Gijón puso dinero sobre la mesa.
-Gijón ofrecía a la Universidad un plan de financiación, pero no para el Grado de Deporte. Y no quiero dinero para poner una carrera, quiero financiación para la carrera. No obstante, sabía que al menos en aquella época el Principado iba a poner problemas. Se pusiera donde se pusiera iban a decir que no era prioritaria.
Relación con el Principado: tirantez de algunas etapas
«¿La relación fue buena? Pudo haber sido mejor, pero tanto con Javier Fernández como con Adrián Barbón la relación fue y es completa y cordial», señala García Granda al preguntarle por la tirantez que pareció mantenerse con el Principado en muchos momentos de su mandato. «Hicimos lo que no se hizo nunca y eso no se hace sin diálogo: un convenio de financiación plurianual que ha permitido cierto sosiego, después de los altibajos tremendos que hubo en la etapa de Gotor», remarca. Un convenio que cubre el 90% de la nominativa «y el otro 10% tenemos que buscarnos la vida». Por eso para el exrector no era suficiente. «Opino que la financiación de la comunidad a la Universidad de Oviedo es escasa y no cubre nuestras necesidades básicas y si no las cubre, no podemos abordar nuevos proyectos. Y ahí nunca vamos a estar de acuerdo. Ha subido, pero no lo suficiente. Y si me comparo con otros como Galicia, Navarra o La Rioja, ellos están mejor», asevera rotundo.
-También hubo problemas con titulaciones.
- Casi todas las titulaciones que sacamos fue luchando una a una contra una fuerza que la cuestionaba. Pasó con Gastronomía, que no pudimos hacerlo, con Criminología, y toda la lucha que tuvimos con Organización Industrial, que era cantada y está funcionando muy bien. Y eso que montamos comisiones para ir de la mano, pero no encontramos esa receptividad del Principado. Siempre había alguna dificultad para cualquier iniciativa que procediera de la Universidad.
En cualquier caso, Santiago García Granda cree que «la interacción ha sido siempre cordial. No ha sido peor que la de otros rectores. Y no hemos creado ningún escándalo, que casi todos los rectores se enfadaron al final con el Principado», bromea.
Autonomía universitaria: ¿ha habido injerencias?
«Son continuas, pero las vamos salvando», contesta rotundo Santiago García Granda, en uno de los temas que más le hace cambiar el gesto. «Si tuviéramos una institución dependiente del Principado, si cambiáramos la gobernanza, enseguida nos daríamos cuenta que está institución perdió todo su empuje. Las universidades no pueden depender de un gobierno, tienen que ser autónomas en la toma de decisiones», sentencia.
«Para mí sería tristísimo que la universidad fuera un departamento del Principado porque fracasaríamos totalmente», insiste el catedrático, que argumenta su defensa: «las universidades públicas son un lujo que los gobierno deben mimar y preservar. Nuestro objetivo no es el negocio. Somos una institución para invertir que devolvemos tres veces lo que se invierte en nosotros. ¡Y eso que no somos eficaces del todo! Pero tenemos esa capacidad porque nos dan libertad. Estamos cumpliendo con nuestra misión de sacar profesionales cada vez mejores que nos representan en todo el mundo. Y eso no ocurre en todos los ámbitos del Principado».
Relaciones con Gijón: una universidad de toda Asturias
Una de las 'conquistas' de Santiago García fue haber pacificando las tensas relaciones que la Universidad y los anteriores equipos rectorales mantenían con el campus de Gijón. Una oposición a las instalaciones universitarias en la villa de Jovellanos que es histórica. El químico lo tiene claro: «En los 80 era muy machacón aquello de que la Universidad era de Oviedo, y lo otro era de segunda clase. Pero Gijón se supo imponer. Es la ciudad más grande y tiene la suerte que aquí tiene la tecnología y las ingenierías que es lo que manda». Él, no obstante, reconoce, que es «más partidario de las Humanidades, que es el futuro de la Universidad».
Respecto a la capitalidad, García Granda reconoce que Oviedo «quiere conservar la exclusividad de ciudad universitaria. Y está bien que se llame Universidad de Oviedo. Hablamos de la décima más antigua de España y queremos mantener esa solera. Está ligado a sus orígenes y eso hay que mantenerlo», afirma. Apuesta, eso sí, por una institución de Asturias porque «allí donde hay instalaciones universitarias es Universidad, incluso en el Brañillín», dice, antes de añadir que «también tengo pasión por Mieres y Avilés». Y recuerda, por ejemplo, «lo bien encarrilado que está el proyecto de las colonias de Salinas, que busca convertirse en un centro de atracción moderno para estudiantes extranjeros».
Facultad de Química: el regreso definitivo
Aunque ha seguido dando clase y yendo a su despacho de la Facultad de Química, Santiago García Granda volverá a ella en marzo a tiempo completo. Considera que se encontrará «una facultad que se encuentra en una encrucijada entre lo que somos y lo que fuimos, una de las mejores, sino la mejor, de España, que marcaba el paso de la Universidad». A su juicio, hay que pedir más a las generaciones jóvenes, «que hay gente buena pero no los veo tan líderes, porque siempre estuvieron a la sombra de gente muy potente». Él, por ejemplo, que jamás alardeó de ser uno de los investigadores con mejor 'índice H' de la Universidad: «La humildad tiene que ser inherente al investigador. Los éxitos son de los equipos».
Cinco imágenes para cinco años
2016
Mayo. El catedrático de Química-Física recibe el relevo al frente de la Universidad de Oviedo de Vicente Gotor.
2017
Fue uno de sus momentos más especiales: entregar como rector a su hijo el título de ingeniero de Telecomunicación.
2018
García Granda fue investido como miembro honorífico de la Cofradía Amigos del Nabo de la Foz de Morcín.
2019
El cross de la EPI ha sido una de las carreras en las que se ha visto al catedrático practicando su deporte favorito.
2020
En su última intervención en la Junta General en la comisión sobre los presupuestos para la comunidad.
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