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Desde el año 2000, todos los rectores que ha tenido la Universidad de Oviedo han conseguido salir reelegidos para un segundo mandato. Santiago García Granda (Verdicio, 1955) no quiere ser la excepción. Dice que se presenta a las elecciones del próximo 12 de febrero ... con la misma ilusión que lo hizo hace cuatro años y la satisfacción del deber cumplido.
-Cuál ha sido el porcentaje de cumplimiento del programa con el que ganó las elecciones en 2016?
-Muy alto. Los compromisos están cubiertos en más de un 80%. Hay algunas cosas que no se pudieron cumplir porque cambiaron las condiciones. Eran cuestiones que no dependían enteramente de nosotros.
-¿Qué pasó con el resto?
-Esto es un proceso y algunas cosas arreglarlas en cuatro años es complicado. Por ejemplo, la gestión de la investigación. Hemos avanzado algo, pero los procedimientos y la legislación cambiaron. La ley de contratos nos hizo cambiar todo. Otro ejemplo, la relación de puestos de trabajo. Trabajamos en ella, sin llegar a acuerdos, desde el principio. Presentamos dos. La primera no nos la aprobó el Principado. Esta segunda la hemos planteado de forma más modesta. No nos permite cumplir los objetivos que teníamos, pero es una base para seguir trabajando. Estos dos son compromisos que tenemos que recuperar y en los que tenemos que trabajar con más fuerza en los próximos cuatro años.
-De todo lo hecho, ¿de qué se siente más orgulloso?
-De todos los derechos que hemos conseguido para el estudiantado, como el régimen de progreso y permanencia, la bajada de las tasas de matrícula, el aumento del número de becas y ayudas, el reglamento de paro académico y la mesa del estudiantado. Hemos cumplido nuestros compromisos con el estudiantado. También de ser una de las instituciones más transparentes, de haber establecido un marco estable para la convocatoria de plazas y haber podido convocar tantas. Me satisface haber alcanzado un acuerdo de financiación plurianual con el Principado, el primero de la Universidad de Oviedo. Hemos conseguido unos niveles mínimos, que aseguran una estabilidad financiera, pero que no son suficientes para que la Universidad opere con los objetivos que tenemos.
-Un objetivo irrenunciable será, dice su programa, contar con un nuevo modelo de financiación. ¿Qué es lo que quiere?
-No tanto un modelo sino un nuevo acuerdo de financiación en el que la implicación del Principado y los compromisos sean mayores. Tener cubierta al 100% la nominativa, los sueldos, en la que nos faltan diez millones, en torno a un 10%. Y una inversión más generosa en infraestructuras. Ahora mismo, para los 52 edificios de la Universidad y las obras que pudiéramos acometer en nuevos edificios tenemos solo 1,6 millones en todo el año. Es muy poco. Se necesitarían diez millones al menos. Y el plan de financiación por objetivos también es muy pobre. No debería ser menor a cinco millones de euros. Con dos, muy pocos proyectos se pueden hacer.
-Entonces, ¿a cuánto ascendería ese aporte adicional que echan en falta en la financiación del Principado?
-Mínimo veinte millones al año, aproximadamente.
-Para el próximo año contarán con 217 millones de presupuesto. ¿Su destino?
-Con ese presupuesto podemos hacer todas las cosas que estamos haciendo, que no son pocas. Por ejemplo, los programas de ayudas a la investigación, que queremos hacer crecer hasta los dos millones. Afrontar la digitalización, la mejora de la informática, los puestos de trabajo y de los laboratorios. También está programada la remodelación de la facultad de Economía y Empresa. Y mantener todas las ayudas al estudiantado.
-El estado de las infraestructuras o la falta de espacio en determinados centros son algunas de las principales reclamaciones de los centros. ¿Qué planes hay para solventar estas cuestiones?
-La falta de espacio la tenemos fundamentalmente en el campus de Llamaquique y la escuela de Informática de los Catalanes. A medio, largo plazo, el destino son unas buenas instalaciones en El Cristo. Ese sería su destino lógico, pero no es inmediato. Lo único que podemos hacer ahora es aprovechar todos los espacios libres en el propio Llamaquique, donde ya se están utilizando instalaciones de Geológicas, y en la Escuela de Minas. Y después, los espacios que podamos alquilar o remodelar.
-¿Por ejemplo?
-El espacio que nos cedió gratuitamente Caja Rural en el entorno del Tartiere. Y se miró también un edificio en la calle Menéndez Pidal, que ocupó el catastro, y que habría que alquilar y remodelar. La idea es hacer aularios para desahogar esos centros. Más difícil es resolver el problema de los despachos, que no es tan acuciante pero también existe. Otra posibilidad sería derivar alguna titulación o grupo a donde tenemos espacio, que es en Mieres. Eso es algo que siempre está abierto, pero tiene dificultades y no sería lo más eficiente.
-En infraestructuras tecnológicas queda aún por hacer. ¿Qué planes hay para estos cuatro años?
