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Juan Carlos Campo, director de la EPI, durante su discurso de bienvenida a alumnos de primero. J. C. TUERO

«La incertidumbre de este curso no debe desanimaros»

La Escuela Politécnica de Ingeniería recibe a 500 de los más de 700 alumnos de nuevo ingreso con un estricto protocolo de seguridad

GUILLERMO MAESE

GIJÓN.

Viernes, 4 de septiembre 2020, 01:15

No será el estreno académico soñado para ellos. Tampoco lo ha sido el año en curso. Desde ayer y hasta hoy, la Escuela Politécnica de Ingeniería realiza las jornadas de acogida para sus alumnos de nuevo ingreso. Más de 700 estudiantes, la mayoría de entre ... 17 y 18 años, iniciarán la próxima semana su andadura universitaria y 500 asisten a estas jornadas de acogida.

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Aunque previsiblemente será presencial, el estricto protocolo anticovid marcará el día a día de la escuela. «La incertidumbre que rodea a este curso no debe desanimaros», apuntó Juan Carlos Campo, director de la escuela. Con los nervios propios de la primera toma de contacto con el mundo universitario llegaron puntuales los primeros 80 estudiantes al salón de actos. Lo que antes era una jornada multitudinaria de puertas abiertas, ayer se convirtió en un plan de acogida que dividiría a los jóvenes en cinco grupos. Todos, por supuesto, separados por más de dos metros de distancia y con la mascarilla puesta.

Clases de 50 minutos

Las medidas de seguridad del curso 2020/2021 están resumidas en un decálogo que se entregó a los estudiantes a las puertas de la escuela. «Seremos muy rigurosos con el cumplimiento de las normas», subrayó Campo, quien también invitó a los alumnos a ayudar a mejorar, si fuera necesario, las normas de seguridad. Especial hincapié hizo el director en la ventilación de las aulas. La duración de las clases pasará este año a ser de 50 minutos seguidos y diez de descanso en los cuales deben airearse las salas. «Los profesores podrían despistarse con el tiempo, pero también debéis ser vosotros los que controléis la duración de las clases», afirmó Campos.

Asientos numerados

Además de la obligación del alumno de desinfectar los ordenadores al principio y al final de la clase, deberán sentarse siempre en el mismo asiento. Cada aula tendrá numerados los puestos y distinguidos con dos colores: rojo y verde. Los grupos de la mañana deberán ocupar los asientos verdes; y los de la tarde los rojos.

En un año de vital importancia para su desarrollo, a los alumnos no les falta la ilusión. Eso se deduce de los primeros corrillos tras las charla de bienvenida. «Es lo que nos toca vivir y debemos aceptarlo. Mi sueño de ser ingeniera sigue intacto», afirmaba ayer Lorena Jiménez. «Al menos venimos a la escuela y no será enseñanza telemática», se consolaba Pelayo Ortiz. El próximo jueves, día 10, comenzarán las clases para los alumnos de primero.

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