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O. ESTEBAN / E. RODRÍGUEZ
Oviedo
Viernes, 19 de noviembre 2021, 14:08
La Universidad de Oviedo ya tiene en marcha su II Plan de Igualdad, que estará en vigor hasta 2025. Y comienza tras haber realizado un ... diagnóstico previo en el que ha extraído dos principales conclusiones. La primera es que «la igualdad sigue estando necesitada de una mayor visibilidad para que sea una estrategia general» de la institución académica y la segunda es que «la presencia de mujeres en órganos de toma de decisiones continúa siendo inferior a la de los hombres, especialmente en lo que se refiere al liderazgo investigador».
Partiendo de esas premisas, el documento, con 95 medidas, se ha dividido en cinco ejes. El primero es, precisamente, «impulsar una organización y cultura de la igualdad» y en él recoge la necesidad de «promover la creación de una cátedra para el desarrollo de actividades relacionadas con la igualdad de oportunidades», además de la realización de estudios, cursos y eventos al respecto. Acercar la Unidad de Igualdad a la comunidad universitaria, especialmente en redes sociales; formar al profesorado y al Personal y Administración de Servicios (PAS) en esta materia, la lucha contra la violencia de género y lenguaje no sexista, fomentar la paridad en mujeres honoris causa y adaptar la normativa universitaria que se apruebe a un lenguaje inclusivo son otras iniciativas.
Según recoge el texto –consensuado con los sindicatos y presentado por la directora de la Oficina de Igualdad, Paz Menéndez–, el segundo eje es «el más importante del plan». Es el que se refiere a la igualdad en el trabajo y conciliación. Porque, añade, «el diagnóstico ha arrojado una realidad innegable: una parte importante de las dificultades que afectan a la consecución de la igualdad real están relacionadas con la conciliación de la vida familiar y laboral. Su desequilibrado reparto lastra las posibilidades de desarrollo personal de las mujeres, de asunción de cargos, de promoción a puestos de mayor nivel, de realización de estancias en el extranjero, de formación profesional...». Y las dificultades de conciliación y promoción «tienen trascendencia salarial» y provocan el 'techo de cristal'. En este aspecto, promueve novedades.
Entre ellas, revisar la constitución de comisiones, tribunales u órganos de contratación de cada área «para comprobar que existe paridad». Y en el caso de que no sea así, «indagar en la causa para adoptar medidas que la favorezcan». También se realizarán campañas para que profesoras e investigadoras asuman puestos de mayor responsabilidad; se procurará «en la medida de lo posible» que la oferta formativa incluya la opción de no presencialidad total o parcial y que, dentro del PAS, se puedan establecer jornadas con menos horas presenciales, «impulsando la flexibilidad horaria y un mayor uso de las nuevas tecnologías» en los puestos en los que resulte posible.
En el caso de actividades formativas, se diseñará un calendario que se adapte al ritmo de trabajo del personal y que facilite «en la medida de lo posible la conciliación, procurando que coincidan con el horario laboral».
Entre las medidas más significativas, figuran la apertura de salas de lactancia en todos los campus para la extracción y conservación de la leche materna (que podrán ser usadas también por personal de contratas). De hecho, hoy se presentarán en el campus de Mieres. También aspira al establecimiento de conciertos con escuelas infantiles, ludotecas y centros de día de asistencia a mayores dependientes para un mejor acceso a cursos y jornadas. Y también tiene la intención de recuperar el modelo de campamentos en periodos escolares no lectivos en el mayor número de localidades.
A la hora de analizar las categorías docentes, hay una notoria diferencia en la de catedráticos. El 76% son hombres y el 24%, mujeres, porcentaje que, aun así, ha mejorado porque en 2008 representaban solo el 15%. A medida que desciende el escalafón, la desproporción se reduce. En titulares de Universidad, el 59% son varones, el 41%, mujeres; y en profesores contratados doctor, la proporción es del 53% (masculino) frente al 47% femenino. Al estar «en clara minoría» en las categorías superiores, el salario global de las mujeres es un 13% menor en términos anuales.
Crear cultura de igualdad Realizar estudios, cursos y eventos relacionados con la igualdad de oportunidades
Equiparación en el trabajo y conciliación Equilibrio en la composición de tribunales u órganos de contratación; flexibilización horaria y teletrabajo en el PAS, menor presencia formativa, salas de lactancia...
En la docencia Incorporar, con carácter transversal, contenidos relacionados con la igualdad en los grados
En investigación Potenciar en las convocatorias que las mujeres sean investigadoras principales y desarrollar estudios sobre igualdad
En representación Fomentar la constitución de listas mixtas
Hecha esta radiografía, la comisión negociadora del plan hace hincapié en que solo el 26% de los grupos de investigación están liderados por mujeres. De ahí que uno de los ejes (el cuarto) insista en «fomentar la composición paritaria en los equipos de trabajo de los proyectos de investigación» y que en las convocatorias de plazas, becas y ayudas se genere información apropiada para potenciar la participación de las investigadoras».
Fomentar colaboraciones para desarrollar estudios con perspectiva de género es otro objetivo. Pero hay más, como la participación de profesoras y alumnas de las áreas científico-técnicas en la presentación de las carreras, incorporar contenidos de igualdad en todos los grados (dentro del eje 3, 'Igualdad en la docencia') y que haya listas mixtas en las elecciones a los órganos de gobierno y de representación (eje 5).
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