El rector urge «un ambicioso plan» inversor para poder «ofrecer los mejores espacios»

Villaverde aludía a esta situación antes y durante la ceremonia de apertura del nuevo curso universitario, celebrada ayer en la Biblioteca Central del Edificio Histórico. Lo hizo primero en solitario, en una breve intervención ante los medios de comunicación. Y lo repitió después durante el acto, dirigiéndose al jefe del ejecutivo regional: «Nuestra obligación es ofrecer los mejores espacios posibles y necitamos, presidente, que nos ayudes en esta tarea con un ambicioso plan plurianual».

Adrián Barbón asistió a la apertura del curso académico 2024-25 junto al presidente de la Junta General del Principado, Juan Cofiño, y la delegada del Gobierno en Asturias, Adriana Lastra. Y llegado su turno de intervención, dio por asegurada la estabilidad financiera de la Universidad de Oviedo hasta 2030, además de comprometerse a que «apoyaremos en la medida de nuestras posibilidades, no tengáis duda». Y del mismo modo que el rector pedía ayuda económica a la Administración para el mantenimiento de las instalaciones académicas, el presidente del Principado pedía la colaboración de la Universidad para conseguir «el mayor consenso» con su nueva Ley de Ciencia.

El siguiente objetivo: «El Plan de Ciencia, Tecnología e Innovación que presentaremos en las próximas semanas y que descansará sobre cuatro ejes, el talento, la excelencia en la investigación, la transferencia de conocimiento y el fomento de la I+D+i». La Universidad de Oviedo, que según Adrián Barbón esta llamada a ejercer «un papel clave» en esta transformación del ecosistema científico asturiano, ha convocado en los últimos tres años 579 plazas de profesorado, de las cuales 210 son de ayudante de doctor. Si a eso se suman los actuales 339 contratos predoctorales y de apoyo a los grupos de investigación, casi el 25% de la plantilla docente es ya personal investigador o está en proceso de emprender la carrera académica.

Para abundar en «el propósito de rejuvenecer y fortalecer nuestra universidad dando relevo generacional a nuestros grupos de investigación», Ignacio Villaverde puso como ejemplo los cuatro contratados 'Beatriz Galindo', los dieciséis 'Ramón y Cajal' –habrá siete más el año que viene– o la incorporación derivada del programa nacional ATRAE. No son las únicas cifras que permiten sacar pecho al rector; también los datos relativos a las matriculaciones.

«Este año volvemos a crecer en 200 estudiantes de grado, de los que más de 4.000 residen fuera de Asturias, duplicando la cifra del curso anterior», aseguró. Algo similar a lo que ha ocurrido con los más de 1.400 estudiantes extranjeros que se han matriculado en la Universidad de Oviedo. «Vamos por el buen camino», extrae como conclusión Ignacio Villaverde, que ayer se mostraba «prudentemente optimista» ante un incremento de las matriculaciones que ha contribuido a «contener el lógico impacto de la caida demográfica».

Eso sí, «la Universidad es competitiva y atrae estudiantes, pero eso necesita una infraestructura que no siempre depende de la voluntad y acción de la institución. Es el caso del alojamiento», tanto para profesores como para estudiantes desplazados. Un asunto que «nos preocupa y mucho», admitió Ignacio Villaverde, porque «lo cierto es que la vivienda en Asturias se ha puesto muy complicada».

El discurso que ayer ofreció Villaverde no fue un discurso cualquiera. Esta es la primera ceremonia de apertura de curso que se celebra en su nuevo mandato como rector. Y aprovechó su intervención, por tanto, para compartir tareas y desafíos futuros. «Una de nuestras prioridades es el desarrollo de un nuevo modelo docente y de oferta formativa», explicó. Además, «debemos desarrollar el mapa de especialización inteligente y profundizar en sus hubs; debemos culminar la nueva estructura implantando nuevas administraciones de campus; profesionalizaremos las direcciones del servicio de informática y de prevención y riesgos laborales y seguiremos enfrascados en nuestra batalla interminable contra la burocracia y el papeleo».