![«En España tenemos grandes investigadores, pero falta paciencia y una apuesta fuerte»](https://s3.ppllstatics.com/elcomercio/www/multimedia/202207/06/media/cortadas/pablo-alonso-universidad-oviedo-k0uB-U1706351359836GD-1248x770@El%20Comercio.jpg)
![«En España tenemos grandes investigadores, pero falta paciencia y una apuesta fuerte»](https://s3.ppllstatics.com/elcomercio/www/multimedia/202207/06/media/cortadas/pablo-alonso-universidad-oviedo-k0uB-U1706351359836GD-1248x770@El%20Comercio.jpg)
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Pablo Alonso (1980, Oviedo) es un científico de la Universidad de Oviedo que ha recibido la ayuda de excelencia de la UE para proyectos científicos de vanguardia y contará con dos millones de euros de fondos europeos que le permitirán adquirir equipamiento de ... última generación y mantener su grupo de investigación con una decena de miembros, al menos, durante otro lustro.
–El proyecto 'Twistoptics' acaba de recibir una ayuda impactante por su cuantía, de nada menos que dos millones de euros. ¿Qué supone para usted?
–Principalmente, me aporta estabilidad. Por desgracia, en el mundo de la ciencia apenas hay estabilidad y se trabaja con contratos de escasa duración. El saber que durante los próximos cinco años podré seguir con el mismo equipo es un auténtico privilegio. Además, realizaré tres nuevas incorporaciones, por lo que el grupo de trabajo pasará a estar formado por doce personas.
–De sus palabras se deduce que muchos proyectos se mueren por falta de financiación...
–Es complejo. En ocasiones, alguien está realizando una gran labor, pero no puede mantener su grupo de trabajo a largo plazo. Eso sí, es algo con lo que uno cuenta y que también tiene que gestionar.
–¿En Asturias no se apuesta por la ciencia?
–Pienso que en esta región estamos mucho mejor que en otras autonomías. Entiendo que los lectores desconfíen de la credibilidad de mis declaraciones porque acabo de recibir una beca de dos millones, pero les puedo asegurar que hablo con conocimiento de causa. Ahora bien, esto es una cuestión nacional. España necesita un pacto de Estado en el que haya una apuesta firme.
–¿Qué es lo primero que debería recoger ese pacto?
–Debemos de ser conscientes de que en España tenemos grandes investigadores, pero falta paciencia. Hay que entender que destinar dinero a la investigación no es un gasto, sino una inversión que merece la pena. Sin recursos económicos es casi imposible avanzar. Por otra parte, también requiere de cierta estabilidad y, a día de hoy, es difícil. Aun así, el Gobierno de Pedro Sánchez ha hecho una cosa buena, que es crear el Ministerio de Ciencia e Innovación. Si el siguiente gobierno, cuando llegue, lo quita, negará a la ciencia el reconocimiento que merece y necesita.
–¿Qué aporta 'Twistoptics'?
–El objetivo principal radica en conseguir controlar la luz. Empleando una expresión un tanto inespecífica, podemos afirmar que la luz es muy grande y tratamos de controlarla y usar solo la parte que nos interesa.
–¿Y eso para qué serviría?
–Estamos todavía en un proceso de evaluación, pero a través de este proyecto, podríamos trabajar con unidades tecnológicas mucho más pequeñas y con las que a día de hoy no podemos operar.
–¿En qué cambiará la vida del ciudadano la eficacia de este proyecto?
–De momento, en nada. Ni ahora, ni dentro de cinco años y, posiblemente, tampoco dentro de una década. Eso sí, en el futuro puede suponer una auténtica revolución.
–¿En qué sentido?
–Soy partidario de respetar cada etapa, ser prudente y no caer en las especulaciones. A día de hoy, es pronto para saber cómo puede afectar, pero sí estamos seguros de que habrá avances significativos.
–En su equipo, de nueve personas, cuenta con una mujer. ¿Hay cada vez más investigadoras?
–La tendencia es positiva, pero estos cambios no se hacen de la noche a la mañana. Cada vez son más las mujeres que se dedican a la investigación, pero todavía queda mucho por hacer. En las carreras de ciencias ha aumentado el número de alumnas, pero eso no significa que luego se apueste por la investigación. Suelen incorporarse al mercado laboral por otras vías.
–¿Por qué?
–Primero, porque la investigación supone, en su principio, trabajar en condiciones de precariedad. Esto, sin embargo, no es definitorio porque afecta ambos sexos. La explicación la encuentro en la falta de referentes. Una mujer que quiera dedicarse a la investigación, apenas tiene a quién emular. No hay una figura a la que idolatrar, salvo contadas excepciones. Yo les pido que se animen, porque necesitamos del talento de las mujeres para avanzar.
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