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«Espero que lo que este equipo ha hecho se reconozca». El catedrático de Química-Física Santiago García Granda (Verdicio, 1955) confía en que el bagaje de estos cuatro años al frente del rectorado de la Universidad de Oviedo y el compromiso de seguir ... trabajando en la línea de mejorar las condiciones de los estudiantes, del personal docente e investigador y del personal de administración y servicios basten para garantizarle la victoria en los comicios del próximo 12 de febrero. La ilusión, dice, está intacta. En un encuentro telemático con los medios de comunicación en el que presentó formalmente su candidatura, repasó los que considera los principales logros de su mandato sin dejar de asumir los errores, «que los hemos cometido», en la gestión de la pandemia dentro de los muros de la institución.
Hay aún «mucho que mejorar y mucho que hacer, pero me presento con el aval de la satisfacción del deber cumplido».
Quince años después, en 2019, la Universidad de Oviedo ha logrado situarse en el top 500 de las mejores universidades del mundo según el ránking de Shanghái, una de las evaluaciones académicas más prestigiosas a nivel mundial. Según el rector, «hay buenas perspectivas para mantener» esa posición e incluso de «incrementarla» en el futuro.
«Nuestros fondos son escasos, siempre lo digo, pero nuestros universitarios son capaces de tener un rendimiento optimo para esos fondos». La de Oviedo está entre las diez mejores universidades en rendimiento.
Cuando el equipo de García Granda accedió al rectorado «nos encontramos con una universidad que ocupaba las últimas posiciones, con una universidad calificada como opaca, y la hemos logrado situar en los primeros puestos. Tenemos, ahora mismo, una institución transparente».
Capítulo que, reconoce, es «una de mis obsesiones». Tras una financiación de 229 millones de euros en 2010, el máximo hasta ahora, para este 2021 la institución académica manejará partidas por un total de 217 millones. «Con presupuestos, si se hacen bien las cosas, se pueden hacer muchas cosas en esta universidad».
«El profesorado es fundamental para llevar adelante esta institución. Aprovechamos al máximo la tasa de reposición, no nos quedó ni una sola plaza por convocar. Y hemos luchado contra la precariedad como nunca se había hecho antes. Hemos incrementado nuestra plantilla docente y reducido el número de profesores asociados impropios. Hemos sacado a concurso 526 plazas y hemos aprovechado la figura del ayudante doctor, que es esa figura de inicio que permite una carrera académica que nosotros hemos trazado y acordado con las fuerzas sociales». Además, «hemos cumplido con todos los acreditados y todos han tenido su oportunidad en esta etapa y ahora podemos entrar en otras figuras, como la de profesores contratados doctores, etcétera». Respecto a los profesores ayudantes doctores, «el futuro de la universidad», como los definió el rector, García Granda presumió de haber «más que duplicado» su número. «Hemos logrado el número de personas que componen la plantilla de la universidad y la hemos balanceado hacia los jóvenes, hacia los contratos de profesores ayudantes doctores y profesores contratados doctores».
«Cuando llegamos en 2016, había desaparecido el plan propio de investigación de la Universidad de Oviedo. Los distintos programas han ido creciendo en estos cuatro años y ahora se están consolidando. En 2016 y 2017 lanzamos los programas de recursos humanos y tenemos ahora mismo 23 contratos predoctorales con fondos propios de la Universidad de Oviedo y otras ayudas. Además de proyectos de apoyo a grupos emergentes y grupos consolidados, ayudándoles cuando no tienen financiación de entidades estatates o europeas».
«Creo que hemos cumplido y hecho todos los incrementos salariales que fueron posibles. Hemos cumplido con compromisos pendientes, como un plus de homologación, que hemos aunado todos los atrasos, ya lo tenemos en marcha y supone casi medio millón de euros al año. Y hemos insistido mucho en la formación. Hemos dado 230 cursos de formación continua, obligatoria, de promoción». «En ofertas públicas de empleo se han agotado todas las posibilidades por nuestra tasa de reposición, convocando 256 de personal funcionario y 213 de personal laboral».
«En internacionalización, el despegue ha sido espectacular. Hemos triplicado la captación de fondos en el programa Erasmus plus y por tanto la movilidad para nuestro estudiantado. En el periodo 2016-20 estamos en el top 10 de las universidades en captación de fondos». Respecto al régimen de progreso y permanencia, comparó las cifras de alumnos que se veían obligados a abandonar la Universidad por agotar convocatorias o no lograr el régimen de permanencia con las actuales, «casi testimoniales». Con todo, «tenemos que trabajar en el régimen de progreso para hacerlo más acorde a las posibilidades de todo el estudiantado», se comprometió. Por otro lado, destacó que se han cubierto todas las solicitudes de ayudas de urgente necesidad, cuya cuantía pasó de 709.000 a 900.000 euros en estos cuatro años para responder a estas necesidades. «Podemos decir que nadie que haya tenido un problema para pagar su matrícula ha quedado fuera de la Universidad por falta de recursos económicos».
Entre los objetivos para los próximos años, Santiago García Granda se ha fijado optimizar la gestión de la investigación; potenciar la convivencia entre la presencialidad y la digitalización; desarrollar el contrato con el Principado para dotar a la Universidad de más financiación; y aprovechar fondos europeos para avanzar en una universidad más sostenible y con mejores infraestructuras.
Igualmente, se ha referido a la pandemia de la covid-19 y a la política de personal --tanto docente e investigador como de administración y servicios--, para señalar que en los últimos tiempos se ha tenido que gestionar una crisis sanitaria imprevisible y a la vez se ha trabajado para estabilizar y promocionar a la plantilla.
En cuanto a las críticas a su gestión por parte del otro candidato al Rectorado, Ignacio Villaverde, García Granda ha apostado por «contrastar las críticas con datos», remarcando que «nadie» lo había hecho antes. Granda entiende que pueda haber «mil maneras de afrontar esto», pero asegura que la Universidad de Oviedo se ha tomado como «modelo» en varios aspectos y fue la primera en implantar la evaluación online.
Así, sostiene que el equipo rectoral ha trabajado en «condiciones inciertas» y en coordinación con centros y departamentos «en todo momento», tratando de tener «la máxima presencialidad». «Se ha superado el curso 2019/2020 sin contratamientos», ha dicho, añadiendo que la dinámica está «más engrasada» ahora y se ha logrado una «evaluación modélica».
Igualmente, ha remarcado que las decisiones se han ido adoptando en cordinación con las autoridades sanitarias, salvo una «pequeña libertad» por parte del Principado relativa a los exámenes. Según García Granda, imponer la evaluación online en la Universidad «no es competencia» del Gobierno autonómico sino que pertenece a la autonomía de la institución.
«Si hay un protocolo de seguridad y se cumple extrictamente puedes realizar una actividad», ha argumentado. Así, ha dicho entender que el Principado lo hizo con intención de «salvaguardar la salud» pero cree que debería haberlo consensuado antes de sacar la norma porque se generó «un poco de ruido».
Respecto a la celebración de las primeras elecciones telemáticas en la Universidad a causa de la pandemia, que obligó a aplazar en tres ocasiones los comicios, García Granda confía en que haya tanta o más participación que en convocatorias anteriores al entender que, en principio, este formato puede ofrecer «más facilidad para votar»
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