«Detrás del traslado a Mieres no hay nada sólido, nos venden humo como en campaña»

Ayer por la mañana su equipo ultimaba las alegaciones para enviárselas al Rectorado antes de que hoy culmine el plazo. En el escrito exponen argumentos que ya han ido desgranando estos días. «La supervivencia de la escuela está ligada a esta ciudad, la que le vio nacer y que tantos años lleva arropando. En el momento en que pongamos un pie fuera, la escuela, con una calidad y prestigio internacional reconocidos, muere. Por mucho que digan, en Mieres va a seguir siendo la Escuela Politécnica de Mieres. La titulación de Tecnologías Mineras no va a sobrevivir en Barredo, donde hay grados especialistas, que son los que dan las atribuciones y son los que quieren mantener». Asimismo, añade, la decisión llevará aparejada un 'efecto dominó', pues «si la evolución en Mieres va a por estos cauces de disminución, no habrá suficientes estudiantes para alimentar el Máster de Ingeniería de Minas». También considera que el Máster en Prevención de Riesgos Laborales «perderá atractivo» en Barredo y que, en el caso del de Ciencia y Tecnología de Materiales, tendría más sentido adscribirlo a la EPI de Gijón, con asignaturas en Materiales, que a Mieres, pues en Gijón habría mayor nicho para captar alumnos.

«La distancia y la falta de buenas comunicaciones también influyen. Las hay desde Gijón y Oviedo, pero un estudiante de Salinas es imposible tenga buenas comunicaciones; los costes de desplazamiento van a ser ingentes». A este argumento añade el de mover los 27 laboratorios, cuyo coste estiman en diez millones de euros. «Hay equipamientos que no salen por la puerta. Hay que desmontar, trasladar, montar, volver a calibrar. hacer eso con 27 no es sencillo». Son sus alegaciones, pero con ellas va también una propuesta. «Una buena gestión no es mover seis sedes, una buena gestión es compartir espacios. ¿Cómo es posible que en 2000, con 44.000 estudiantes, entrábamos todos y ahora, con 20.000, no?», se pregunta. En este sentido, proponen reajustar su sede y liberar aulas para que grados, como el de Matemáticas, más necesitado de «aulas grandes y clases con ordenador y no tanto de laboratorios», pueda entrar. Minas «aprovecharía clases más pequeñas. No tenemos que quitarle el espacio a nadie. Se podría hacer una pequeña inversión para reacondicionar huecos con ordenador, pantalla y mesas. Es un coste más bajo, por supuesto, que trasladar» cuando insiste, la idea a largo plazo es que haya un gran campus en El Cristo.

Lamenta la falta de difusión de su formación, «en la que el 80% encuentra empleo a los seis meses» y defiende que la propuesta del grado de Energías Renovables partió de la escuela. «La presentamos a la comisión de titulaciones. Mieres y Gijón no la veían adecuada, seguimos trabajándola y la comisión la vio bien. Hemos formado en energía desde 1960 y, de hecho, tenemos un programa formativo con empresas. Me resulta extraño que se opusieran y ahora (por Gijón) y ahora resulte estratégico». Sobre las declaraciones del rector de que el conflicto no se enquistará, Iglesias cree que «tiene visos de ir para largo».