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Olga Esteban
Oviedo
Jueves, 30 de mayo 2024, 13:50
Solemne, protocolaria e institucional. Pero también emocionante y emotiva. La toma de posesión de Ignacio Villaverde como rector de la Universidad de Oviedo, en un repleto Paraninfo del Edificio Histórico, ha tenido todos los ingredientes. Como esa serie que, ha repetido de nuevo hoy, tanto ... le gusta, 'El ala oeste de la Casa Blanca'.
Villaverde ha hablado del pasado (sus tres primeros años de gestión) pero, sobre todo, del futuro, de la Universidad que quiere y con la que sueña. Una Universidad «excelente, responsable, de servicio y comprometida con el entorno, que no deja atrás a nadie, generado de riqueza, sostenible y profundamente humana». Y ha contrapuesto ese modelo con ese otro que dice haber visto durante la última campaña electoral al Rectorado, «descarnada, en la que no importaban los proyectos y las propuestas, lo que importaba era la banalidad y la descalificación». «No creo que en esa universidad. No me interesa esa universidad ni quienes habitan en ella». Mensaje claro y directo para muchos, especialmente para quienes han protagonizado las «traiciones» a las que también ha hecho referencia.
Dicho todo esto, el rector ha querido hacer «borrón y cuenta nueva». En una nueva etapa con prioridades claras: repensar la docencia, mantener la estabilidad presupuestaria, reorganización administrativa, reforzar los campus y su coordinación… Y poner en marcha El Cristo. Porque tanto Villaverde como el presidente del Principado han hecho referencia al mayor proyecto que tiene sobre la marcha la Universidad y para que el, ya advirtió el propio Villaverde, hay que tener «plan B» por si no llega a buen término.
Ha estado la toma de posesión acompañada por los gritos de los estudiantes pro Palestina, que desde la puerta del Edificio Histórico se han hecho oir con mucha contundencia, con acusaciones directas al rector por ser «cómplice» de Israel. Se han acallado las voces, eso sí, por unos momentos, cuando desde dentro el rector hacía referencia en su discurso a «las dimensiones del horror y la violencia», ha vuelto a expresar su «más profunda repulsa» y ha hecho un llamamiento, «casi desesperado», por la paz.
Tras Ignacio Villaverde ha intervenido el presidente del Principado. El discurso de Adrián Barbón ha dejado clara la buena sintonía personal e institucional que existe. Es más: «Siempre podrás contar con nosotros para ser cómplices en la mejora de la Universidad de Oviedo y situarla a la vanguardia de la transformación de Asturias». «Hemos pasado por tanto juntos que cuesta elegir. Tendrás presente el respeto escrupuloso a la autonomía universitaria y el apoyo al desarrollo de todos los campus. Fuimos capaces de mantener una buena relación institucional en la que cada cual supo estar en su sitio», ha dicho el presidente.
En esa colaboración, Barbón se ha marcado dos objetivos principales: convertir la institución académica en «el gran polo magnético de atracción y retención del talento» y «estrechar la colaboración con el tejido productivo para impulsar la transferencia de conocimiento». También ha hecho referencia al papel del Consejo Social y ha reiterado su confianza en la nueva presidenta, Ángela Santianes.
Ha sido Barbón al que ha hecho referencia a que, cuando finalice el mandato que hoy comienza, que será de seis años, Villaverde habrá estado nueve años al frente de la Universidad de Oviedo. «Se podrá hablar de la década Villaverde».
Respecto al campus de El Cristo, ha explicado el presidente que «es una ambición que requerirá una colaboración constante de la Administración estatal, del ayuntamiento, de la universidad y del Gobierno, pero que acabaremos logrando que se haga realidad». Todos los implicados estaban de una u otra forma presentes en el acto, al que han asistido la delegada del Gobierno, Delia Losa; el alcalde de Oviedo, Alfredo Canteli; la alcaldesa de Avilés, Mariví Monteserín; el consejero de Ciencia, Borja Sánchez; la directora general de Universidad, Cristina González; concejales del gobierno local de Gijón y otras autoridades civiles y militares.
Unos 60 doctores se han revestido para acompañar a Ignacio Villaverde en este día. Entre ellos los exrectores Juan Sebastián López Arranz, Juan Vázquez, Vicente Gotor y Santiago García Granda. También el rector de la Universidad de León, Juan Francisco García Marín e Isabel Viña, defensora universitaria de la institución académica.
Pero, sin duda, uno de los momentos más especiales del acto ha sido la alusión del rector a sus hijas y su pareja. Emocionado hasta el punto de tener que interrumpir por un momento el discurso, Ignacio Villaverde ha hablado de Paula y Nuria, que «han sufrido en silencio el dolor de estos meses de descalificaciones, mentiras y deslealtades». «Ellas son quienes me cuidan, quienes se preocupan por mi, quienes con su amor y su sonrisa siempre prestas me ponen lo pies en la tierra para seguir firme mirando a las estrellas. La familia no se elige y probablemente no soy el padre que mis hijas elegirían. Y de Marta, «mi pareja y compañera de vida, la mujer que me hace ser quien soy. Quien cierra mis heridas, quien ha sacrificado muchas cosas para que yo pueda estar hoy aquí, quien me sostiene en los momentos malos, que ha habido muchos, y me templa en los buenos, quien pone luz, razón y mesura, y me recuerda que somos humanos, demasiado humanos».
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