«La universidad pública está llamada siempre a ser un referente». María Teresa Fernández de la Vega, presidenta del Consejo de Estado y quien fuera vicepresidenta del Gobierno en el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero, ha sido este lunes la encargada ... de pronunciar la conferencia magistral con motivo de la festividad de Santo Tomás de Aquino. Fue la suya una intervención en la que defendió el carácter público de la institución académica, en la que puso en primer término el necesario respeto a su autonomía e independencia, en la que urgió medidas que ayuden a revertir los perniciosos efectos de los «recortes brutales» que se le aplicaron como consecuencia de la crisis económica de 2008 y en la que reclamó «políticas públicas, compromiso y financiación» para avanzar hacia igualdad de hombres y mujeres en el terreno académico, donde ellas empiezan a perder presencia a medida que se suben escalafones en la carrera docente. «El desequilibrio es manifiesto», resumió tras repasar las cifras de la Universidad de Oviedo. Todo ello, enmarcado en una conferencia con la que pretendía poner el foco en una serie de «reflexiones para el debate» sobre el sistema universitario español.
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Comenzó recordando cómo, a finales de los 60 y principios de los 70, la universidad fue un referente para su generación y el lugar «donde se fraguó el cambio» democrático. Desde entonces, han transcurrido más de cuatro décadas en las que «podemos sentirnos orgullosos de lo logrado por la universidad» y en las que ésta fue auténtico «motor de modernización» del país. Una institución que se convirtió en «un ascensor social que permitió ensanchar la clase media hasta cotas impensables», que «coadyuvó al desarrollo económico y social de España» y que sustituyó «el apellido» como principal criterio de promoción profesional por «el talento, el trabajo y el esfuerzo».
De vuelta a la actualidad, no escondió su preocupación por el «delicado» momento que, a su juicio, atraviesa una institución «que poco tiene que ver con la que a mí me tocó vivir». La internacionalización, la empleabilidad de los egresados y el gobierno y financiación son los tres «retos» a los que, dijo, se enfrenta la universidad pública.
En un acto en el que se reconocía el esfuerzo académico de los 28 egresados distinguidos con el premio extraordinario de doctorado en el curso 2016-2017, de los dos que obtuvieron los premios especiales de Derecho en el curso 2017-2018 y de los dieciséis que, entre los cursos 2012-2013 y 2014-2015 merecieron los premios nacionales fin de carrera de educación universitaria –y ayer, por primera vez, recibieron la insignia de la Universidad de Oviedo– María Teresa Fernández de la Vega también habló de las dificultades con las que se encontrarán a la hora de acceder al mercado laboral.
No se anduvo con tapujos la presidenta del Consejo de Estado a la hora de tachar de «escándalo mayúsculo» la falta de perspectivas profesionales de los jóvenes, lo que se traduce en una tasa de paro «inaceptable». Cuestión que urgió abordar porque «no podemos dar por válido que la mitad de nuestro jóvenes tengan que escoger entre el paro y la emigración y que la otra mitad tenga que aceptar trabajos con unos honorarios ínfimos y unas condiciones que deberían producir sonrojo». A su juicio, «el deterioro de nuestra democracia tiene mucho que ver con esto» y, pese a instar a la universidad a ofrecer una formación que facilite la inserción laboral de sus egresados, le despojó de responsabilidades. Éste, remarcó, «es un problema endémico de nuestra economía». Porque, incidió, «no sobran universitarios, faltan puestos de trabajo de calidad» para ellos.
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Cuestión de «urgencia y decencia» es, consideró, aumentar la dotación de recursos públicos a la universidad para revertir los «dramáticos» recortes aplicados durante los años de crisis en educación e investigación. Y puso como ejemplo que el presupuesto destinado a educación superior en 2016 fuera un 13% inferior al de 2009. O que el gasto en enseñanza pública en España sólo representa el 0,96% del Producto Interior Bruto (PIB) cuando la media en la OCDE es del 1,32%.
También el rector, Santiago García Granda, abordó la cuestión económica en su intervención. Lo hizo recordando «nuestra decepción con la baja prioridad y, como consecuencia, la escasa financiación que se presta a nuestras universidades». Y estableció comparaciones: «Lo que ha sido posible en los grandes países de nuestro entorno europeo no es posible, inexplicablemente, en nuestro país. Y lo que es posible en otras comunidades autónomas no es posible en la nuestra», lamentó.
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Además de para dictar la conferencia magistral, Fernández de la Vega aprovechó su visita a Asturias –región de la que era originario su padre, nacido en Vegadeo– para sellar un acuerdo de colaboración entre la fundación que preside, Mujeres por África, con la Universidad de Oviedo. La institución académica se compromete a becar a dos alumnas de este continente para que cursen en el Principado estudios de máster. Este año las becadas son una joven de Guinea ecuatorial y otra de Egipto que cursan el máster de Biomedicina y Oncología y el máster en Español como Lengua Extranjera. «Invertir en las mujeres de África es contribuir a su desarrollo porque ellas son el sostén de las familias», agradeció De la Vega.
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