-En infraestructuras tecnológicas de docencia se ha hecho un gran esfuerzo. Estamos en un punto en que podemos desarrollar ese campus virtual, ya perfectamente asentado en la nube, y tenemos la herramienta Teams. Se necesitan más recursos humanos en el centro de innovación y en el servicio de medios audiovisuales, donde también hace falta una mejor infraestructura. Las otras infraestructuras un poco olvidadas son las de investigación. Ahí tenemos un déficit, porque no ha habido convocatorias del Principado de cofinanciación de equipamiento y eso lastra bastante. Necesitaríamos un plan de infraestructuras científicas. Los equipos se vuelven obsoletos al cabo de los años, pero con la crisis no se han renovado.
-Entronca con lo que decía ayer de dotar de mejores laboratorios al alumnado.
-Sí, está conectado. Aunque hemos invertido 800.000 euros en convocatorias de modernización y ayudas en laboratorios, necesitamos un impulso. Esperamos mucho de los fondos europeos de transición justa y de reactivación industrial. Hemos presentado dos proyectos, para conocimiento del Principado de Asturias y del Ministerio de Universidades. Cuando salgan las convocatorias los presentaremos a través de CRUE.
-¿Qué dos proyectos son esos?
-Un proyecto de sostenibilidad y eficiencia energética de edificios y otro de digitalización.
-Otro compromiso: la plena implantación de la administración electrónica. ¿En qué horizonte?
-Muy próximo. Tenemos un proyecto de renovación de toda la infraestructura, de nuestra web y nuestros servicios. Tenemos que trabajar en aumentar los servicios a través de la herramienta de gestión económica 'Universitas XXI' para completar la gestión en la investigación, que es donde más lentos vamos, y llevar a cabo la contabilidad analítica.
-El Consejo de la Sindicatura de Cuentas acaba de corroborar que la Universidad aún no han implantado ese sistema de contabilidad analítica. ¿Por qué se demora su aplicación?
-Porque no es un proceso sencillo, por eso la mayoría de universidades aún no lo han hecho. Lo estamos haciendo a través de un proyecto liderado por CRUE, en el que están la mayoría de las universidades españolas. Iremos al mismo ritmo que ellas y dentro de ese proceso integral, que será menos gravoso para la Universidad.
-Finaliza el mandato y sigue sin saberse del grado de Deporte. A estas alturas, ¿mejor no menearlo?
-Hemos avanzado algo. En las últimas gestiones que hicimos, el Principado indicaba que, de hacerse con los recursos de la Universidad, tendría que implantarse en el campus de Mieres. En esa tesitura estamos. Creo que el Principado no podría inconvenientes. Eso no quiere decir que la decisión esté tomada.
-¿Siguen adelante con la intención de implantarlo?
-En principio sí, es un grado que implataríamos. Se ha hecho un gran esfuerzo, se cuenta con un informe técnico… Eso no quiere decir que las titulaciones se restringieran al campus de Mieres. Cabría posibilidad de poder llevar a cabo másteres en temas específicos tanto en Gijón, como Oviedo e incluso en Avilés. Está por decidir. Pero si ahora mismo tuviera que decir algo, diría esto.
-También sigue pendiente la implantación de Ciencia e ingeniería de datos, Criminologia y el doble grado de Matemáticas e Ingeniería Informática del Software, bastante más avanzadas.
-Sí, están en marcha. Ciencia e ingeniería de datos está prácticamente hecha. Sin duda, entraría a impartirse en el curso 21-22, como también podría ponerse en marcha ael doble grado de Matemáticas e Informática, que solo depende de nosotros. Criminología parece que es difícil llegar a un acuerdo y que avance. No hemos abandonado el proyecto, pero va muy lento.
-Las primeras matrículas son ya un 25% más baratas, pero pedirán al Gobierno del Principado nuevas reducciones en las tasas.
-Como el ministro Castells, nosotros creemos que la enseñanza universitaria tiene que ser gratuita. La reducción de las tasas fue una de mis promesas y esa también la he cumplido. Pero eso depende de dos partes, porque es el Principado quien tiene que compensar a la Universidad por esa bajada de tasas. Si no es así, nosotros no vamos a hacerlo. Toca abordar de nuevo una bajada más generalizada, no solo en primera matrícula sino en segunda, tercera. Es nuestro objetivo y debería ser el del Principado también.
-¿De qué porcentajes hablamos?
-Soy partidario de un proceso gradual de bajada, de en torno al 5 o 10% de bajada anual.
-Quiere favorecer la internacionalización del alumnado, ¿cómo?
-Tenemos que avanzar en los estudios de inglés. Es importante, a través de la colaboración de empresas y de Asturex, llevar cada vez más estudiantes a empresas internacionales que están fuera de España o incluso a multinacionales que operan en Asturias. También queremos conseguir la internacionalización a través del profesorado que se vaya incorporando a la Universidad, profesores que pueden ser de otras nacionalidades.
-¿Qué proponen para mejorar la empleabilidad de los egresados?
-Sobre todo, la implantación de la formación dual, incrementar los programas de prácticas y acuerdos con organizaciones empresariales para que cada vez más los perfiles de nuestros grados y másteres sean los que demanda en ese momento el nicho de empleo en Asturias. Y luego tenemos el gran programa de formación transversal que lleva el Instituto de Investigación e Innovación Educativa (INIE), donde tenemos unos complementos de formación que pueden ayudar a la empleabilidad, incluso al emprendimiento.
