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Acostumbrados a las ruedas de prensa ministeriales con informaciones sobre la evolución, sanitaria y económica, de la pandemia, con cifras negativas y perspectivas poco halagüeñas, la comparecencia de Manuel Castells ha venido a aportar un poco de frescura a la comunicación de los distintos departamentos ... del Gobierno. El ministro de Universidades ha informado, de una manera clara y directa, que no garantiza que se puedan celebrar exámenes presenciales: «Ojalá, pero no lo sabemos», ha dicho, añadiendo que «dependerá de la situación de junio, pero en cualquier caso, no podrán ser como siempre», ha aventurado el ministro.
Castells ha respondido a todo lo que le han preguntado, pudiera o no, porque hasta eso dejó claro el ministro, que había algunas cuestiones de las que no podía hablar aún por recomendación de la ministra de Hacienda, por ejemplo, o hasta que no lo hablara nuevamente con el ministro de Interior. Calificó las tasas y su bajada «como una de sus obsesiones«, calificó la pandemia «como un rejón del destino por las estupideces que llevamos tiempo haciendo« y estableció como estratégica la necesidad de alcanzar un Pacto de Universidades »que no pueden ser cuatro folios de cuatro expertos« y que »necesitará años«. Y así una tras otra.
Estableció la necesidad de modelos de evaluación flexibles, de aplazar al próximo curso las prácticas que nos sean necesarias para graduarse, de la necesaria coordinación entre enseñanza presencial y 'on line' («lo que no quiere decir que ahora todo tenga que ser 'on line' que sería una estupidez) y urgió tanto a dar información a los estudiantes como a escucharlos: «Hay que ser muy flexible, hay que adaptarse a las condiciones que cada estudiante está teniendo». Ahora bien, añadió Manuel Castells, «ser flexible, consultar y adaptarse no quiere decir aprobado general, ni mucho menos, porque sería injusto con aquellos estudiantes que siguen matándose y trabajando para superar el curso de la mejor manera«.
De cara a ese cambio para el próximo curso, se requerirá, dijo el titular de Universidades, un aumento de la digitalización y un incremento de la inversión en las universidades así como un reciclaje del profesorado universitario. El calendario, lo tiene claro: el curso se acabará en los plazos establecidos y comenzará según estaba previsto aunque, eso sí, todo dependerá «de lo que depende todo, de que el mundo no se hunda».
En ese sentido, el titular de Universidades auguró un regreso a las aulas que no será «de cualquier manera» ni «como antes», dando por seguras medidas como el distanciamiento social: «Eso quiere decir que habrá que adecuar las clases presenciales en condiciones que permitan respetar esos dos metros, enseñar en aulas grandes y en horarios distintos, desinfectándolas», pronostica el ministro. «Y si es solo eso, habrá que estar agradecidos después del rejón que nos ha dado el destino de las estupideces que llevamos tiempo haciendo en el mundo», añadió Castells.
Respecto a las tasas de ese próximo curso, dijo el ministro, «es una de mis obsesiones». «Es fundamental bajar los técnicos públicos de la enseñanza universitaria porque está en el programa de Gobierno y los programas se hacen para cumplirlos. Luego depende de las condiciones. Mi criterio es que deben bajar. Y cuánto. Al nivel del curso 2011-2012, antes de la contrareforma que hubo». «Desde el punto de vista del procedimiento hemos hecho un cálculo de lo que supondría la bajada de tasas a esos niveles de 2011-2012. Y ahí estamos. Estratégicamente lo haremos. Pero cuando uno es ministro se da cuenta de todas las fuerzas del mal que hay por ahí«, afirma el ministro
Y sobre las becas, se están trabajando sobre criterios «bastante progresistas que están acordadas entre Educación y Universidades, pero tendrán que ser consensuados con el Ministerio de Hacienda antes de anunciarlo».
Un último apunte que resume la atípica rueda de prensa ministerial, por su naturalidad, ha sido cuando le han preguntado al ministro sobre la posibilidad de los estudiantes de acudir a sus lugares de residencia durante el curso para recuperar apuntes y ordenadores: «Si el 9 de mayo si hubiera una relajación de las medidas de confinamiento, que no quiere decir que lo vaya a haber, y se pudiera incluir una movilidad puntual con salvoconducto de las universidades, habría más posibilidades de flexibilizar la medida, pero hoy por hoy no se puede decir nada», ha apuntado. Un momento que ha aprovechado para lanzar un consejo a los estudiantes: «Por cierto, estudiantes, no dejen nunca los apuntes en sus lugares de estudio porque no se sabe lo que puede pasar. Se aprende a las duras».
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