-¿Compromisos con el Personal Docente e Investigador para los próximos cuatro años?
-Tenemos que seguir facilitando la carrera académica. Eso quiere decir que tenemos que convocar concursos para las personas que consigan acreditaciones. Y luego nuestro gran programa de ayudantes doctores, que hemos incrementado en más de un 100% en estos años, para conseguir una carrera académica escalonada y tengamos una buena pirámide de edad. Vamos a potenciar además la desgravación docente por otro tipo de actividades que no tenemos ahora, por ejemplo la innovación docente. Otra medida que planteamos es reducir la dedicación de las personas mayores de 60 años hasta su jubilación para que se permita contratar más personas en esas áreas. Y mejorar los mecanismos de gestión, mediante procedimientos informáticos y mejorando los recursos humanos, para que no tengan que ocuparse de la gestión básica. También incrementar las estancias en empresas, facilitar que un profesor o profesora pueda integrarse en una empresa durante un tiempo, financiándolo parcialmente y garantizando que su docencia quede cubierta.
-¿Y con Personal de Administración y Servicios?
-Mejorar sus condiciones laborales, cumplir todos los compromisos de incrementos salariales, mejorar la salud laboral, convocar todas las plazas que nos permita la tasa de reposición para estabilizar así al personal interino que lleva muchos años en la institución.
-Queda enquistado el problema de los investigadores predoctorales, que han recurrido a los tribunales para reclamar los atrasos que se les adeudan.
-Más que enquistado, queda aplazado en un horizonte que quisiéramos que fuera próximo, pero se ve incierto. Planeamos todo el pago en octubre de 2020, se podría haber logrado, pero no fuimos autorizados por la intervención. Tenemos presupuestado para 2021 las cantidades necesarias. Estamos en la dinámica de zanjar de una vez por todas esa deuda que tenemos y en la que nos embarcó el ministerio al promulgar un real decreto sin que estuviera soportado por ninguna financiación y esa financiación no llegó a las universidades. Estamos cubriendo esa exigencia con nuestros propios presupuestarios.
-Dice el otro candidato que el día 12 no se elige entre dos personas sino dos modelos de universidad. ¿Cuál es el suyo?
-Es el modelo de una universidad del siglo XXI, en lo que lo más importante son las personas, esos recursos humanos que son capaces de sacar nuestro mejor producto: personas formadas. Quiero que todos se sientan parte del proyecto. La Universidad que veo es una universidad que sigue siendo presencial, que es un elemento clave para el desarrollo del Principado, plenamente alineada con el tejido empresarial, que continúa con las alianzas con otras universidades, que está dentro del territorio, es reconocida en Asturias y se extiende cada vez más. Es una Universidad que entendemos para todas las personas, independientemente de las edades. Es una Universidad que es inclusiva y funciona con principios éticos, algo en lo que hemos avanzado muchísimo. Y somos punta de lanza en el cumplimiento de los objetivos de la agenda 2030, importante tanto en la formación de nuestros estudiantes como para que salgan personas concienciadas con la sostenibilidad. Quiero una Universidad que sea respetada y admirada por las y los universitarios y por la sociedad.
-¿Mantiene la cohesión en su equipo rectoral? Quiero decir, ¿repetiría con el mismo equipo en caso de salir reelegido?
-Esa pregunta ya me la han hecho hoy en la reunión con la gente de la facultad de Ciencias… (risas). En 2016 planteamos un equipo paritario al 100%. Me gustaría mantener esa paridad. Es un equipo que ha trabajado de manera cohesionada y no hemos tenido prácticamente bajas ni cambios, lo cual si analizamos equipos anteriores veríamos que no es lo usual. Estoy contento con el trabajo, pero hay que evolucionar. Por tanto, tiene que haber cambios, claro que los va a haber. En algunos vicerrectorados más que en otros. Somos cerca de 50 personas y, aunque solo sea por el paso del tiempo, hay un desgaste, un cansancio y algunas personas tienen otros proyectos de vida.
-¿Mantendrá la actual estructura?
-Puede variar en algo, pero mi idea es mantenerla. Me parece adecuada y muy moderna.
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-Por qué deberían votar a Santiago García Granda el 12 de febrero?
-Deberían valorar la gestión de este equipo, el impulso nacional e internacional que dimos a esta Universidad y porque lo hicimos en el periodo más abierto que ha tenido la Universidad de Oviedo en estos años. Se debe valorar que todas nuestras decisiones en estos cuatro años se tomaron por consenso unánime del Consejo de Gobierno, jamás tuvimos una votación en contra. Y porque somos lo que más conviene a la Universidad de Oviedo.
- Lo mejor es que su perfil académico como experto en Derecho Constitucional. Eso es lo que mejor lo define. Ha tenido alguna experiencia de gestión de la que no tengo demasiada información para opinar. Del tiempo que coincidí con él como secretario del Consejo Social puedo decir que hizo su labor de forma correcta.
- Malo creo que no tiene nada.
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